4/29/2015

viva la grieta!

LA POLARIZACIÓN EXISTE, LA CUESTIÓN ES APROVECHARLA CORRECTAMENTE


Por Raúl Degrossi

Lo dicen ellos mismos cuando hablan de "la grieta", lo marcan las encuestas cuando dan cuenta del crecimiento de Macri o su instalación paulatina como principal alternativa opositora; tanto como de la persistencia del FPV como la primera opción electoral de los argentinos.

Lo tratan de forzar desde el "círculo rojo", presionando a Massa para que se baje, y lo leen así desde otros sectores de la oposición, como la UCR, su convención de Gualeguaychú y sus movimientos posteriores: el proceso electoral argentino tiende a converger hacia una polarización creciente entre el kirchnerismo y la encarnación electoral actual de la derecha conservadora y neoliberal que expresa el PRO.

Y aun cuando pueden admitir múltiples lecturas por las particularidades de cada distrito (y las desparejas perfomances que en ellos obtienen las fuerzas con proyección nacional) las elecciones en Santa Fe, la CABA y Neuquén corroboraron tanto la primacía del PRO dentro de la oposición, como la condición del FPV como la única fuerza capaz de captar un cúmulo significativo de votos en toda la geografía nacional. 

Una tendencia hacia la polarización electoral que va en contra de la fragmentación del sistema político argentino que condujo a la crisis del 2001, y que se traduce aun hoy en la sobreoferta electoral; que se puede corroborar en los cuartos oscuros de cada elección. 

Una fragmentación que el kirchnerismo logró disimular bastante todos estos años, a fuerza de convicción política para ejercer en plenitud los atributos constitucionales del gobierno; y utilizar -tanto como fortalecer, hasta donde pudo- los resortes del aparato estatal para desarrollar políticas públicas con impacto concreto en la realidad.

Esa fragmentación de la oferta electoral a su vez coexiste con una polarización real de la sociedad (la famosa "grieta"); por lo que no es casual  que a medida que el almanaque acerca la elección presidencial, aparezcan como más competitivas de cara a ella las dos fuerzas que mejor leyeron la post crisis del 2001: el FPV y el PRO.

Que son -en ese sentido, y medidas en la perspectiva de la década- la expresión de "lo nuevo", aun cuando carguen en su seno con buena parte de "lo viejo": dirigentes, estructuras, prácticas políticas, candidatos y -por supuesto- programas de gobierno y modelos de sociedad. 

La polarización se termina devorando al progresismo híbrido y sus diferentes encarnaciones electorales (de uno y otro lado de la "grieta"); ese "progresismo" que no cuestiona en esencia modelos sociales, políticos o económicos, ni disputa poder real o peor aun: no se plantea la cuestión del poder como un imperativo político de primer orden.

El mismo progresismo que en los 90' cuestionaba aspectos cosméticos o instrumentales del modelo surgido del Consenso de Washington; y que de hecho comparte con esta derecha "tuneada" buena parte de sus marcos conceptuales de referencia; al menos en lo que refiere a las relaciones complejas entre el Estado, la sociedad y el mercado, o si se quiere, entre el capitalismo y la democracia.

En términos estrictamente electorales es muy posible que resulte conveniente a ambas fuerzas más competitivas (FPV y PRO) apostar a esa polarización existente; y desde allí organizar el discurso y la práctica política, para tratar de captar la mayor cantidad de votos. En el caso  del kirchnerismo además -con una interna sin dilucidar, inconveniente que no tiene el PRO- la estrategia correcta debería determinar también la elección del candidato más adecuado para llevarla a cabo...

Mássa

1 comentario:

Anónimo dijo...

POR ENECIMA VEZ EN ESTE ESPACIO, SI DEJAN LIBRADO A LAS PASO LA SELECCION DE LA FORMULA DEL FPV, EL PROXIMO GOBIERNO SERA CONSERVADOR O ESTARA PLAGADO DEL MISMO VIRUS. ARTEMIO GUARDA ESTE POST. GRACIAS SERGIO O RUBINETTI