8/28/2015

mi ilusión, es la ilusa que ve salvación. mi ilusión es mi estrella, mi dios, mi razón.

Ilusión del superávit

Por Eduardo Crespo *
El gasto público y los impuestos son motivos de agrias controversias tanto en el debate público como entre economistas profesionales. El saber convencional indica que el déficit fiscal es indeseable y la deuda pública un problema. Estas nociones parecen tan obvias que aquel que se atreve a ponerlas en discusión parece mentir a sus interlocutores. La mayoría de los analistas describen los déficit fiscales en términos peyorativos sin molestarse en explicar sus motivos. 


Aquí, a contracorriente, aprovechamos la ocasión para preguntarnos lo impreguntable: ¿por qué debería considerarse el déficit fiscal un problema? Plateado el asunto en estos términos, no es aceptable el argumento que lo considera un problema en sí mismo, como sucede con el desempleo, la desigualdad o la pobreza. Eventualmente podría ser cuestionable por sus consecuencias, es decir, por impedir o dificultar algún objetivo social compartido.
En primer lugar, debe recordarse una identidad contable elemental: descontadas las cuentas con el exterior por motivos expositivos, un superávit del sector público equivale a un déficit del sector privado y viceversa. Así, por ejemplo, quien aboga por el superávit fiscal como norma general, en forma tácita defiende el déficit –y el mayor endeudamiento– del sector privado como principio también universal. ¿Por qué sería deseable ésta última situación? Por otra parte, teniendo en cuenta que sólo el Estado tiene la potestad de emitir moneda, vale interrogarse: si los Estados efectivamente pudieran gastar menos de lo que recaudan en forma sistemática, ¿cómo se las ingeniarían los particulares para pagar impuestos si quien tiene el monopolio de la emisión de moneda demanda más liquidez de la que inyecta al mercado? La respuesta a este interrogante es que exceptuando períodos muy breves, los Estados siempre gastan más de lo que recaudan.
La ilusión del superávit fiscal, o incluso del “equilibrio fiscal”, se sustenta en un artilugio contable por el cual los números del Estado se separan en dos cuentas: las del tesoro y las del Banco Central. Así, si durante cierto tiempo el gobierno puede gastar menos de lo que recauda (como ocurrió en Argentina en la década pasada), normalmente el Banco Central compensa esta laguna monetaria inyectando liquidez mediante algún mecanismo extra presupuestario, por ejemplo, cuando compra dólares que se suman a las reservas. Que como compensación de este gasto se adquieran activos líquidos (dólares) como contraparte, no significa que no se trate de un gasto genuino. Como lo demuestra David Graeber en su monumental Deuda, fueron los Estados quienes engendraron los mercados al imponer impuestos y tributos, obligado así a los particulares a mercantilizar su producción a cambio de las monedas que los Estados emitían y reconocían en el pago de impuestos. En otras palabras, es necesario que los Estados –bancos centrales incluidos en las cuentas del Estado– gasten sistemáticamente más de lo que recaudan para que los particulares puedan pagar impuestos y los mercados se expandan, caso contrario observaríamos una tendencia explosiva al endeudamiento privado.
En países como los nuestros prevalece la genuina preocupación de que los déficit fiscales provoquen huidas hacia el dólar. Sin embargo, estas corridas pueden ocurrir tanto con déficit como con superávit fiscal. No existe la menor asociación entre el nivel del déficit fiscal y la frecuencia o intensidad de las corridas. El motivo es que la opción entre apostar por el dólar o la moneda doméstica no depende del porcentaje de déficit (o superávit) fiscal, sino de la mayor o menor rentabilidad que se espera obtener de cada opción. Otro dato que suele pasar desapercibido por quienes consideran que las ‘finanzas sanas’ deben ser un objetivo de política económica, es que el nivel de déficit (o superávit) depende del desempeño económico agregado. Parafraseando a Michal Kalecki, los Estados pueden establecer cuánto van a gastar, pero no pueden decidir cuánto van a recaudar. En una economía en recesión la recaudación disminuye, y a la inversa, aumenta cuando la economía crece. Casi siempre observamos que los países con problemas económicos registran elevados déficit fiscales y viceversa, lo que suele alimentar la falacia de que el crecimiento del déficit es la causa de los problemas y no su mera consecuencia. Es por este motivo que los ajustes fiscales además de contractivos tienden a generar más déficit del que combaten.
* Profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

3 comentarios:

Raul Rojo dijo...

¿por qué debería considerarse el déficit fiscal un problema? dice Crespo

La pregunta que hago es:¿ cuando se torna excesivo el deficit fiscal?

otra: ¿cuando se torna un problema el deficit fiscal?

Hay respuesta? mmmm...

claudio maxl dijo...

Deficit fiscal Brasil: incremento a 8,9% PBI interanual a julio 2015 como resultado d la caida d la recaudacion:
No mês passado, a arrecadação federal somou R$ 104,8 bilhões e, com isso, teve queda real de 3,13% sobre o mesmo mês de 2014. Este foi o pior desempenho, para meses de julho, desde 2010, ou seja, dos últimos cinco anos. O fraco resultado aconteceu apesar do ingresso, no mês passado, do pagamento de R$ 2,3 bilhões pelas empresas relativo ao pagamento de impostos atrasados.
La recaudacion cae x desplome d la actividad consecuencia del ajuste neoliberal aplicado.
Resumiendo: en los primeros 7 meses el ajuste neoliberal provoco el incremento del deficit fiscal como consecuencia d la caida d recaudacion provocada x el desplome d la actividad, la consecuencia fue caida del PBI proyectada a 2%, aumento d la desocupacion, incremento d inflacion y caida del salario real.
Argentina: el deficit financiero alcanza el 3,9% PBI interanual (Maastricht admite 3%). El deficit se explica x la incorporacion d 500.000 nuevos jubilados,700.000 jovenes PROGRESAR, incremento d salario reales d jubilados, AUH y progresar, subsidios d tarifas energeticas y d transporte. El incremento d salario real sumado al salario indirecto producido x los subsidios provoco un gran incremento d consumo q impulso la actividad economica y caida del desempleo potenciado x la desaceleracion inflacionaria con una proyeccion d crecimiento PBI 2,5-3% anual.
Se observa como incrementos d deficits fiscal en paises con distintos modelos economicos provocan resultados antagonicos.

Raul Rojo dijo...

¿hay Relacion entre deficit fiscal e inflacion?

¿por qué debería considerarse la infla es un problema ? ¿que responderia crespo?

pregunta ¿cuando se torna excesiva la infla?

¿cuando se torna un problema la infla?