7/24/2016

ya no sé que hacer conmigo: la interna del frente amplio uruguayo


Elecciones en el Frente Amplio, mucho más que una interna

EMMANUEL BONFORTI*

El Frente Amplio (FA) es una de las fuerzas progresistas que ha quedado indemne a la restauración conservadora que azota el continente. El próximo 24 de julio los frentistas concurren a una nueva interna para elegir la autoridad máxima del espacio ¿Qué temas atraviesan a la interna? ¿Cómo llega esta fuerza en un contexto desfavorable para las formaciones progresistas de la región? ¿Qué corrientes pelean por su conducción?
Elecciones en el Frente Amplio, mucho más que una interna

La tradición democrática e institucional es una marca del proceso de conformación de la identidad uruguaya moderna, de esta tradición no escapa la construcción histórica del FA. En la declaración constitutiva de éste se mencionaba la heterogeneidad del nuevo movimiento, aludiendo al apego a las tradiciones del país y su relación con la gesta artiguista, la analogía estaba trazada entre el Frente y el artiguismo, quizás esta última fue la primera expresión latinoamericana de movimientismo político, cuya base social expresaba una alta cuota de pluralidad.
La tradición democrática e institucional es una marca del proceso de conformación de la identidad uruguaya moderna, de esta tradición no escapa la construcción histórica del FA
En la heterogeneidad que confluye en el seno del FA y en la tradición institucionalista de la historia uruguaya, es que puede explicarse la participación política al interior del FA y una nueva edición de internas abiertas.
La situación económica en el país oriental no dista de la del resto de sus vecinos: señales de recesión y estancamiento así como un agotamiento propio de los años de gobierno frenteamplista. En ese escenario, la derecha desde los medios de comunicación realiza una avanzada similar a la de otros países del continente, promoviendo encuestas que otorgan una desaprobación de la gestión de Tabaré Vázquez, acudiendo a las denuncias de corrupción. Envalentonada por las caídas de los gobiernos progresistas de Brasil y Argentina, la derecha opera para que las elecciones internas pierdan legitimidad apostando a una baja participación del electorado frenteamplista para así allanar el camino para las presidenciales de 2019.
Envalentonada por las caídas de los gobiernos progresistas de Brasil y Argentina, la derecha opera para que las elecciones internas pierdan legitimidad apostando a una baja participación del electorado frenteamplista para así allanar el camino para las presidenciales de 2019.
Otra de las estrategias de la reacción consiste en apostar a una elección polarizada entre dos candidatos –Alejandro Sánchez y Javier Miranda– además de construir una agenda que de cuenta de la escasa diferenciación entre candidatos; así la interna perdería relevancia al ser una contienda lavada de contenido y de ideas. Los propios analistas de los medios hegemónicos sostienen que “el problema es cuando se hacen campañas en conjunto y hay poco espacio para la diferenciación”. Entre líneas es posible leer además el deseo de radicalizar posiciones y que estas generen una atomización de espacios dentro del partido que pongan en riesgo la constitución misma del Frente en un futuro cercano.
En total se presentan cuatro candidatos: Alejandro Sánchez, hombre vinculado al Movimiento de Participación Popular (MPP) cercano a Pepe Mujica y con críticas moderadas a Vázquez en materia económica y política internacional. Siendo el candidato más joven, es quien encabeza la avanzada renovadora dentro del FA, propone además de la recuperación de las bases fundacionales y avanzar en una síntesis entre experiencia y juventud. El candidato del “oficialismo”, Javier Miranda, cuenta con el apoyo de los sectores más tradicionales del FA, entre ellos el del Frente Liber Seregni y Danilo Astori. Además se presentan José Bayardi, proveniente de la Vertiente Artiguista, cuyas críticas se dirigen a la necesidad de modernizar el Frente en algunos aspectos con un discurso anti burocrático. Por último, Roberto Conde Carreras, hombre que también discute los elementos burocratizantes del Frente pero que a través de una mirada estratégica de la región promueve un discurso de tono antiimperialista. Las fuerzas que responden a Conde son las que más resistieron al acuerdo del Acuerdo Transpacifico, TISA.
La elección cobra relevancia en un momento crítico de las experiencias populares a nivel continental, las diferentes formas mediante las cuales han sucumbido las mencionadas experiencias invitan a pensar en una caída del Frente Amplio en las presidenciales de 2019. Sin embargo, en la actualidad el Frente, a pesar de haber perdido base social, sigue siendo la primera fuerza en intención de voto. No obstante lo cual, la alarma se enciende cuando se observan los niveles de agotamiento y desgaste de más de diez años de gobiernos frenteamplistas.
La elección cobra relevancia en un momento crítico de las experiencias populares a nivel continental, las diferentes formas mediante las cuales han sucumbido las mencionadas experiencias invitan a pensar en una caída del Frente Amplio en las presidenciales de 2019. Sin embargo, en la actualidad el Frente, a pesar de haber perdido base social, sigue siendo la primera fuerza en intención de voto. No obstante lo cual, la alarma se enciende cuando se observan los niveles de agotamiento y desgaste de más de diez años de gobiernos frenteamplistas.
Además, la interna del Frente se encuentra atravesada por un debate de índole nacional y partidario que es la reforma constitucional, ya que algunos representantes del oficialismo decidieron lanzar la propuesta de reforma a través de una recolección de firmas y luego lanzar un plebiscito que contemple tal reforma. Si bien algunos espacios dentro del Frente, como la Vertiente Artiguista o la Alianza Progresista, motorizan de manera más pronunciada tal reforma, otros sectores se encuentran menos interesados o no han manifestado opinión concreta, como el MPP. Sin embargo, sectores de la oposición, sobre todo el Partido Nacional, rechazan la propuesta de modificar la carta orgánica.
La interna del Frente se encuentra atravesada por un debate de índole nacional y partidario que es la reforma constitucional
Al margen de las especulaciones electorales a nivel nacional, las elecciones internas tanto en Uruguay como en otros países de la región deberían revitalizar la democracia partidaria. Las elecciones internas deberían ser el momento de ideologizar el voto y constituir una oportunidad para las discusiones de fondo sobre contenidos, que en la dinámica de la gestión se ven diluidos.
Posiblemente los frentistas deberían revisar el acta fundacional y recordar algunas de sus máximas. Aquel documento sostenía que “La profunda crisis estructural que el país padece desde hace décadas, su dependencia del extranjero y el predominio de una oligarquía en directa connivencia con el imperialismo, han ido creando, por un lado, hondas tensiones sociales y por otro, un clima de preocupación colectiva sobre el destino mismo de la nacionalidad oriental”. Quizás sea necesario reactualizar a muchas de aquellas preocupaciones pero manteniendo la esencia del nacimiento del Frente, la discusión del imperialismo y una mirada puesta en el desarrollo latinoamericano.
*Sociólogo.
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