5/05/2016

contradicciones en el seno del pueblo

La titular de la compañía estatal se apoya en los gremios. En la Jefatura de Gabinete, furiosos, ya hablan de un “co-gobierno”. Cruces por el nivel de subsidios y la apertura comercial.   


La Jefatura de Gabinete de la Nación continúa en una guerra silenciosa y subterránea con la titular de Aerolíneas Argentinas, Isela Costantini, que hace días le informó a los empleados de la empresa que el Gobierno de Mauricio Macri “nos comunicó que nuevamente nos reducen de forma significativa el nivel de subsidios para este año”.

La misiva, que llegó a todos los trabajadores de la aerolínea de bandera, encendió las alarmas en los despachos de Balcarce 50, donde ya se habla de una especie de “co-gobierno” entre Isela y los gremios que operan en Aerolíneas. El reclamo es el mismo que se repitió durante todo el verano: la CEO de la compañía pide más fondos (en concepto de subsidios) a la Nación para solventar el déficit que le dejó la gestión anterior.

En marzo, la ex General Motors le dijo al propio Macri que para que Aerolíneas logre ser sustentable en el tiempo necesitaba que la Casa Rosada le gire este año 422 millones de dólares en concepto de subsidios. La respuesta de la Jefatura de Gabinete no se hizo esperar y fue lapidaria para los planes de la conducción de Aerolíneas: la orden de reducir gastos se mantiene y el Estado sólo enviaría 260 millones de dólares; un 38 por ciento menos de lo solicitado.

La mala relación entre los hombres fuerte de la Jefatura que tomaron intervención en la política aerocomercial con Isela fue in crescendo. El secretario de Coordinación de Políticas Públicas y ex CEO de LAN Argentina,Gustavo Lopetegui, desde el principio le marcó que el dinero que reclamaba jamás le llegaría y le ordenó que “profundice” el ajuste. Tiempo después, la negociación de la Jefatura de Gabinete con Aerolíneas quedó en manos del secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana. Por ese entonces,Lopetegui, furioso por el vínculo de Isela con los sindicatos y por el nombramiento de Daniel Maggi, ya había dejado de atender el teléfono la funcionaria que llegó al PRO de las manos del ministro de Transporte,Guillermo Dietrich.

La relación con Quintana no es muy distinta. El ex Farmacity la cuestiona delante de otros funcionarios y fue quien le adelantó que el nivel de subsidios no superaría los 260 millones de dólares para el año corriente.

Asediada, Isela envió una carta a los trabajadores en la que contó la situación de la compañía, exhibió la posición del Gobierno ante los subsidios y pidió que “continuemos trabajando por nuestra querida Aerolíneas”. “Hoy más que nunca”, agregó.

La CEO de Aerolíneas tiene en mente cortar con los subsidios que la compañía recibe por parte del Estado nacional para lograr sustentabilidad en el tiempo. Pero ese plan sería gradual y duraría cerca de cuatro años, además no comparte la decisión de la Jefatura de Gabinete de eliminar rutas como Miami, Roma y Barcelona. Entre otros temas, estos fueron el foco de su primer cruce con Lopetegui, como informó este portal en el mes de marzo.

Días atrás, Costantini fue entrevistada por el periodista José Del Río en la sección Conversaciones del diario La Nación. En ese diálogo vertió una serie de títulos que fueron examinados una y otra vez por los gremios y por la Jefatura de Gabinete de la Nación.

“Yo creo que se puede hacer una empresa sustentable en el sentido de que puede mantenerse con sus propios recursos, pero necesitamos tiempo. Esto es un enfermo que no es del día para la noche que lo podemos revertir. Necesitamos y creemos que el déficit cero se puede cumplir en tres o cuatro años”, deslizó, en un claro mensaje a quienes le reclamaron un ajuste rápido y eficaz.

Por otra parte, se refirió al pedido de eliminación de vuelos “deficitarios” que le hicieron llegar los laderos de Marcos Peña. “Cuando uno ve la estructura de costos ve que tenemos algunos vuelos de cabotaje e internacionales que dan pérdida. La fórmula más sencilla sería que lo que da pérdida lo eliminamos, pero no lo vemos de esa forma”, evaluó.

La CEO de Aerolíneas entiende que para que la compañía crezca debe encontrarse una forma de que sea rentable. “Y es ahí cuando yo digo que no es un plan mágico nuestro ni cuándo el gobierno te dice ‘tenés tantos subsidios’, sino que es un trabajo de sentarse con los gremios y decir queremos seguir volando estas rutas, queremos hacerlas más rentables o dejar de perder plata”, sostuvo en diálogo con La Nación.

En ese sentido, agregó: “Ahí es donde viene el gran desafío con los gremios para que estas rutas sean viables y podamos seguir creciendo en las rutas internacionales”. Sin embargo, la frase sobre los sindicatos que hizo sulfurar a la Jefatura de Gabinete fue otra. “Hubo varios presidentes que gestionaron Aerolíneas con un fin político o un objetivo. Lo único constante en un promedio de 13 años de antigüedad, que tiene hoy un empleado de Aerolíneas, fueron los gremios. Entonces, los gremios, para nosotros, son una parte muy importante de lo que nosotros queremos hacer con Aerolíneas”, destacóCostantini.

Una y otra vez, Isela defendió a los trabajadores y subrayó la posibilidad de que la aerolínea de bandera compita de igual a igual con las empresas externas que empiezan a operar al país, tal cual decidió el Gobierno. Por esa situación, recibió un sorprendente respaldo: el ex titular de la compañíaMariano Recalde envió una carta a los empleados de Aerolíneas en la que destacó las “buenas intenciones” de Costantini.

A la noticia del recorte de subsidios, se sumó la intención de Quintana de habilitar líneas Low Cost en los mercados de cabotaje y regional, situación que golpea de lleno a los vuelos más rentables de la compañía. Este lunes Isela se reunió con dirigentes de la Federación Argentina de Personal Aeronáutico (FAPA) para comunicarles el cierre de grifo por parte del Gobierno nacional. Además, les dio a entender que con los gastos actuales sólo tiene para dos meses y que la Jefatura de Gabinete le abrió las puertas a Avianca y Ryanair, dos reconocidas empresas Low Cost.

En ese sentido, informó que “no tiene” otra opción que ajustar gastos. Acto seguido, los gremios comenzaron con reuniones informativas y el panorama podría complicarse y profundizarse próximamente: en agosto comienza las paritarias y FAPA ya exige un piso del 40 por ciento.

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