8/16/2016

el avance del ajuste: más demanda y falta de alimentos en comedores comunitarios

Más demanda y falta de alimento en comedores comunitarios de Luján

Cinco comedores del Movimiento Patria Grande se encuentran en situación crítica ante la demora en la entrega de un subsidio municipal. A la escasez de mercadería se suma el incremento exponencial en la cantidad de asistencia registrada en los últimos meses. Ese aumento en el número de personas que necesitan ayuda alimentaria se refleja también en otros centros asistenciales de la ciudad. Completo informe del periodista Nicolás Grande de El Civismo de Luján.
A la escasez de mercadería se suma el incremento exponencial en la cantidad de asistentes registrados en los últimos meses. (Foto El Civismo/InfoGEI)
A la escasez de mercadería se suma el incremento exponencial en la cantidad de asistentes registrados en los últimos meses. (Foto El Civismo/InfoGEI)



La Plata, 15 Ago (InfoGEI).- Una alacena con sus puertas entreabiertas muestra su interior vacío. En la mesa principal un paquete amontona ocho kilos de azúcar divididos en distintos envoltorios, al lado media docena de huevos y las últimas seis cajas de leche. Hacia uno de los laterales del colorido local, varias latas de tomate y una nada pretensiosa dotación de fideos. Esa es toda la mercadería.

La escasez de alimentos permite advertir la dificultad que cada semana deben superar los responsables del Comedor El Grillo, ubicado en el barrio Villa del Parque, para darle una merienda semanal a unos 120 chicos que encuentran en ese espacio, como en otros, un complemento a sus delgadas economías domésticas. Los viernes, se entregan viandas a modo de cena.

El Grillo es uno de los cinco lugares pertenecientes al Movimiento Patria Grande en los que se otorga algún tipo de asistencia alimentaria. Además de Villa del Parque, se asiste en Los Laureles, Ameghino, San Fermín y Padre Varela. La situación de esos espacios es crítica: creció exponencialmente la demanda pero la ayuda estatal municipal se encuentra en los laberintos de la burocracia ya que está demorada la renovación de un subsidio.

Al margen de esa particularidad que involucra a estos cinco comedores, la realidad general para otros espacios que pertenecen a organizaciones o particulares parece ser similar en cuanto a una marcada suba en la cantidad de asistentes y las dificultades en la obtención de una ayuda oficial suficiente y expedita.

De hecho, a mediados de junio el director de Políticas Sociales de la Municipalidad, Carlos Romero, había indicado a este medio que en los últimos meses se expresa un aumento de entre el 10 y el 15 por ciento en la cantidad de concurrentes a comedores diseminados por barrios y localidades: “Seguramente el incremento de los precios ha hecho que más gente necesite asistencia. Estamos hablando de un 10 o un 15 por ciento, que en la cantidad no es un número menor. Es muy posible que el incremento inflacionario haya generado una dificultad”.

EN CRISIS

Guadalupe Ledesma, referente de Patria Grande, explicó que en 2014 se acordó con la Municipalidad un subsidio de 9.000 pesos para la compra de alimentos frescos destinados, en ese momento, a cuatro comedores. Antes de que el acuerdo llegara a su fin, a comienzos de este año la organización gestionó su renovación. Después de superar algunas trabas burocráticas, el último compromiso realizado desde la Dirección de Políticas Sociales apuntaba a resolver el tema a fines de julio, con la duplicación del monto debido a la disparada de precios y la incorporación de un merendero más.

Sin embargo, “desde el 18 de julio el expediente está en Contaduría y no se movió de ahí, desde donde tiene que pasar por un montón de dependencias y nosotros estamos sin certeza de cuándo va a salir el subsidio”.

“Estamos llegando a un límite en el que no estamos pudiendo sostener los merenderos y comedores. Cada vez hay más necesidades y menos recursos”, expuso Ledesma.

Rocío Vermudes es una de las responsables de El Grillo. Mientras el miércoles a la tarde aguardaba que comenzaran a llegar los chicos para retirar la merienda, contó a este medio que “se ve una mayor cantidad de pibes que vienen a buscar la leche, aumentó la cantidad de chicos en los últimos tres meses”.

Dijo que comenzaron el año con unos 40 chicos y que en la actualidad llegan a 120. Los números actuales arrojan el dudoso privilegio de haber superado, por primera vez en los muchos años de funcionamiento que lleva el espacio, su propio record histórico de asistencia, siempre inferior al centenar. 

“El tema del laburo en el barrio está complicado, se nota mucho la falta de la changa. La mayoría de los vecinos tienen trabajos informales, y ese trabajo informal también está desapareciendo. La que iba a limpiar una casa ya no la llaman o la llaman menos. Eso hace que aumente el número en los comedores”, explicó.

Marcelo Medina, otro de los responsables de El Grillo, comentó que el principal ingreso para costear el comedor proviene de ese subsidio municipal. “Después tenemos un aporte propio para solventar pequeños gastos, como compra de garrafas o cosas que van surgiendo”, agregó.

La entrega de alimentos secos (arroz, harina, leche, entre otros) por parte de Nación está demorado desde hace un mes: “Tendrían que haber llegado el mes pasado y no llegaron. Nos dicen que Nación no está entregando leche, que es lo básico. Es una lástima no saber si la semana que viene vamos a tener merendero”, explicaron.

“Lo preocupante es que no estamos dando abasto con tanta cantidad de chicos. La voluntad está, el tema es que no alcanza. Estamos mal, ahora tenemos que salir a buscar donaciones para mantener el espacio. No queremos cerrar el merendero por algunas semanas, es el peor panorama”, advirtió Vermudes.

En las últimas semanas, la escasez de mercadería obligó también a reprogramar la oferta del merendero. Si bien se trabajaba con una rotación semanal, esas variantes se redujeron a tortafritas, cuya producción en serie es más económica que pastafloras o pan casero con algún dulce.

Y la dotación de harina se terminó. “Ya la semana que viene tenemos que conseguir harina para poder hacer el merendero. Esto no nos venía pasando y es algo que preocupa porque son recursos difíciles de conseguir. En el comedor quedan algunos fideos y latas de tomate, pero la complicación es que no tenemos carne. Nos estamos manejando con donaciones de dos pollerías que nos dan menudos de pollo. No es mucho pero es lo que podemos hacer”, plantearon.

En Villa del Parque, como en otros barrios, existen distintos comedores que abren días puntuales a partir de un trabajo en red para no superponerse y garantizar una cobertura extendida durante toda la semana. 

Vermudes marcó que en todos esos espacios se registra un incremento de la asistencia. Por otra parte, cuestionó la falta de respuestas que encuentran vecinos puntuales a pedidos concretos de ayuda en Políticas Sociales. En ese sentido, dijo que “conocemos muchos vecinos que van de manera particular a Políticas Sociales a solicitar ayuda y no les dan nada, está vacío, no hay bolsones, no hay bonos para carne. Directamente te dicen que no, no sé para qué funciona si no tienen nada”.

OTROS CASOS

Viviana Figueroa, referente del Polo Obrero, también se refirió a la situación que atraviesan los espacios de asistencia alimentaria que pertenecen a esa organización. Dos funcionan como comedores, uno en el barrio Villa del Parque y otro en San Jorge. Los restantes brindan servicio de merendero en Lanusse y Open Door.

“Cada vez necesitan más, cada día se nota. En el comedor donde teníamos 50 hoy tenemos 80, donde teníamos 70 son por encima de 100. Cada vez son más. En Open Door son 80 pibes. Esto lo venimos notando desde fines del año pasado, pero en estos últimos tres meses se nota todavía más. Nos encontramos también con desocupados, algunos incluso que trabajaban en fábricas y ahora vienen a pedir alimentos”, comentó.

Si bien no registran inconvenientes con la mercadería enviada por Nación, a nivel municipal se mantiene la misma cantidad de alimentos desde hace varios años, una situación que contrasta con la suba en la demanda: “Nosotros recibimos el mes pasado, estaba lenta la cosa. Venimos recibiendo lo mismo que hace cinco años y no alcanza. Nos han pedido listado de las personas que vienen. Hemos pedido un aumento de mercadería pero no hemos recibido respuestas, estamos esperando una reunión y veremos qué pasa, porque la situación ya no es la misma. Empezamos a ver que cada vez son más los asistentes y pedimos la ampliación. Pero todos los meses hay algo nuevo, se van atrasando, y a veces pasa casi un mes. Eso embroma porque cuando no tenés más nada, ¿cómo cocinás? Entonces tenemos que poner de nuestra plata, a pesar de que la mayoría no tenemos trabajo en blanco”, dijo Figueroa.

En el Comedor Lagrimitas del barrio San Fermín el panorama es ambiguo: cada vez tiene más demanda de chicos que se acercan a recibir asistencia alimentaria, y ante ello crece la solidaridad de vecinos e instituciones.

El listado actualizado de Tati, la encargada del comedor, registra 149 chicos. Ante ello, sorprende la indiferencia de las autoridades municipales. “No le conozco la cara a Charly Romero”, contó la vecina.

No conocer al funcionario encargado de Políticas Sociales no sería un problema. Pero sí lo es el hecho de no recibir asistencia oficial. La última vez que la llamaron fue hace más de dos meses, para darle paquetes de salchicha. Ni siquiera le sirvió un bono para dos garrafas chicas de gas. “No sé qué problema encontraron y no me dieron nada”, dijo. Tampoco recibe beneficios de Provincia o Nación..(InfoGEI)Jd

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