7/28/2016

viva perón ...

Por Marta Vassallo, 

"La forma más elaborada de la cultura es la conciencia nacional…”

Franz Fanon

“Entonces el pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza…”

Rodolfo Walsh

En la delicada coyuntura nacional, cuando abundan los llamados a una unidad que implica conciliaciones imposibles, la lucha del movimiento Tupac Amaru por liberar a sus doce presos políticos, y por sobrevivir a la política de extorsión y de terror social implementada por el gobierno provincial, se convierte en la potencial fuente de una confluencia genuina de las fuerzas populares contra las imposiciones devastadoras del capitalismo financiero

Una de las primeras cosas que impactan a quienes hayan recorrido los barrios, fábricas, escuelas, parques y centros de salud que levantó la organización barrial Tupac Amaru en diferentes localidades de Jujuy es la fuerte impronta identitaria, basada en un sólido espíritu comunitario, y en un sentido de la persistencia y el largo plazo de los objetivos que nos es mayormente ajeno a los habitantes de las grandes ciudades.

Entonces empezamos a sospechar que es su alteridad cultural la que le otorga a una población inerme, perseguida, llevada a la desesperación y plagada de carencias una fuerza que la convierte en vanguardia de la resistencia contra el gobierno de la economía especulativa.

Uno de los resabios más evidentes de la época colonial en la actualidad de la región es el estrecho imbricamiento entre la posición social y la etnia de los habitantes, dicho de otro modo, la estructura racista de las sociedades. En el mas alto nivel social de la sociedad colonial se encontraban los originarios de Europa, mayormente de España, y sus descendientes sin mezcla, los estratos intermedios correspondían a los mestizos divididos también según el grado de su mezcla, y en el último estrato se ubicaban las poblaciones originarias sin mezcla y los africanos traídos como esclavos.

Esa estructura racista mantiene su vigencia, y es un factor ineludible en el apoyo al gobernador de Jujuy Gerardo Morales y a su persecución de la Tupac Amaru por parte de los estratos medios de la sociedad jujeña.

En cuanto a lo ajena que se percibe la mayor parte de la población del país respecto de las vicisitudes de la provincia de Jujuy, está en la raíz de un hecho que es tan grave como la situación misma de avasallamiento del poder judicial y de los medios de comunicación en esa provincia: me refiero a que buena parte de la sociedad actúe como si esa situación fuera un problema local, que no concierne mayormente al resto del país; que no reconozca en los sucesos de Jujuy una síntesis del rumbo del país entero: un aparato judicial utilizado para destruir a los enemigos políticos, un modo alevoso de advertir a los sectores de población con menos recursos que no pueden pensar en salir de su situación, que una mejoría en su condición, aunque sea modesta, es la responsable de la catástrofe económica sembrada en realidad por el mismo gobierno de Cambiemos. Así es como al mismo tiempo que mediante aumentos brutales de precios se dificulta el acceso a la carne y la harina que son la base de la alimentación nacional, y después al agua, el gas, la luz, el gobierno declama habernos insertado en el mundo, un “mundo” que se limita a los países más desarrollados de la civilización occidental, precisamente la civilización del confort. ¿En qué país del Occidente desarrollado la calefacción en invierno y el aire acondicionado en verano son lujos?

Todo lo cual lleva a vincular esta ceguera de buena parte de la población con la opción que una ajustada mayoría hizo en las últimas elecciones presidenciales: ser el furgón de cola de un mundo desarrollado cuyo proceso de inexorable degradación pareciera pasarles desapercibido, frente a la opción de asumir el riesgo de concebir un nuevo paradigma social basado en criterios de austeridad y racionalidad no reñidos con la posibilidad del goce de la vida.

La Tupac Amaru ya se había inclinado hace años por la segunda posibilidad. Pesa en esa opción el legado precolombino, y la experiencia de cinco siglos de solapada resistencia, muy alejada de la impaciencia y el oportunismo que sella la dinámica política nacional, donde una derrota electoral se vive como una oportunidad para cambiar rápidamente de camiseta, abandonar las metas sostenidas hasta ayer, y acomodarse a los poderes de turno. Y pesa también su carácter de movimiento social que lo vincula con una de las tradiciones más vivas de conciencia política en la región

Probablemente suceda que la Tupac Amaru no tuviera otra opción que esta que representa. Y es auspicioso observar que esta opción no corre el riesgo, que le atribuyen tantas miradas peyorativas, de confinarse en un pasado imposible de resucitar, del encierro en un aislamiento local. En efecto, la misma comunidad que celebró las fiestas de la madre tierra y el padre sol fue capaz de levantar centros de salud dotados de un alto nivel de conocimiento, rigurosamente puesto al servicio de sus usuarios. El ejemplo más evidente es el Centro de Rehabilitación que funcionó en Alto Comedero, hoy invadido de yuyos y deteriorado por el abandono, que despertó el asombro y la admiración de expertos en rehabilitación con amplia experiencia internacional.

Hay otros ejemplos, más sutiles: la Tupac Amaru ha incorporado a su manera la cuestión de la violencia hacia las mujeres, como lo manifiesta la carta que Milagro Sala envió desde el penal para el pasado 3 de junio, fecha de la segunda marcha bajo la consigna “Ni una menos”; en esa carta señala la falta de “políticas públicas para evitar los femicidios”, lamenta “el cierre de programas nacionales de asistencia a las víctimas de violencia de género y que no haya planes ni acciones en ese sentido a nivel provincial”; denuncia: “La Argentina tiene hoy un presidente … vinculado con personajes como Raúl Martins, dueño de prostíbulos y acusado de trata de personas…” “Desde un primer momento trabajamos en la contención y en la reivindicación de la mujer”, evoca Milagro, “…en las organizaciones sociales las mujeres comenzaron a tomar un protagonismo muy fuerte. El 80 % de los dirigentes de la Tupac Amaru son mujeres: en las cooperativas, en las fábricas, en varios lugares, trabajando de igual a igual con los hombres. ..”

Asimismo había incorporado la cuestión de las identidades de género, como lo demuestra el hecho de que en la Tupac Amaru el día del orgullo gay había llegado a tener su fiesta y su marcha, al nivel de las fiestas de la Pachamama y del Inti Raymi, o la del día del niño.

Esas fiestas ancestrales, lo mismo que las amplias explanadas que rodean la imitación del templo de Kalasasaya de Tiwanaco, y las esculturas en ellas erigidas, son manifestaciones de una síntesis de culturas que no pensaron la vida en términos de confort y consumo, pero sí de celebración de la naturaleza como ámbito de todos los seres vivientes; lo cual las habilita a concebir y a representar sin esfuerzo una alternativa profunda al mundo que se nos presenta como el único válido y posible.

El 21 de julio pasado, la fecha en que se cumplían 40 años de la llamada “noche del apagón”, fue esa misma comunidad quien levantó junto con las banderas de la liberación de su líder Milagro Sala y de los otros once tupaqueros detenidos, junto con la protesta contra la represión policial de los obreros del azúcar y los estatales, la bandera del juicio contra Carlos Blaquier, dueño del ingenio Ledesma, por sus crímenes de lesa humanidad, consagrando así los derechos humanos, uno de los pocos valores sagrados de la cultura contemporánea. No es ajeno a la brutal represión de las fuerzas de seguridad contra los obreros del azúcar del Ingenio Ledesma el pasado 14 de julio, el hecho de que el sindicato de obreros y empleados del ingenio (SOEAIL) haya sido habilitado como querellante contra Blaquier el pasado mes de febrero. Los empleados de Ledesma y la Tupac Amaru son para Blaquier fuerzas a dominar o destruir.

La batalla cultural no conoce en el país una expresión más radical. Esta expresión no surge de las universidades ni centros de investigación, no está inspirada en bibliografía procedente del exterior, surge de una comunidad con sed de saber, que no ha separado esa avidez de la necesidad de resolver sus dificultades y carencias cotidianas. No hay aquí lugar para el cinismo ni para la neutralidad. “El cinismo político es un arma de destrucción masiva en Europa desde hace décadas”, había dicho Iñigo Errejón Galván, del movimiento español Podemos, en el Foro Internacional Igualdad y Emancipación desarrollado en Buenos Aires en marzo de 2015. En una época en que el cinismo se confunde con la inteligencia, en que la ironía escéptica es el colmo de la elegancia, las obras de la Tupac Amaru, hoy abandonadas y atacadas como productos de delitos, testimonian la eficacia de la pasión.

“Viva Perón”, grita desde detrás del alambrado Milagro Sala, después de despedir a sus visitantes, obligándolos a volverse para verla levantar los brazos con los dedos en V, según cuentan quienes lograron verla en el penal en la semana del cuarenta aniversario de la noche del apagón.

En momentos difíciles en que la oposición política se fragmenta, con enormes dificultades para superar el pase de facturas mutuo e interno consiguiente a la derrota electoral, el crecimiento del Comité por la libertad de Milagro Sala a través de la creación de más de veinte delegaciones provinciales y locales (en la última semana se lanzaron los comités de Avellaneda y Luján, y el miércoles 27 se anuncia el de San Martín 3 de febrero) parece convertirse en el testimonio más fuerte de una posible convergencia entre las fuerzas populares. Frente a la imposición de la lógica del capitalismo especulativo, indiferente a la historia y al futuro, despectivo del destino de aquellos cuya vida es devorada por las urgencias de la supervivencia, la Tupac Amaru llama a esas fuerzas heterogéneas a confluir en una alternativa social, económica y cultural al régimen neoliberal y su simulación democrática, fundada en la extorsión y el terror social.

1 comentario:

Anónimo dijo...

VIVA MILAGRO SALA !

HABEAS CORPUS TUPAC AMARU.

LIBERTAD A LA TUPAC YA !