9/09/2014

mauricio, sin retenerse (a pensar)



Leemos en Nestornautas:

Envalentonado por el éxito en Marcos Juárez (su propia mesa de Necochea) leemos en Infobae al niño Mauricio prometer a diestra y siniestra. "En mi gobierno se va a acabar la inflación y no va a haber más Impuesto a las Ganancias para los trabajadores, (ese tributo) lo va a tener que pagar la gente que más plata gana", prometió el jefe de Gobierno. "No puede ser que se haya transformado en un impuesto que paga cualquier empleado, producto de la inflación", criticó.

"Lo vamos a cambiar el primer día, porque eso deviene de la estafa que es la inflación: hoy cobramos un montón de billetes de 100 pesos que valen muchísimo menos que hace diez años, entonces no te pueden cobrar un impuesto a las ganancias porque hoy los salarios tienen menor capacidad adquisitiva", fundamentó." (las negritas son nuestras).

Obviemos el hecho de que en realidad Ganancias pagan menos de uno de cada 10 trabajadores formales del país (si incluimos a los que están en negro, son aun menos), y que no le pidieron mayores explicaciones sobre como haría para bajar la inflación; cuando siendo Jefe de Gobierno lo que más hizo fue aumentar los impuestos.

Detengámonos sí en el hecho curioso de que con un planteo que bien podrían suscribir Pitrola ("que paguen más lo que más tienen"), es notable como los empresarios (tan sensibles ante los cambios propuestos por el gobierno a la ley de abastecimiento) no se sienten atemorizados por la posibilidad de que él llegara a ser presidente.

Debe ser quizás -en tren de arriesgar una hipótesis- porque el argumento de que la inflación termina haciendo que Ganancias sea un impuesto injusto porque "cobramos un montón de billetes de 100 que valen muchísimo menos que hace 10 años", es exactamente el mismo que utilizan ellos, para pedir el ajuste por inflación de los balances, y pagar menos impuestos: debe ser casualidad.

Pero prometió más Mauricio: "De entrada voy a sacar todas las retenciones a la exportación. Todas las economías regionales van a poder exportar libremente, sin restricciones y sin ningún impuesto a la exportación". Además -en diálogo con Cadena 3- auguró que "la soja va a bajar cinco puntos por año" porque apostará "a duplicar la producción de alimentos en el país." (las negritas son nuestras)

Obviemos también en éste caso que adhirió al Fondo Federal Solidario como Jefe de Gobierno, y recibe la parte que le corresponde de las retenciones a la soja, sin que se sepa a ciencia cierta en que la utiliza; para volver a las promesas de campaña de Mauricio: eliminar Ganancias y retenciones no sólo le quitaría uno de los sesgos progresistas a una estructura tributaria marcadamente regresiva, sino que afectaría los ingresos del fisco sin que nos diga el candidato del PRO como compensaría la pérdida.

Con las cifras de la recaudación de agosto (ver acá en Ambito Financiero) en las que incluso los derechos de exportación acusaron una baja, ambos rubros (Ganancias + retenciones) representaron el 29,52 % de los ingresos del Estado nacional contando las contribuciones a la seguridad social; y el 38,99 % de los estrictamente tributarios, es decir excluyéndolas.

Y si bien Ganancias sobre los salarios representa más o menos el 16 % del total del impuesto, si el Estado ajustara el mínimo no imponible por inflación ¿como haría para evitar que los empresarios reclamen el mismo trato por la parte que les toca?

En el conjunto de promesas de campaña de Macri hay un gran ausente, que es el gasto público: ni siquiera dice que lo vaya a bajar, y en su caso en que área o rubro (ver al respecto acá la composición).

Sin embargo no hay que ser muy agudo para darse cuenta cuáles son las opciones que baraja la "nueva" derecha argentina (que tiene las mismas ideas mohosas de la vieja), si se repara por ejemplo en que la sumatoria de Ganancias (de las empresas y las personas físicas, en un 84 % y 16 % respectivamente, de incidencia) más las retenciones por el lado de los recursos del Estado nacional (de los que Macri promete prescindir), es casi equivalente a lo que se invierte en prestaciones de la seguridad social (jubilaciones y pensiones), por el lado de los gastos.

En un Estado desfinanciado porque no cobra retenciones ni Ganancias (o cobra menos en ambos casos), no sería posible por ejemplo sostener un esquema de movilidad de los haberes jubilatorios con dos aumentos anuales, basado -entre otras cosas- en los recursos tributarios afectados al sistema previsional. O sustentar financieramente la ampliación de la cobertura del sistema, que llegaría a casi el 100 % con la última moratoria.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quien asuma en 2015 tendrá capacidad para endeudarse. Serán unos años muy buenos Puede vender YPF Despues con el tiempo patapufete