Imponer la agenda propia es una alternativa elemental para el despliegue de cualquier espacio político electoral.
De lo contrario, asumiendo como propia la agenda del adversario sucede lo observado en octubre de 2013 en Bs.As. , cuando el FR estiró la diferencia electoral respecto al oficialismo bonaerense entre las PASO y las generales, en el mismo momento en que el FPV motonáutico asumía como propia la agenda massista, extravagancia extemporánea que ya se analizara oportunamente en Ramble.
De lo contrario, asumiendo como propia la agenda del adversario sucede lo observado en octubre de 2013 en Bs.As. , cuando el FR estiró la diferencia electoral respecto al oficialismo bonaerense entre las PASO y las generales, en el mismo momento en que el FPV motonáutico asumía como propia la agenda massista, extravagancia extemporánea que ya se analizara oportunamente en Ramble.
Sin embargo se supone, es esperable, se comenta, se bate, se chamuya, que los medios "no alineados políticamente" debieran comportarse de manera distinta a un partido político e"informar" sobre la diversidad de agendas existentes, incluída obviamente la del Gobierno Nacional y su gestión.
Sucede, acontece, se observa, verifica o plasma este llamémosle "noble" mandato de ADEPA, sin ir más lejos?
Sucede, acontece, se observa, verifica o plasma este llamémosle "noble" mandato de ADEPA, sin ir más lejos?
Mientras la oposición protagonizaba el papelón semanal en el Congreso levantándose de la sesión informativa de Capitanich (en realidad fueron dos: el día anterior sólo juntó 73 legisladores para tratar Ganancias y otros temas propuestos por ellos), y los medios discutían si existe o no el pensamiento nacional, Cristina apeló una vez más a la demonizada cadena nacional para anunciar una serie de medidas; entre ellas una nueva moratoria jubilatoria, continuidad de la inclusión previsional lanzada por Néstor en el 2003.
Disgresión sobre el uso de la cadena: basta mirar las tapas de Clarín y La Nación de hoy (en las que no existe la más mínima mención al respecto), para tener el ejemplo más contundente sobre la razonabilidad de utilizar el instrumento no ya para plantear una agenda diferente a la de los medios hegemónicos; sino para garantizar a los ciudadanos la información mínima sobre temas -como éste de la moratoria- que tienen que ver con su vida cotidiana.
Agenda dijimos, y de eso se trata: todo proyecto político (y el kirchnerismo no es la excepción) intenta establecer la propia y llevarla a cabo, ordenando prioridades según su propio criterio político e intentando a la vez reconocer el terreno donde pisa, para evaluar el momento más oportuno para llevarla a cabo, o las dificultades previsibles; eso es en esencia la política.
Como también lo es la disputa por la agenda, para imponer determinadas temas u oscurecer otros, lo que incluye al sistema político formal (lo que está pasando en el Congreso es bastante aleccionador al respecto) y a los poderes no formales; que con mucha mayor persistencia y poder de lobby insisten en tratar de imponer la suya...

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