VERÓNICA GIORDANO*
El intento de restauración neoliberal en la región no sólo altera el tablero político y económico. El género, y específicamente el femenino dentro del centro de poder, intenta ser reconfigurado por las derechas latinoamericanas. ¿Qué expresan las principales figuras femeninas? ¿Cómo son reflejadas sobre la sociedad civil?

No obstante, son las recientes figuraciones de las esposas de Mauricio Macri en Argentina (Juliana Awada, primera dama) y Michel Temer en Brasil (Marcela Temer, señalada por la prensa opositora como “cuasi” primera dama) quienes nos proponen un nuevo rodeo sobre la relación entre estética y política.
Son las recientes figuraciones de las esposas de Mauricio Macri en Argentina (Juliana Awada, primera dama) y Michel Temer en Brasil (Marcela Temer, señalada por la prensa opositora como “cuasi” primera dama) quienes nos proponen un nuevo rodeo sobre la relación entre estética y política.

En Argentina, el 21 de abril el diario La Nación se embelesó con la noticia de que la primera dama Juliana Awada hubiera posado en la residencia presidencial para la reconocida revista de moda internacional Vogue, de España. La Nación, “tribuna de doctrina” que imaginara Bartolomé Mitre,
recalcó estos atributos de la esposa del presidente Mauricio Macri: “su pasión por la moda”, su preocupación por tener una “activa presencia en la educación de sus hijas” (Valentina de 13 y Antonia de 4 años), y su deseo de ser “sostén emocional” de la familia.

En la misma semana, dos medios han ilustrado las figuras femeninas de las derechas latinoamericanas encarnando el canon moderno de mujer, encumbrando la belleza, la fertilidad, el amor. Nada se ha dicho que menosprecie a estas mujeres por ser figuras que “acompañan” a varones prominentes. Al contrario, es la capacidad de “acompañar” con afable carácter lo que convierte a estas mujeres en objeto de elogio.
Nada se ha dicho que menosprecie a estas mujeres por ser figuras que “acompañan” a varones prominentes. Al contrario, es la capacidad de “acompañar” con afable carácter lo que convierte a estas mujeres en objeto de elogio.
El contraste con las figuraciones de género de las mujeres presidentas es notorio. Tres de ellas eran viudas de prominentes figuras de la política nacional (“Isabelita” viuda de Perón; Violeta Chamorro, viuda de Pedro Chamorro –una y otra incluso llevan el apellido de sus maridos–; Moscoso, viuda de Arnulfo Arias). Y fue su condición de “viuda de” el principal atributo con el que se legitimó o deslegitimó su ejercicio del poder. El caso de Michelle Bachelet, Cristina Fernández de Kirchner y de Dilma Rousseff es diferente, pues se trata de mujeres que tenían una nutrida militancia previa. Sin embargo, no faltaron los calificativos peyorativos: títere de doble comando, la una; ojito derecho de Lula, la otra.
El contraste con las figuraciones de género de las mujeres presidentas es notorio. Tres de ellas eran viudas de prominentes figuras de la política nacional (…) Fue su condición de “viuda de” el principal atributo con el que se legitimó o deslegitimó su ejercicio del poder. El caso de Michelle Bachelet, Cristina Fernández de Kirchner y de Dilma Rousseff es diferente, pues se trata de mujeres que tenían una nutrida militancia previa. Sin embargo, no faltaron los calificativos peyorativos: títere de doble comando, la una; ojito derecho de Lula, la otra.

¿Cómo interpretar estos contrastes? La realidad nos muestra que cuando el estilo estético-político de las mujeres vinculadas a las estructuras de poder se sale del canon de la femineidad, todo lo relativo al mundo femenino aparece como estigma.
* Doctora en Ciencias Sociales. Investigadora de CONICET. veronicaxgiordano@gmail.com
1 comentario:
El político neoliberal sudamericano tiene que exhibir hoy tres características:
a)llegar al poder de chiripa, en el caso de Mau, porque se nos mancó el manco en la última recta, en el caso de Michel de Temer, por un golpe blando.
b)implementar planes de ajuste que agravan la situación, por supuesto echando culpas al que lo precedió por no haber ajustado.
c)tener de primeras damas a mujeres-adorno con notorio cerebro-less y tilingo style of life, a las cuales los grupos mediáticos oficialistas se encargarán de dotar de aires aristocráticos y hasta celebrarán que poseen algún rasgo de intelecto, al elogiar algún discurso pedorro pronunciado por estas mujeres-adorno (que leyeron de un papelito escrito por otro, por supuesto).
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