9/08/2016

unidos por el amor de dios ...

Caciques de la CGT unificada y sus satélites empezaron a mostrarse, por separado, con distintas vertientes del PJ: “renovadores”, massismo y FpV. Y advierten: “Sin triunfo en 2017, no hay 2019”.
Por Martín Ferreyra y Leandro Renou

El triunfo de Mauricio Macri en las últimas elecciones presidenciales sometió al peronismo a un proceso traumático de rearmado y replanteamiento de modos y objetivos, un escenario que, a nivel dirigencial, produjo fugas, pases y agrupamientos de todo tipo y color. Tan revuelto está el río del histórico partido que tampoco el movimiento sindical consigue hacer pie para encolumnarse detrás de ideas y proyectos comunes. En esta coyuntura, hay, quizás, una única verdad para gremios y cuadros: la certeza de que 2017 está cada vez más cerca y que, si no disputa espacio en el Parlamento con Cambiemos, el hipotético regreso del justicialismo en 2019 será sólo una utopía.

Ese detalle es hoy un problema para el peronismo y un pequeño triunfo para el Gobierno ante el mar de problemas económicos y políticos en el que se sumergió casi por propia responsabilidad. En las últimas horas, sorprendió la lectura del responsable de la secretaría de Finanzas de la CGT, Abel Frutos, que fue contundente sobre el rol del kirchnerismo en el movimiento: “El cristinismo y el sciolismo son perdedores; acá no se echa a nadie, pero los perdedores en el peronismo no tienen espacio; esto fue históricamente así”, expresó en una entrevista radial.

El líder del gremio de los panaderos, uno de los más fieles al camionero Hugo Moyano, se animó, incluso, a mencionar el ostracismo al que fue condenadoÍtalo Lúder, el candidato peronista que perdió con Raúl Alfonsín la primera elección post dictadura. Hoy, el contexto parece ser diferente, pero los filo moyanistas poco quieren saber de alineamientos con el peronismo K. “Hay muchos hombres y muchas mujeres que pueden ordenar en este momento difícil, una línea de gobernadores e intendentes”, apuntó y agregó: “Lo que tenemos que entender es que para el peronismo no hay 2019 sin 2017; si el año que viene no se gana, el movimiento no tiene destino”.

Los que siguen esta línea no descartan que el líder del Frente Renovador,Sergio Massa, esté dentro del pelotón de posibles candidatos con los cuales encolumnarse. El martes, de hecho, en un acto de esa fuerza en Florencio Varela, llamó la atención la presencia en primera fila del jefe de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), Gerardo Martínez, que jugó fuerte. “Hemos encontrado, no desde ahora, sino desde hace muchos año, a un compañero más de nosotros. Con capacidad, liderazgo, y ése es Sergio Massa (…). Sergio, los trabajadores estamos con vos”, se apuró a definir la cabeza de los albañiles.

Massa ya puso dos de los tres jefes de la nueva CGT: el petrolero Carlos Acuñay el titular del gremio de Sanidad y legislador del Frente Renovador, Héctor Daer. Y los más entusiastas en las filas del tigrense se animan a contar al líder de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, entre los propios.

El otro polo fuerte de atracción para el sindicalismo es la nueva agrupación de intendentes y gobernadores Grupo Esmeralda/Renovadores, espacio que encabeza el jefe comunal de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. En su debut, ayer en un acto con reminiscencias cafieristas en el Hotel NH City, el bloque variopinto mostró los dientes. “Juanchi” Zabaleta, intendente de Hurlingham, tomó el micrófono para un pequeño discurso y mencionó a Omar Viviani (taxistas), Ricardo Pignanelli (mecánicos de SMATA), Sergio Sassia(Ferroviarios), Daer y Norberto Di Próspero (empleados legislativos) como su guardia pretoriana en el movimiento obrero. Sorprendió la mención al massista Daer. En los pasillos del evento estuvieron, además, el jefe de los canillitas,Omar Plaini, y Oscar Romero, legislador por el peronismo hoy vinculado aDiego Bossio, además de hombre fuerte de SMATA. Sin embargo, en diálogosoff the record, fuentes de los “renovadores” contaron a Letra P que se abstendrán de invulocrarse “en la interna sindical”. “Tenemos diálogo con todos, pero sin meternos”, señalaron. 

“Nos reunimos la semana pasada y de ahí salió la decisión de convocar a reuniones con diputados nacionales y provinciales y con concejales y gobernadores, porque nuestro objetivo es la reconstrucción del peronismo”, contó Sassia a este medio. El conductor de la Unión Ferroviaria y miembro del Movimiento de Acción Sindical (MASA) abundó: “Ya tuvimos un par de reuniones con (el ex presidente de la Cámara de Diputados y frustrado candidato a gobernador bonaerense) Julián Domínguez y con intendentes”. Pero la bajó el tono a las expresiones de Zabaleta. “Hoy no estamos más cerca de ningún sector del peronismo, puntualmente. Nuestra posición es que tiene que haber una reunificación con el abanico abierto. Además del Grupo Esmeralda hay un grupo importante de concejales, 80 concejales de todo el conurbano bonaerense y la provincia de Buenos Aires. En la UF tenemos uno en La Matanza y otro en Merlo y esos concejales que responden al MASA están convocados para la reunión en 15 días. El MASA va a hacer su aporte particular. La semana que viene también nos vamos a reunir con (el ex ministro del Interior Florencio) Randazzo”, detalló el dirigente. Y evadió responder sobreDaniel Scioli y Cristina Fernández de Kirchner. “¿Cristina? ¿Scioli? Nosotros iniciamos la agenda por acá, por ahora vamos a avanzar de esta manera”, esquivó.

Ante la ausencia en la gestión diaria de Antonio Caló, titular de los metalúrgicos de la UOM, salió a marcar la cancha el ex intendente de Quilmes Francisco “Barba” Gutiérrez. Quien, además, integra ese sindicato y el consejo directivo de la CGT unificada, aseguró a Letra P que “el movimiento obrero tiene que ser impulsor de la unidad del peronismo”, que “no es fácil pero ése es el objetivo” y que “los distintos sectores del movimiento obrero tienen afinidad con facciones distintas del justicialismo”.

“Algunos están más ligados a Cristina, otros están con Scioli y el PJ, otros con Randazzo y los intendentes del Grupo Esmeralda. Estamos en un proceso de construcción de liderazgos que saldrán finalmente de una interna y de elecciones generales”, repasó Gutiérrez y concluyó: “En la UOM somos un sindicato abierto; no tenemos una posición definida (…). Lo importante es confrontar con el gobierno de Macri porque no estamos de acuerdo con los tarifazos, con la puesta en riesgo de los puestos de trabajo, con la devaluación, con los aumentos de la canasta básica. Ésa es la posición de la UOM: vamos a estar con los compañeros que quieran construir un modelo nacional porque vemos que en el mundo ningún país descuida su mercado interno”. Gutiérrez estuvo en el acto de Esmeralda, pero no garantizó que eso fuese una conquista del espacio. 

LUISITOS, MOMO Y RESIDUALISMO K. Hoy en día, el macrismo y el kichnerismo parecen tener el mismo problema: un moderado acompañamiento, al menos de la dirigencia, de los sindicatos, considerando que la situación en las bases es diferente. El Gobierno tiene alfiles con poco peso, como el titular de los empleados rurales, Gerónimo “Momo” Venegas, y el representante de los mozos y la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo.

En la CGT del Triunvirato, a los de Barrionuevo ya los llaman “Los Luisitos” y los ven cada vez más lejos de Macri.

El caso de Venegas parece ser el de mayor fidelidad: el Momo comparte hasta consejos de la política agropecuaria con el Gobierno y tiene todas las fichas puestas en que la recuperación económica pueda ponerlo, en un plazo medio, en un lugar de mayor preponderancia.

Internamente, en la CGT confiesan que en la anterior gestión buena parte de la conducción “se traicionó por odio a los Kirchner y llamó a votar por Macri”, pero que hoy semejante aventura es impracticable. “Hoy somos todos más peronistas que antes”, simplifican.

También hay guerras importantes puertas adentro que se avecinan y que tienen que ver con el futuro de la situación económica. El 23 de septiembre se celebrará el Comité Central Confederal, la madre de todas las batallas del flamante triunvirato.

Ese día, se juega el llamado o no a un paro general. El tema está tironeado. “No tenemos muchas alternativas –cree el panadero Frutos-. Primero decían que seis meses era poco, que había que esperar; van nueve meses y todo sigue mal. Y hay algunos que quieren seguir esperando”.

Uno de los que juega a dilatar es Andrés “El Centauro” Rodríguez, de los estatales de UPCN, que no ve paro en el horizonte cercano.

En las filas del kirchnerismo, el escenario es más complicado, porque, además, los sindicalistas no saben quién será el candidato de las legislativas. Si jugará o no Cristina.

El martes por la tarde, en una reunión que mantuvieron cuadros políticos del FpV para analizar la estrategia que llevarán a la Audiencia Pública por las tarifas del gas, programada para el 16 de este mes, hubo delegados de base de UPCN. Pero todo es un misterio. Algunos aseguran que Sergio Palazzo, líder de La Bancaria, no se siente cómodo en ningún lado y que está a la espera, hablando con todos.

La carrera es larga. Tanto como las idas y vueltas de dirigentes. Por ahora, lo único confirmado por la propia CGT es que jugará a todo o nada a un candidato peronista. Algo que para el peronismo, hoy desmembrado y buscando la orilla, no es poco.


@leandrorenou

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