26-J: el desempate en España
MARTÍN SZULMAN*
Elecciones en España: El actual escenario en el Parlamento y los desafíos de las diferentes fuerzas políticas. La estabilidad del Partido Popular y la crisis del PSOE. La novedosa alianza entre Podemos e Izquierda Unida y la pérdida de protagonismo de Ciudadanos.
A sólo 189 días de haber acudido a las urnas para elegir presidente, los españoles volverán a sufragar el próximo 26 de junio, luego de que, por primera vez desde la restauración democrática, no se lograra formar gobierno tras dos votaciones de investidura.
La heterogeneidad y fragmentación política que expresó el parlamento español como resultado de las elecciones del 20 de diciembre último, que rompió con el bipartidismo del gobernante Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE), obligó a que las cuatro fuerzas más votadas tengan que diagramar estrategias de campaña nuevamente. El objetivo es claro: sacudir el tablero político para así destrabar la actual situación de empate, donde la aritmética de escaños (PP 123, PSOE 90, Podemos más confluencias 69, Ciudadanos 40 e Izquierda Unida 2) no permite a las posibles alianzas sumar el ansiado y hoy por hoy quimérico número de 176 escaños (mayoría absoluta) o bien obtener conjuntamente mayor cantidad de votos positivos en la investidura que negativos negociando la abstención del resto de los partidos.
La heterogeneidad y fragmentación política que expresó el parlamento español como resultado de las elecciones del 20 de diciembre último, que rompió con el bipartidismo del gobernante Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE), obligó a que las cuatro fuerzas más votadas tengan que diagramar estrategias de campaña nuevamente. El objetivo es claro: sacudir el tablero político para así destrabar la actual situación de empate, donde la aritmética de escaños (PP 123, PSOE 90, Podemos más confluencias 69, Ciudadanos 40 e Izquierda Unida 2) no permite a las posibles alianzas sumar el ansiado y hoy por hoy quimérico número de 176 escaños (mayoría absoluta) o bien obtener conjuntamente mayor cantidad de votos positivos en la investidura que negativos negociando la abstención del resto de los partidos.
PP: piso firme, techo bajo
Los populares llegan a la “segunda vuelta” encabezando todas las encuestas. Todos coinciden que volverían a ubicarse en la primera posición. Los motivos para asombrarse no son menores. Al mal manejo y profundización de la gravísima crisis económica y social que acarrea el país ibérico desde 2007, con casi cuatro millones de desempleados y más del 22% de la población en situación de pobreza, el PP acumula una trama de casos de corrupción que alcanza a altos dirigentes como a la ex-alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y a la ex-presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
No obstante, a pesar del incremento de los casos de corrupción en los últimos meses, esto no parece afectar su porcentaje de votos. Es que, ante la negativa de las otras fuerzas a conformar un acuerdo de gobierno con los de Rajoy, los populares quedaron rápidamente fuera de la discusión de investidura y no se vieron perjudicados por las idas y vueltas de los fallidos debates de investidura. Además, mantienen la mayor fidelidad de votantes, contando con un núcleo duro muy consolidado con respecto al resto de agrupaciones. Este mismo motivo provoca que, como se espera, ante una mayor abstención, incremente su porcentaje de votos y por tanto su representación parlamentaria. Sin embargo, los conservadores temen que una alta participación en los comicios y el creciente aumento del voto rogado (españoles que votan desde el extranjero), sean un factor que termine licuando su capital de votos.
El PP se presenta a las elecciones polarizando con la alianza de Podemos e IU. Así, bajo el lema de “la España moderada” y “confianza”, como sinónimos de seguridad y racionalidad, eligen enfrentar a quienes a su juicio expresan la radicalidad y lo irracional de la política.
En este sentido, el PP se presenta a las elecciones polarizando con la alianza de Podemos e IU. Así, bajo el lema de “la España moderada” y “confianza”, como sinónimos de seguridad y racionalidad, eligen enfrentar a quienes a su juicio expresan la radicalidad y lo irracional de la política. Por otro lado, incorporan la cuestión catalana señalando que frente a ellos se ubican los que pretenden “romper la unidad de España”.
Unidos Podemos (UP): “somos la alternativa”
Sin lugar a dudas la gran novedad de esta elección es la alianza entre Podemos e IU. Reclamada desde hace tiempo por gran parte de IU y otros actores de la izquierda española, y resistida por la cúpula de Podemos, se cristalizó con el abrazo de los secretarios generales Pablo Iglesias y Alberto Garzón, en la histórica Puerta de Sol, símbolo de las manifestaciones de los indignados durante el 2011. Todos los sondeos coinciden que la alianza no sólo aporta votos, sino que además daría el famoso sorpasso al PSOE acercándose cada vez más al PP. En términos parlamentarios, debido al criticado sistema electoral por circunscripciones que beneficia a los partidos tradicionales, la coalición aumentaría sus bancas superando también a los socialistas
Esta alianza pretende lograr un “gobierno de cambio, sin etiquetas”, a la que se suman también las confluencias territoriales de En Comú Podem (Cataluña), A la Valenciana (Comunidad Valenciana) junto a Compromís y la marca local de IU, y En Marea (Galicia) con las llamadas mareas y el partido del histórico dirigente nacionalista gallego, Xosé Beiras.
La coalición entre Podemos e IU viene luego de una larga discusión que provocó chispazos dentro de la formación morada, donde sectores como el del secretario político, Íñigo Errejón, le escapaban a los rótulos de “izquierda” y defendían más bien la tesis populista en busca de atraer una amplia gama de sectores.
En este sentido la coalición entre Podemos e IU viene luego de una larga discusión que provocó chispazos dentro de la formación morada, donde sectores como el del secretario político, Íñigo Errejón, le escapaban a los rótulos de “izquierda” y defendían más bien la tesis populista en busca de atraer una amplia gama de sectores. La fuerte crisis interna terminó con la salida del antiguo secretario de organización, cercano a Errejón, reemplazado por el carismático Pablo Echenique, perteneciente al sector más crítico con la cúpula. En esta dirección es que Iglesias y Echenique emprendieron en los primeros meses del año la “Gira de los Pablos”, que consistía en mítines con preguntas y respuestas en vivo con el público presente -buscando un mayor acercamiento con las bases y la gente en general-.
Polarizando con el PP y bajo el lema “la sonrisa de un país”, Unidos Podemos afirma que continúan “teniéndole la mano al PSOE –para formar gobierno en conjunto– a pesar de todo” y afirmando que “el sorpasso es al PP, no contra los socialistas”. La campaña, que continuará bajo la dirección de Errejón como en todas las anteriores de los morados, seguirá aportando frescura y con fuerte hincapié en lo emocional y buscando dar un “mensaje de coherencia”.
PSOE: entre la crisis interna y el crecimiento de Unidos Podemos
Los socialistas atraviesan por estas horas la peor de sus crisis desde el retorno democrático. Por un lado, el vertiginoso crecimiento de Unidos Podemos, que no sólo amenaza con dejarlo en el tercer lugar, sino también subordinarlo a un posible pacto de gobierno y, peor aún, arrebatarle la referencia dentro del progresismo. Por el otro lado, las dudas en relación al liderazgo del secretario general y candidato a la presidencia, Pedro Sánchez, se han incrementado luego de quedar en el ojo de la tormenta por las fallidas negociaciones para ser investido presidente.
En este sentido, los sectores más conservadores del PSOE encabezados Felipe González y Susana Diaz son quienes más se oponen a un pacto con los de Iglesias, presionando a Sánchez, quien es más proclive a llegar a algún acuerdo. De esta forma, el sector de González busca hacer campaña contra la alianza de izquierdas señalándolos de chavistas y bolivarianos -e incluso viajando a Venezuela y reuniéndose con la oposición a Maduro, como han hecho recientemente-.
C’s: la novedad sin rumbo
El otro partido emergente de la crisis, Ciudadanos, ha perdido protagonismo en la arena electoral. El partido favorito del establishment para encarnar la renovación de la derecha española y poner un freno al avance de Podemos y sus aliados, parece no encontrar el rumbo de cómo encarar la campaña. C’s no parece comprender contra quién tiene que polarizar. Se presenta como la regeneración moderada de la política española pero a nivel municipal y autonómico no duda en votar junto al PP.C’s no parece comprender contra quién tiene que polarizar. Se presenta como la regeneración moderada de la política española pero a nivel municipal y autonómico no duda en votar junto al PP.
¿Un nuevo gobierno que abra un nuevo ciclo continental?
Es indudable que la fractura del sistema político español obliga a los partidos a tejer alianzas más allá de sus diferencias si pretenden salir de la actual situación de empate. Este fenómeno, sin embargo, no es propiedad exclusiva de España, más bien es de carácter continental y que amenaza a todos los partidos tradicionales de Europa.
Un eventual gobierno liderado por Unidos Podemos podría ser el comienzo de nuevo ciclo político en el viejo continente
Un eventual gobierno liderado por Unidos Podemos podría ser el comienzo de nuevo ciclo político en el viejo continente, que busca recomponer su contrato social, es decir, el tejido social, económico, político y financiero que se ha roto con la crisis mundial. Además, no es menor que un gobierno de tales características podría tener sobre la quinta economía de la UE y con una destacada posición dentro de la OTAN. Cambio que podría impulsar a fuerzas similares y alternativas a futuro en otros países de la región como el laborismo británico de Jeremy Corbyn o el movimiento paneuropeo Democracy in Europe Movement 2025 (DiEM25) liderado por el ex ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, a obtener triunfos.
*Sociólogo (FSOC-UBA) szulmanm@gmail.com
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