#EstoApenasEmpieza:
ANA LÓPEZ MOLINA, JULIETA ROSTICA, LAURA SALA*
Las elecciones en Guatemala tras la renuncia de Otto Pérez Molina. El descubrimiento de una red criminal de defraudación aduanera y la acusación contra el ex presidente. El apoyo de la embajada estadounidense y el sector empresario organizado. Alianzas y reacomodos frente al próximo escenario electoral.
El pasado 3 de septiembre renunció el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, luego de que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público (MP) lo acusara de ser el jefe de una red criminal de defraudación aduanera conocida como “La Línea”. Perez Molina es un ex militar, kaibil, partícipe del genocidio perpetrado entre 1982 y 1983, que triunfó en las elecciones con el Partido Patriota (PP) bajo la consigna de la mano dura (su pasado ya ha sido analizado por Rodolfo Arévalo en la edición del 16 de junio de 2015: Grave Crisis en Guatemala: Pasado y Presente).
Desde abril que se dieron a conocer las primeras pruebas de “La Línea” hasta el 21 de agosto que la investigación dio cuenta del lugar de Pérez Molina en la red, la embajada estadounidense y el sector empresarial organizado (CACIF) habían sido uno de los sostenes del ex-mandatario para no perder el control de la situación en vista de las elecciones generales que deberán llevarse adelante el próximo domingo 6 de septiembre.
[…] la embajada estadounidense y el sector empresarial organizado (CACIF) habían sido uno de los sostenes del ex-mandatario para no perder el control de la situación en vista de las elecciones generales que deberán llevarse adelante el próximo domingo 6 de septiembre
Detrás de “La Línea” hay una larga historia de crimen organizado, inteligencia militar, contrabando y aduanas que se extiende por lo menos hasta los años setenta cuando el Ejército estableció una oficina paralela en las aduanas del país para detectar el tráfico de armas destinadas a grupos de la izquierda armada. De allí surgiría una organización de defraudación aduanera compuesta por oficiales del ejército y funcionarios de diversos ámbitos del Estado. Muchos de sus miembros habían formado parte de los grupos de inteligencia militar vinculados a los generales retirados Francisco Ortega Menaldo y Otto Pérez Molina, respectivamente.
Detrás de “La Línea” hay una larga historia de crimen organizado, inteligencia militar, contrabando y aduanas que se extiende por lo menos hasta los años setenta cuando el Ejército estableció una oficina paralela en las aduanas del país para detectar el tráfico de armas destinadas a grupos de la izquierda armada.
En 1996, la red fue descubierta, pero “La Línea” no fue disuelta. De la mano de Pérez Molina, la estructura criminal se rearticuló y modernizó, dándole nueva vida a las estructuras paralelas criminales dentro del Estado. Estas estructuras son el resultado de alianzas entre la burguesía nacional más conservadora y los militares, y se fraguaron durante el llamado conflicto armado interno. Con la transición a la democracia formal, la paz y el neoliberalismo, y los cambios económicos a nivel local y mundial, se produjo un reacomodo de estas alianzas (o el surgimiento de nuevas).
Estas estructuras son el resultado de alianzas entre la burguesía nacional más conservadora y los militares, y se fraguaron durante el llamado conflicto armado interno.
El ejército siguió siendo una parte importante de esta coalición (como lo demuestra la presencia de uno de sus hombres fuertes en la presidencia de la república a partir de 2012) que incluye, no sin tensiones, a las elites transnacionalizadas, las empresas transnacionales, el CACIF y a las elites políticas. Alianza que, como las que predominaron en la historia guatemalteca, con la sola excepción de la primavera democrática (1944-1954), se basa en la exclusión de amplios sectores sociales y políticos. “La Línea” y, con más fuerza, la salida de juego de Pérez Molina, impulsan un nuevo reacomodo dentro de esa alianza de exclusión.
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Al menos un sector de los militares sigue en pie. El humorista Jimmy Morales, presidenciable por el Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), partido fundado en 2008 por la Asociación de Veteranos Militares (Avemilgua), aparece en las encuestas como uno de los punteros para el domingo, favorecido por élites empresariales y recursos del PP. El otro favorito de las encuestas, Manuel Baldizón del Partido Lider, es un empresario con señalamientos de corrupción, con diez diputados que están siendo investigados por la CICIG y quien, desde el Congreso, sostuvo a Pérez Molina en su cargo hasta último momento. Hasta que asuman las autoridades electas en enero, ejercerá la presidencia el reemplazante de Roxana Baldetti (ahora presa), Alejandro Maldonado Aguirre, un juez que llegó a la Corte de Constitucionalidad con los votos del PP y con récord de fallos para mantener al sistema político y económico. Con orígenes en la extrema derecha, fue uno de los jueces que entorpeció el proceso por genocidio contra José Efraín Ríos Montt.
Hasta que asuman las autoridades electas en enero, ejercerá la presidencia […] Alejandro Maldonado Aguirre, un juez que llegó a la Corte de Constitucionalidad con los votos del PP y con récord de fallos para mantener al sistema político y económico.
Las constantes movilizaciones sociales desatadas al calor de la investigación, en la ciudad y los departamentos, y la organización social y popular con la inclusión de las clases medias urbanas, que no se movilizaba pacíficamente desde 1944, lograron un paro nacional el 27 de agosto por primera vez sin la venia del CACIF. La jornada convocó al triple de personas que la del 25 de mayo, exigiendo no sólo la renuncia sino el juicio. Algunos sectores, además, exigen postergar las elecciones hasta que las condiciones aseguren su legitimidad. Todo esto hace más incierto y un poco más alentador el panorama.
*Grupo de Estudios sobre Centroamérica (IEALC – UBA)
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