9/23/2014

más contra el consensualismo extremo


Por Raúl Degrossi

La frase es conocida, y Perón solía repetirla a menudo: no se puede hacer una tortilla, sin romper algunos huevos.

La metáfora es clara y -aplicada a la política- alude a que abordar los problemas requiere tomar decisiones importantes, que afectan o pueden afectar intereses; computando necesariamente en los cálculos previos que los que corporizan esos intereses afectados reaccionarán, y aparecerán los conflictos.

En ese contexto, el conflicto es connatural no ya a la experiencia política, sino a la misma convivencia en sociedad; lo que hace justamente la política en democracia (o lo que debería tratar de hacer) es proveer los canales racionales para procesarlo.

La Argentina tiene problemas concretos y serios, estructurales y de coyuntura: la inflación, el empleo en negro, los desequilibrios de la estructura productiva, los límites del modelo de desarrollo; entre otros. Y esos problemas no surgen del aire o de alguna que otra política pública más o menos acertada, que las hay, desde luego.

Son fruto -tanto como ejemplo- de una sociedad injusta y desequilibrada; con desequilibrios que son a su vez el resultado concreto de conflictos del pasado, resueltos a favor de la parte más fuerte, en cada coyuntura y de acuerdo a la relación de fuerzas imperante. Sin entender esto, poco habremos aprendido de las lecciones de nuestra historia.

Transcurrida ya más de una década de la mega-crisis del 2001, y cuando el país recuperó paulatinamente ciertos estándares de "normalidad" (aun cuando esos problemas de los que hablábamos sigan allí, con otra dimensión), es fácil percibir un cierto hartazgo social con el conflicto; muy vinculado también al clima que determinan los indicadores de la economía.

Los años del kirchnerismo serán recordados (tal como hoy son percibidos) como una especie de montaña rusa de vértigo político; con una sucesión de conflictos que atravesaron el debate político y cultural de los argentinos, fueran buscados deliberadamente o no: la revuelta de las patronales agrarias contra las retenciones móviles, la discusión con Clarín por la ley de medios, o la pelea actual contra los fondos buitres en defensa de la reestructuración de la deuda externa; por sólo citar los más connotados...


Nota Relacionada


"Desde el discurso más light, siempre se promueve el consensualismo extremo"

Jorge Capitanich aseguró que "desde el discurso más light" en la política argentina "siempre se promueve el consensualismo extremo", pero sostuvo que, pese a lo positivo que siempre resulta el diálogo, "a veces no se puede recurrir al consenso en todo".
Mássa

No hay comentarios.: