9/02/2015

lo que viene, lo que viene


La jueza María Luisa Lucas, presidenta del organismo y miembro delTSJ desde 1983, le dijo a Letra P que en la provincia “se respeta la democracia”.  Se vota el 20 de septiembre. 


Tras el escándalo que dejaron los comicios en Tucumán, todas las miradas están puestas en Chaco, escenario de las próximas elecciones provinciales. Mientras en el Frente para la Victoria hay quienes temen que el 20 de septiembre se desate una nueva ola de denuncias que entorpezca la marcha del candidato Daniel Scioli hacia octubre, la oposición ya comenzó a hacer foco en las prácticas clientelares. Sin embargo, los actores políticos chaqueños aseguran que el escenario tucumano no se trasladará a la provincia que gobierna Jorge Capitanich.

“En Chaco respetamos la democracia, venimos haciendo elecciones pacíficas. Los chaqueños votamos con felicidad y aquí se aceptan los resultados”, le dice a Letra P la presidenta del Tribunal Electoral de la provincia, María Luisa Lucas. De acuerdo con la jueza, también miembro del Tribunal Superior de Justicia de la provincia, “la elección está garantizada, no va a haber problemas”.

En las elecciones generales del 20 de septiembre se implementará la boleta única electrónica, idéntica a la que se utiliza en Salta y en la Ciudad de Buenos Aires. El sistema ya había sido usado, en algunas mesas, en el año 2011. En esta oportunidad se aplicará en las 804 mesas de la ciudad de Resistencia, y en 9 de Sáenz Peña, 30 de Charata y 31 Villa Ángela. De las 3054 urnas que hay en toda la provincia, casi un 29 por ciento se concentra en esas cuatro localidades.

La implementación de la boleta electrónica fue producto de una negociación entre el gobernador Capitanich y la intendenta radical de Resistencia y candidata a gobernadora por el frente Vamos Chaco, Aída Ayala. La intendenta había amenazado con desdoblar las elecciones municipales de las provinciales, algo que atentaba contra los planes del gobernador, que es candidato a intendente de la capital provincial y aspiraba a arrastrar, desde su lugar en la boleta, votos a su candidato a gobernador, Domingo Peppo.

Consciente de la estrategia política de Capitanich, Ayala anunció que la convocatoria a elecciones municipales estaba prevista para el 8 de noviembre. Sin embargo, se mostró dispuesta a ceder en su postura con la condición de que Capitanich aceptara el uso de la boleta electrónica, que había sido prohibido expresamente mediante una ley sancionada por la Legislatura provincial a principios de junio. Tras la negociación, el gobernador decidió vetar la norma, algo que derivó en la unificación de los comicios municipales y provinciales.

“La boleta electrónica fue una iniciativa de la intendenta Ayala pero salió por consenso político. El gobernador decidió abonar los costos del nuevo sistema siempre y cuando se implementara también en otras ciudades. Nosotros estamos muy entusiasmados, tenemos confianza. Aunque todo es perfectible”, dice Lucas. Los miembros del Tribunal Electoral chaqueño participaron como veedores de las elecciones de Salta y de la Ciudad de Buenos Aires y organizaron la capacitación en la provincia que gobierna Capitanich.

Respecto de los incidentes ocurridos en Tucumán, la jueza opinó que si bien “nunca faltan los pillos”, “generalmente cuando se pierde” se hacen denuncias de fraude. “Pero eso acá no sucedió tampoco en las PASO. Los chaqueños queremos votar con la tranquilidad con la que lo hacemos siempre”, agrega. Para evitar incidentes, el Tribunal Electoral le pidió al gobierno provincial que la policía local pueda garantizar “el normal desplazamiento de las urnas”. 

Las primarias abiertas provinciales, que se celebraron el 24 de mayo, ubicaron como ganador al candidato del oficialismo, Peppo, con el 56,77 por ciento de los votos. El Frente Chaco Merece Más, al que reporta Peppo, obtuvo el 59,81 por ciento, 21 puntos más que el Frente Vamos Chaco (formado por radicales, socialistas, massistas, lilitos y municipales), que llevaba como candidata a Ayala. Más atrás quedaron el Partido Obrero, con Aldo García, que obtuvo el 1,93 por ciento, el Frente Popular Sur, con Danilo “Polo” Legal, que cosechó el 0,66 y el Movimiento Independiente de Justicia y Dignidad, que llevó a Noemí Álvarez y obtuvo el 0,29 por ciento de los votos.

En el oficialismo provincial aseguran que la elección no provocará sobresaltos en la arena nacional. “No va a haber problemas. Además el Tribunal Electoral no está manejado por el gobierno provincial sino por una jueza de origen radical”, explican desde el entorno de Capitanich. Lucas es miembro del Superior Tribunal de Justicia desde 1983, donde llegó por un acuerdo entre los históricos caudillos del PJ y la UCR, Deolindo Bittel y Luis León. También fue diputada provincial por el radicalismo. Para la jueza, sin embargo, si bien el hecho de que pertenezca a una fuerza opositora “se supone que es una garantía más”, “el respeto a la institucionalidad es igual por parte de todos”. “Si en mi lugar hubiera un juez de origen peronista haría lo mismo que yo”, opina.

Como ejemplo de convivencia democrática, Lucas cita las elecciones de 2007, cuando el histórico dirigente radical Ángel Rozas perdió la contienda en manos de Capitanich por apenas 1176 votos. “Rozas salió enseguida a reconocer la derrota. Como dijo un gran caudillo, Ricardo Balbín, ´el que gana gobierna y el que pierde ayuda´. Así es en Chaco”, asegura la jueza.

Por el lado de la UCR, el sector que responde a Ayala tampoco augura un clima similar al de las primarias. Aunque en mayo el frente opositor perdió por un amplísimo margen, ningún dirigente salió a agitar el fantasma del fraude. “No hubo motivos”, aseguran. La misma Ayala hizo en su momento una autocrítica del desempeño electoral. “No fue el resultado que hubiéramos querido. Queríamos sacar más votos y pensamos que podemos sacar más votos en la elección general”, le dijo la candidata a Letra P.

Más allá del clima político, en Chaco respiran aliviados por una diferencia con el caso tucumano que consideran primordial: la cantidad de opciones disponibles en el cuarto oscuro. Oficialismo y oposición coinciden en que el sistema de acoples de la provincia que gobierna José Alperovich resultó determinante a la hora de los incidentes. “Es un disparate”, calificaron en el oficialismo provincial.

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