6/12/2015

sanata y fe: omar vs los migueles

Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe

A 24 horas de la veda electoral la incertidumbre contagió a la propia ciudadanía que por estas horas ya no es indiferente a lo que sucederá el domingo, sin percatarse que será la exclusiva protagonista de lo que ocurra.

Con excepción del Pro que no tienen dudas de un abultado triunfo, en los campamentos del FPCyS y Omar Perotti son optimistas sin caer en el triunfalismo: “nunca estuve tranquilo, en todas las elecciones esperé hasta último momento; nunca anuncié un resultado prematuramente”, aconsejó Carlos Reutemann junto a Macri y Del Sel este jueves por la noche en un hotel de esta capital.

Lo cierto es que Miguel Del Sel y Omar Perotti pusieron toda la carne al asador haciendo bajar a Santa Fe a sus máximos referentes nacionales Daniel Scioli y Mauricio Macri.

El FPCyS en cambio se arregló con lo que tiene fronteras adentro: el gobierno provincial y la expansión territorial. Que no es poco.

Evidentemente a ocho años de la irrupción del FPCyS a la Provincia tras 24 años de liderazgo peronista el dilema es: ¿cambio o continuidad?. El Frente intentó pasteurizar la campaña opositora con el slogan “seguir con el cambio” (iniciado en el 2007) tratando de neutralizar los efectos marketineros de la “necesidad de cambiar” blandida por peronistas y macristas.

En el FPCyS no conciben que la ciudadanía les pueda dar la espalda tan rápido cuando normalmente los agentes patógenos que expulsan a los gobiernos suelen ser el hartazgo por el excesivo tiempo de gobierno, ó la corrupción. En Rosario el socialismo lleva ya medio siglo gobernando y tal vez haya cierta lógica en la determinación tomada en las Paso por sus habitantes. Pero si el domingo se diera la sucesión gubernamental por otro signo político luego de “tan solo” ocho años de gobierno frentista, sería evidente que habrían incidido factores que los exégetas de la política oficialista no alcanzaron a percibir a tiempo.

Uno de ellos podría ser la celeridad con que las personas requieren las soluciones en un mundo donde la inmediatez mató la paciencia. De ser así, esta tendencia limará rápidamente las expectativas para con el nuevo gobierno.

Oposición y oficialismo confiaron en capitalizar con sugerentes discursos durante la campaña (no exentos de algunas asperezas antirreglamentarias siempre presentes en el fragor de la disputa) la decisión, presente en cada elección, de cambio o continuidad que anida en el subconsciente de cada uno de los votantes, y que el domingo se transformará en una tilde definitorio y soberano.

Como decíamos, decididamente el PRO de Miguel del Sel no imaginan otro resultado que no sea el triunfo por un amplio margen que evalúan en no menos de cinco puntos, tras la impecable performance de las Paso. Cualquier otro resultado sería calificado el domingo a la noche poco menos que fraudulento; aunque con semejante brecha estadística, sería difícil acusar al gobierno de boicotear la elección en caso de un resultado adverso.

Del Sel y su tropa esperan confiados la fidelidad de los 530 mil votantes del 19 de abril, a los que ansían sumar la mayor cantidad posible de la amplia falange de indiferentes para con las primarias (unos 200 mil) y naturalmente arrebatarle votantes a Omar Perotti (básicamente) y Miguel Lifschitz (los que se inclinaron por Barletta el 19 de abril).

En cambio, en el FPCyS son más cautos a la hora de los pronósticos; “somos optimistas, no triunfalistas”, aseguran en la carpa de Miguel Lifschitz, mientras por lo bajo muestran sondeos que les dan ganador “por dos a tres puntos”. Creen que el crecimiento exponencial que tuvo el candidato en la esquiva Rosario, más el arduo trabajo territorial de la tropa radical en toda la Provincia los llevará a retener la gobernación por otros cuatro años.

Omar Perotti desespera por romper con la lógica de “los Migueles” (Del Sel y Lifschitz) y realizó en estos últimos días un despliegue imponente para evitar ser víctima de la letal polarización con la consigna “somos los que más crecimos”.

Para ayudarlo en semejante faena (y de paso testear su propia elección frente a Macri) bajó a Santa Fe ayer por la tarde el Gobernador bonaerense Daniel Scioli; y por si no alcanzara, también voló desde Salta el carismático Gobernador, recientemente electo por amplia mayoría, Juan M. Urtubey.

Con semejante panorama a la vista, el altísimo voltaje emotivo está garantizado para el domingo, aunque sería peligroso que alguna sobrecarga haga saltar los tapones.

2 comentarios:

Diego dijo...

Hay algo falaz en el análisis de Schueri: la gente (perdón) no se cansa de un buen gobierno. El socialismo, a pesar de la INMENSA cobertura de medios adictos, hizo una gobernación menos que buena. Los temas de inseguridad, narcotráfico y falta de obra pública no se pueden ocultar, por más que en todos los casos le echan la culpa al Gobierno Nacional.

Lamentablemente la opción es Del Sel, si no ya hubieran perdido escandalosamente. Y también lo del peronismo santafesino es lamentable, sólo salvado por la solvencia de los candidatos.

LO QUE RESTA DEL DIA dijo...

Lo de Perotti, tiene claroscuros, por un lado se mostró solvente en todas sus apariciones (ojo, solvente tampoco quiere decir oh que gran cosa), desplegó actividades por todos los wines, para bajar su índice de desconocimiento y con astucia logró instalar con un par de encuestas que estaba peleando el primer lugar y no el tercero. Pero por otra parte, suponemos por que cree tener asegurado el voto kirchnerista, ninguneó al máximo referente del espacio, que no es otra que la presidenta: ni foto, ni nombrarla, ni nada. Y para colmo mostrarse un par de veces con Pioli, que en la provincia en todas las encuestas, mide menos que él. La verdad difícil de entender cual es el negocio en tal sentido.
En fin, la suerte está echada y salvo algún milagro de los que suceden poco en política, el futuro pinta amarillo...
Abrazo!