3/22/2017

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CRECE LA DESOCUPACIÓN Y LA CGT ANUNCIÓ UN PARO GENERAL PARA EL 6 DE ABRIL


Por Fernanda Vallejos
La CGT acaba de anunciar, no sin considerable demora, el Paro General, largamente esperado por los trabajadores argentinos. Un paro, como ya se ha sostenido en otras columnas de MUCHO MÁS QUE DOS, ampliamente justificado por la recesión económica, el aumento de la desocupación y la caída real de los salarios, todos fenómenos que se vienen verificando en el país desde que se produjo el cambio de régimen político y económico tras la asunción del nuevo gobierno neoliberal, encabezado por Mauricio Macri.

Curiosamente, casi en simultáneo, el INDEC acaba de publicar el dato correspondiente a la tasa de desocupación para el cuarto trimestre de 2016, de imposible contrastación estricta ya que la gestión Todesca, al frente del instituto estadístico, discontinuó la serie de desocupación durante el último trimestre de 2015 y el primero de 2016, por lo que resulta fácticamente imposible comparar el dato publicado contra el año anterior para saber de la efectiva evolución del desempleo en la Argentina.

Sin embargo, no son pocos los datos que nos permiten saber que la desocupación en la Argentina continúa creciendo. 

Como puede observarse en el cuadro que presentamos a continuación, existe una relación que vincula el crecimiento de la actividad económica con la caída del desempleo, y viceversa. Es lógico, en cualquier país: si la economía crece a un cierto ritmo, la desocupación disminuye en tanto quienes producen en esa economía necesitan contratar más empleados para incrementar su producción. Ese mayor número de ocupados implica que más familias disponen de ingresos para consumir lo que vuelve a expandir la demanda que garantiza, a su tiempo, que el círculo virtuoso se sostenga.

Ese funcionamento virtuoso se verificó, en nuestro país, durante el año 2015, lo cual se expresa en el cuadro con números azules que muestran el crecimiento del nivel de actividad (medido por el Estimador Mensual de Actividad Econoómica -EMAE-) así como el descenso de la desocupación. Con igual lógica, en el mismo año 2015, puede observarse un primer trimestre de estancamiento y su correlato en un mercado de trabajo cuya tasa de desocupación se mantuvo sin variaciones en ese período, y que se muestra con números pintados en verde. El caso opuesto se verificó durante 2016, cuando la caída en los niveles de actividad se reflejan en el espejo el mercado de trabajo con una tasa de desocupación creciente.


En este sentido, pese a no disponer del dato de desocupación del último trimestre de 2015 por la interrupción de la serie estadística, a menos que pensemos que la Argentina se trasladó a Marte y empezó a llover para arriba, es lógico esperar que con una caída pronunciada del nivel de actividad (-4,4% en octubre; -1,4% en noviembre y -0,1% en diciembre) la evolución en el mercado de trabajo fue asimismo negativa, con una expansión de la tasa de desocupación en comparación con igual período de 2015. Por caso, el 7,6% de desocupación del cuarto trimestre de 2016 se ubica incluso 0,7 puntos porcentuales por encima del nivel del mismo periodo de 2014 (6,9%).

Corroborando lo que venimos sosteniendo, los números del Ministerio de Trabajo de la Nación verifican el empeoramiento del empleo. En diciembre de 2016, se verificó un retroceso de -0,7% entre los asalariados registrados del sector privado (-43.609 trabajadores). En noviembre de 2016 el retroceso fue de -1,1% (-69.629 trabajadores). En octubre, en tanto, el empeoramiento fue más pronunciado aún, con un retroceso de -1,5% (-92.355 trabajadores). Con un agravante: el deterioro que muestran los números del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) publicados por el Ministerio de Trabajo, habla sólo del sector privado formal, una situación que se agrava sensiblemente cuando ese número se proyecta al conjunto de trabajadores informales. 

La intensa actividad de los empleados informáticos, comúnmente conocidos como trolls, del gobierno en busca de desligitimar un paro impuesto por la realidad, que se ha vuelto intolerable para la mayoría de los trabajadores, no hace más que poner en evidencia el apremio del gobierno por ocultar unos resultados económicos que explican el descrédito oficial y la pronunciada caída de la imagen presidencial en todas las encuestas, y que están a la vista de todos los argentinos.

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