No prosperó la apelación del gobierno porteño contra un fallo de primera instancia que ordenaba derribar la pared que impedía el tránsito sobre la calle Ascasubi del barrio de Barracas.
Los jueces de la Cámara de Apelaciones de la Ciudad de Buenos Aires en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Esteban Centanaro y Fernando Juan Lima, resolvieron declarar desierto el recurso de apelación interpuesto por el Gobierno de la Ciudad contra una sentencia de primera instancia dictada en abril pasado por la jueza Lidia Lago en la cual ordenó al Ejecutivo porteño que –a través del organismo o dependencia que corresponda– “proceda a demoler el muro existente en la calle Ascasubi en su intersección con la calle Luna de esta Ciudad y remueva cualquier obstáculo existente a fin de garantizar la libre circulación por las referidas arterias”.
Al rechazar el pedido de apelación del Gobierno porteño, los camaristas dieron vía libre a la orden de demolición que resultó del fallo en primera instancia de la juez Lago y que el PRO se negó a cumplir. La administración porteña tiene 10 días para cumplir con la orden judicial que fue avalada por todos los miembros de la Cámara en cuestión menos por la jueza Mabel Daniele que no suscribó por hallarse en uso de licencia.
En 2013 los legisladores del Frente Progresista Popular Aníbal Ibarra y María Elena Naddeo, con el apoyo de Juan Cabandié, presentaron una acción de amparo junto a vecinos de la Villa 21-24 de Barracas por la existencia de un muro de cuatro metros sobre la intersección de la calle Hilario Ascasubi y Luna, en el sur de la Ciudad.
La pared, según se denunció en ese momento, interrumpía el paso de vecinos y formaba parte del estacionamiento privado y depósito de la planta de la empresa Clarín.
El miércoles 8 abril de este año la jueza Lidia Lago ordenó al Gobierno porteño demoler el muro en un plazo de 10 días, pero la administración de Mauricio Macri apeló la medida y el expediente desembarcó a la Cámara de Apelaciones de la Ciudad de Buenos Aires en lo Contencioso Administrativo y Tributario.
Según se informó desde el Sistema de Difusión Judicial porteño, el 8 de octubre los camaristas integrantes de la Sala II, Esteban Centanaro y Fernando Juan Lima, consideraron “insuficientes” los argumentos expuestos por la apelación del Gobierno de la Ciudad.
Esa medida se centró exclusivamente en considerar que los impulsores del amparo “carecían de la suficiente aptitud procesal” y que “como ciudadanos, los actores no tenían el interés legítimo y directo con relación al objeto de autos“.
En la sentencia se sostiene que “a criterio del tribunal el recurso incoado no cumple con los requisitos necesarios para ingresar a su tratamiento”, ya que “la demandada reiteró la genérica afirmación” que los actores “carecían de interés legítimo y directo en la demolición del muro en cuestión, sin rebatir suficientemente los argumentos expuestos por la Sra. Juez de primera instancia para admitir legitimación procesal de los actores en su condición de ciudadanos”.
“Lo expuesto precedentemente pone a las claras que, en su expresión de agravios, la recurrente no ha logrado poner en crisis la sentencia dictada en autos, situación que resulta suficiente para declarar la deserción del recurso incoado”, expresa la resolución.
El muro de la polémica
Según consignó el portal Infojus, el muro se construyó en la década del noventa y primero existió un alambrado que perimetraba ese sector de la planta impresora del Grupo Clarín.
Una vez levantado, el muro impidió la circulación de los vecinos por la calle Hilario Ascasubi al 3200, a metros del Riachuelo. El tema tuvo mucho rebote en los medios en 2013, luego de la denuncia y el amparo presentado por los diputados kirchneristas pero el impacto fuerte llegó con un episodio confuso que tuvo como protagonista al periodista Víctor Hugo Morales.
El conductor de radio Continental se encontraba realizando una cobertura periodística sobre el muro ilegal edificado por el matutino porteño cuando un auto se le fue encima y terminó por embestirlo a baja velocidad. Morales resultó herido levemente por el embiste y el incidente fue reproducido en varios medios de comunicación, especialmente en las redes sociales.
“Conté por radio que íbamos a ir y nos esperaron gente pesada que nos dijo cosas muy hirientes. La instrucción era no hacernos daño físico”, afirmó en declaraciones radiales.
En diálogo con el portal Infojus, el relator uruguayo sostuvo que “Clarín mantiene diversas tensiones con gente de esa zona y a veces la usa para protegerse”.
“Todos los vecinos alguna vez protestaron, pero la empresa logró cooptarlos. Y ahora los confronta con los que quieren, por sentido ciudadano, por interés de defender a su propia ciudad, que se derribe ese muro. Y se construyó con la connivencia deleznable entre el grupo Clarín y el Gobierno de la ciudad deMauricio Macri”, agregó.
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