encima esto! : ya en senadores hablan de goleadaaaa!

Buitres: el FpV analiza revertir algunos votos para evitar otra goleada de Macri

Por: Redacción | Para Letra P

El aval de los gobernadores garantiza la sanción del acuerdo en el Senado. Sin embargo, en el bloque de Pichetto quieren ajustarle el número de cara a la negociación por la coparticipación.

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Este martes, el Senado firmará el dictamen del proyecto con las ofertas y la autorización de endeudamiento para pagarles a los fondos buitre, aunque recién será ley el miércoles 30. Pese a los plazos extendidos y lo complejo del expediente en trámite, su aprobación es cosa juzgada: el aval de los gobernadores peronistas le garantizó al oficialismo muchos votos más de los necesarios. Ese escenario es el que por estas horas estaría revirtiendo la posición de algunos senadores del Frente para la Victoria (FpV) que, al verificar que la sanción de la ley no corre riesgos, se estarían inclinando por el rechazo, con el único fin de no regalarle al presidente Mauricio Macri un triunfo rutilante y similar al que obtuvo la semana pasada en la Cámara de Diputados.

Un encumbrado legislador radical, clave en la articulación con el PRO en la alianza Cambiemos, deslizaba la semana pasada que al oficialismo le faltaban “siete u ocho votos” en el Senado para que el proyecto fuera ley en los plazos previstos. Es decir, días antes del 14 de abril, fecha tope aceptada por el juez Thomas Griesa para que la Argentina ejecute los pagos a buitres y holdouts en las condiciones acordadas en Nueva York. Ese cálculo no tomaba en cuenta el apoyo de ningún senador del FpV. Hoy, de la bancada que preside Miguel Pichetto esperan unos 15 votos positivos. Los más optimistas hablan de 20. Pero ésta sería la tendencia que, de a poco, empezaría a revertirse.

Los cálculos más auspiciosos para el oficialismo auguran un escenario de 50-21, sin contabilizar posibles ausentes. Ese “50” es el que empieza a hacer ruido en parte del bloque del FpV. Sobre todo, en vísperas de que el Ejecutivo y la liga de gobernadores inicien negociaciones más serias sobre el reparto de fondos coparticipables. Los senadores que responden a los jefes de sus provincias quieren darle a la Casa Rosada un triunfo la próxima semana; lo que no quieren es regalarle una goleada que engorde el poder de fuego de Macri.

CUENTAS. En Cambiemos manejan un piso de 28 votos entre propios y aliados. Seis macristas y nueve radicales son los 15 que representan al Gobierno en el Senado. Ésa es la base que empieza a engordarse con los tres del interbloque UNA (la alianza entre el Frente Renovador de Sergio Massa y los ex gobernadores de Córdoba José Manuel de la Sota y de Chubut Mario Das Neves), los dos del Movimiento Popular Neuquino (MPN), dos senadores del PJ pampeano que responden al gobernador Carlos Verna, los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso (votarán a favor pese a las críticas al proyecto del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá), Jaime Linares (GEN), el sanjuanino Roberto Basualdo y los ex gobernadores Juan Carlos Romero (Salta) y Carlos Reutemann (Santa Fe).

A ese piso es al que suman voluntades de varios senadores que levantarán la mano encolumnados con gobernadores que el año pasado ganaron en sus provincias referenciándose en la figura de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El de Salta, Juan Manuel Urtubey, aportará tres votos: el de su hermano Rodolfo, el de su primo Dalmacio Mera y el de la senadora María Cristina Fiore Viñuales.

Santiago del Estero y Misiones eran dos distritos que, gracias a la estrategia electoral que jugaba el kirchnerismo allí, le permitían al gobierno de Cristina quedarse con las dos bancas de mayoría y también con la de minoría que corresponden a cada provincia en el Senado. El 30 de marzo, esas seis sillas serán votos a favor del acuerdo buitre: serán las del ex gobernador Gerardo Zamora y Ada Itúrrez de Capellini, del Frente Cívico de Santiago pero miembros del FpV, y la de Gerardo Montenegro; por Misiones, Sandra Giménez y Salvador Cabral del gobernante Frente Renovador de la Concordia, más Juan Manuel Irrazábal del FpV.

Sólo con estos nueve votos extra, Macri ya podría empezar a festejar. Pero serán varios más. El propio Pichetto subrayó la necesidad de “resolver” el conflicto con el 7% de los tenedores de bonos que no entraron a los canjes de 2005 y 2010; el santafecino Omar Perotti, la catamarqueña Inés Blas y los ex mandatarios de Tucumán José Alperovich y de Jujuy Walter Barrionuevo también darían el visto bueno.

Todavía hay ciertas dudas sobre los chaqueños Eduardo Aguilar y María Inés Pillati Vergara, más cercanos al ex jefe de Gabinete Jorge Capitanich que al mandatario de su provincia, Domingo Peppo (quien dio el visto bueno al proyecto), los chubutenses Mario Pais y Nancy González, los fueguinos José Ojeda y Julio Catalán Magni y los bonaerenses Juan Manuel Abal Medina y María Laura Leguizamón, todos miembros del bloque del FpV.

Todos ellos hoy estarían más cerca del Sí que del No. De hecho, varios de los senadores de esta lista son firmantes de un proyecto que impulsan Pichetto y Rodríguez Saá para modificar la ley de Administración Financiera para suspender la delegación de facultades del Congreso al Ejecutivo para emitir deuda, además de fijar cláusulas restrictivas para condicionar al Gobierno.

Otros dos votos en danza son los de los entrerrianos Pedro Guastavino y Sigrid Kunath. Si bien el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, dijo públicamente que instruyó a los legisladores de su provincia votar a favor de la ley que bajó el Ejecutivo, lo cierto es que ninguno de los dos es un delfín directo del mandatario. Y Kunath, hasta aquí, siempre ha jugado más cerca del ala cristinista del bloque que del sector que se alinea detrás de Pichetto.

El universo de los rechazos consolidados lo integran el grupo de senadores del FpV que siguen reconociendo a Cristina como su jefa política. Son una quincena de senadores, varios de ellos miembros de La Cámpora. Y se agregan los de Fernando Pino Solanas y Magdalena Odarda. Todos dan por hecho que Carlos Menem, como acostumbra, no será parte de la sesión.