1/31/2017

tarifazo, parte 2: las tarifas de energía eléctrica en febrero de 2017

El aumento de las tarifas, para determinados sectores de la sociedad, tiene un impacto mayor en la inflación que el que expresan las estadísticas.

Por un lado, según el nuevo IPC calculado por el INDEC, el 0,35% de los gastos de los hogares está destinado a electricidad. Esto quiere decir que, en promedio, las familias gastan el 0,35% de su ingreso en el pago de la boleta de luz. Pero la ponderación que utiliza el IPC es muy baja, ya que, en la tercera parte de los hogares de menores recursos, el gasto en la luz resulta superior al 10% del ingreso. Entre otros factores, el problema reside en la utilización de encuestas del año 2005 para observar el impacto del gasto que luego dará como resultado el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Por otro lado, resulta relevante analizar el impacto de los incrementos tarifarios en los precios finales, y especialmente en los alimentos. Además del impacto directo en el presupuesto de los hogares, la electricidad y el gas presionan a la suba de todos los bienes, a través del aumento de costos. En este sentido, el impacto final sobre la variación de precios dependerá de cuanto se trasladen a precios los aumentos de costos. Para los deciles más bajos, la preocupación de este proceso se concentra en el impacto sobre los alimentos, eje principal de sus gastos.

Finalmente, cabe recordar que el Gobierno pretende un nuevo aumento de tarifas eléctricas para noviembre. En este caso, los que pretenden el aumento no son las distribuidoras (Edenor y Edesur en la Capital Federal y el Conurbano) sino las generadoras de energía.

El impacto del aumento tarifario resulta significativo para los hogares del decil 1 de ingresos, con consumos de entre 150 y 300 kWh: aumenta 2,51 puntos porcentuales el ingreso destinado a atender el costo de la energía, pasando de representar 3,80% a 6,51% (un aumento del 70%).

En el otro extremo, los recursos destinados a la energía de los hogares del decil 10 también aumentan en 72%, pero dado el escaso peso de dicho gasto sobre su nivel de ingresos, el tarifazo sólo representa un incremento 0,18 puntos porcentuales, pasando de representar el 0,25% a 0,43% de sus ingresos.

En el caso de los hogares con consumos de entre 300 y 600 KWh, el incremento para el primer decil pasa de representar el 7,27% a 10,97% de sus ingresos, es decir, 3,7 puntos porcentuales. El aumento en porcentaje es de 51%.

Para este nivel de consumo, el aumento en el decil 10 es de sólo 0,25 puntos porcentuales, pasando de destinar el 0,48% a 0,73% de sus ingresos (52% de aumento).

Finalmente, el impacto del aumento tarifario para los hogares del decil 1 de ingresos, con consumos de entre 600 y 1200 kWh es de 10,60 puntos porcentuales, pasando de destinar al costo de la energía 11,54% a 22,14% de sus ingresos (un aumento del 92%).

En el otro extremo, los recursos destinados a la energía de los hogares del decil 10 también aumentan en 91%, pero dado el escaso peso de dicho gasto sobre su nivel de ingresos, el tarifazo sólo 
representa un incremento 0,7 puntos porcentuales, pasando de representar el 0,77% a 1,47% de sus ingresos.

En todos los casos, el incremento recae con mucho mayor peso en los primeros deciles de ingresos. Para el primer decil, el peso de la electricidad pasa a representar entre un 7% y un 22% según los diferentes perfiles de consumo.

El impacto del aumento de tarifas resulta significativo particularmente a los sectores de menores ingresos, no sólo por el peso relativo sobre su nivel de ingresos sino también por el traslado a precios, particularmente en los alimentos, destino principal de los gastos de estos hogares.

Según definiciones internacionales, cuando un hogar debe gastar más del 10% de sus ingresos totales, descontados los gastos fijos (que se pueden aproximar por los gastos alimentarios) el hogar sufre de “pobreza energética” (CEPA-IndEP, Octubre 2016). Este nuevo tarifazo incrementará sin dudas la vulnerabilidad de muchos hogares

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El presunto ex accionista de Shell habría colgado en su despacho distintos pósteres del médico y guerrillero argentino-cubano. Además, sus consignas por estos días tendrían la impronta del Che. “Tarifazo o muerte” sería una de ellas. Y también: “El único tarifazo que se pierde es el que se abandona” o “El presente es lucha, el futuro es nuestro”.

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Nadie entiende muy bien a qué se debe la “conversión” de Aranguren. “Habló con Alejandro Rozitchner y ahora está convencido de que es comunista”, señalan sus colaboradores.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

las empresas de energia de los amigotes son:

estado dependiente
currodependiente
y dnu dependiente

mascri maquina de currar a bolazos.

Anónimo dijo...

que no te convenzan los tarifazos son inflacion.

te vacian la heladera a tarifazos.