Julio De Vido
En un reciente acto que encabezó en Lanús para inaugurar una planta de tratamiento de líquidos cloacales, el Presidente de la Nación repitió por enésima vez que ahora sí arranca el plan de obras públicas "más ambicioso" y prometió finalizar "una obra por día".
Semejante anuncio, con el que buscó insuflarle alguna expectativa a una gestión que en materia de infraestructura en 11 meses no ha podido arrancar, encierra otra vez una mentira. La planta que "inauguró" Macri fue construida durante nuestra gestión, en el marco de las obras de expansión de cloacas y agua potable que realizamos a través de AYSA, empresa que, es bueno recordar, fue estatizada por Néstor Kirchner y con Cristina Fernández de Kirchner realizó inversiones por 20 mil millones de pesos, incluyendo las dos obras de agua y saneamiento más importantes de las últimas décadas: la planta potabilizadora de Juan Manuel de Rosas en Tigre y la de tratamiento de líquidos cloacales en Berazategui.
El exintendente de Lanús, Dario Díaz Pérez, fue quien alzó la voz para impugnar el acto deMacri. No es la primera vez que inauguran una obra concluida o que dejamos a punto de terminar. Lo más ridículo es que se dedican a denunciar en forma genérica la corrupción en las obras públicas -sin aportar nunca una prueba concreta- delante de gobernadores, intendentes y empresarios que participaron activamente de nuestro plan de obras, quienes aceptan sin reaccionar que les digan corruptos en la cara, cuando en caso de haber existido los hechos que se denuncian ellos hubieran sido protagonistas inevitables. Por eso apoyamos el proyecto del diputado Grana para que se audite toda la obra pública.
Por más que les pese, entre 2003 y 2015 llevamos adelante el plan de obras pública que, en forma irrefutable, es el más grande de la historia, con inversiones por 107 mil millones de dólares, lo que quintuplica los años anteriores, justamente cuando primaba el modelo neoliberal que Macri pretende reinstalar.
Un interesante informe del OETEC detalla que, según datos oficiales, el 80% de lo invertido en infraestructura desde la vuelta de la democracia corresponde a los períodos presidenciales de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner.
Basándose en series históricas publicadas por el INDEC, el OETEC señala que "desde la asunción de Néstor Kirchner y hasta diciembre de 2015, el plan de obras públicas ejecutado a través del Ministerio de Planificación Federal, con sus 107.825 millones de dólares y sus más de 70.000 obras a lo largo y ancho del país, ha más que triplicado lo invertido en los 20 años anteriores".
En la serie 1984-2014 de Obras Públicas (INDEC) se aprecia que entre 1984 y 1989 se invirtieron a razón de 1.000 a 1.600 millones de dólares en obra pública por año. Los montos en la década del 90, si bien registraron picos de 2.200-2.500 millones de dólares, se mantuvieron prácticamente iguales a los de la administración Alfonsín. Entre 1984 y 2002 el total invertido en obra pública no superó los 25.000 millones. Es decir y comparado con la inversión de los últimos doce años (107.825 millones), un 330% menos.
En el rubro "Viviendas y Edificios para otros destinos", en los últimos doce años se construyeron un 71% más de viviendas y edificios industriales, talleres, escuelas, hospitales, etc. que en relación con las administraciones menemistas y de la Alianza sumadas. Igual para obras hídricas y de saneamiento, infraestructura de transporte, telecomunicaciones y gasoductos: entre 2003 y 2015 se construyeron un 56% más de este tipo de infraestructura que durante las administraciones entre 1993 y 2002.
Otro dato significativo es que durante los últimos doce años el mercado interno consumió un 73% más de cemento portland en comparación con la década del noventa (1990-2002), mientras que un 46% más si hemos de medir el consumo por habitante.
Si bien en un spot de alta rotación en los medios audiovisuales el Gobierno sostiene que "empezaron las obras" la realidad es muy distinta. En su informe sobre "Indicadores de coyuntura de la actividad de la construcción" el INDEC da cuenta del estado de paralización que hoy vive el sector, con serias bajas en cuatro de sus cinco indicadores más importantes.
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) exhibe una caída del 13,1% respecto de igual mes del año anterior y del 12,8% en el acumulado de los primeros nueve meses del año. Sumado a esto, la cantidad de puestos de trabajo en la construcción es de un 13,5% menos en relación con 2015. Además, los permisos de edificación registran un desplome del 22% respecto de igual mes del año pasado. Y la mayor parte de los insumos de la actividad han visto decaer su demanda, tal el caso del cemento portland, que muestra una baja del 11,5% respecto de 2015 y del 12,3% en el acumulado de 2016. Si no hay consumo de cemento no sé de qué plan de obras estamos hablando. La fuerte caída de la construcción se explica por la política económica de ajuste que fabricó una recesión en una economía que dejamos en pleno crecimiento y por la subejecución de las partidas destinadas a obras públicas, principalmente las viales, viviendas y energéticas.
Hace algunos meses, el Gobierno prometió construir en cuatro años la misma cantidad de kilómetros de autopistas que encontró. Cabe recordar que en durante nuestro Gobierno se triplicaron, superando los 3 mil kilómetros (había menos de 1.000 en 2003). Esto quiere decir que Macri prometió construir 800 kilómetros por año. Transcurrido casi un año de Gobierno, sólo han logrado finalizar pequeños tramos, licitados e iniciados por Cristina Fernández de Kirchner. Conclusión, la promesa de duplicar la red de autopistas está muy cerca de ser como los recordados 10 kilómetros de subtes por año que iba a hacer en la Ciudad: una nueva mentira.
Con un cuarto de mandato cumplido y exiguos avances, el "ambicioso" plan de obras de Macri parece ser una más de sus mentiras de campaña. Esperamos que alguna vez se evalúe nuestra gestión por todas las obras que concretamos y dejen de endilgarnos lo que no se hizo en décadas, casualmente cuando se aplicaron políticas como las que impulsa hoy el Gobierno.
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