2/25/2014

guarimba



por Rodolfo “Finti” Carballo (desde Cumaná, Venezuela)

En la jerga guerrerista imperial, la estrategia de poner a pelear pueblo contra pueblo promoviendo guerras civiles para así justificar la intervención de los ejércitos salvadores, se llama guerra de perros. Este cobarde accionar requiere de la propaganda de odio generada por buena parte por los medios internacionales, las redes sociales, el rumor, de actores públicos llámese opinadores de oficio, figuras reconocidas, artistas, encuestadoras que hacen coro a la campaña. La fuerza mercenaria bien financiada evita en principio la acción directa de los ejércitos imperialistas y así los costos de ver los ataúdes de jóvenes reclutas con su impacto en la opinión pública. La muerte, heridos, desterrados, los daños materiales se consideran daños colaterales, y luego vienen los gobiernos de transición, los consorcios de reconstrucción que generalmente son de los propios ideólogos de la guerra que se cobran las con las riquezas saqueadas. Estos formatos han sido aplicados en Irak, Libia, Siria, Ucrania y ahora quieren aplicarle a la Republica Bolivariana de Venezuela.

Venezuela transita ya hace 15 años por una revolución pacífica, democrática, con amplias libertades, con mayorías refrendadas por el voto y con organización del poder popular y comunal dentro del marco la ley y la constitución. La oposición tiene los espacios que les corresponden, alcaldías, gobernadores, diputados, concejales, espacios sociales y medios de comunicación. Lo que no tiene es el talante democrático para aceptar que es oposición y en reiteradas oportunidades ha tomado atajos fuera de la ley y la constitución, con una soberbia de clase sin límites, ya que han perdido la posibilidad de imponer los ministros, directores de Banco Central, generales y los poderes públicos. 


Con la muerte de Chávez, la oposición cree que su hora ha llegado, y fue imponiendo una agenda de violencia y terror del que pareciera no poder volver atrás. No estamos hablando que sus marchas no puedan ser legítimas, y de hecho cuando no violentan las leyes lo han hecho con plena libertad. Curiosa dictadura esta. Pero estos pícaros accionan como lobos y se presentan como corderos disfrazados de sociedad civil. 

La hegemonía de la oposición la viene ejerciendo el fascismo, con su carga de odio, de racismo, frustración, que impregna el humor de los sectores opositores contra el pueblo y gobierno Chavista. Promueven reclamos imposibles de alcanzar inoculando rabia y desazón en sus seguidores. Sus cabezas son Leopoldo López Mendoza, María Corina Machado y Henrique Capriles Radonski, los nuevos rostros de la vieja oligarquía parasitaria. Su cultura es el dólar, los shopping, la comida chatarra y la fascinación mayamera que temen perder con la revolución. Ya sabemos que el fascismo busca cooptar a las clases medias y altas asustadas y expresa la forma violenta del capitalismo más voraz y depredador. Ver nota adjunta del intelectual venezolano Luis Britto García

La planificación premeditada de la guerra de perros tiene en algunas curiosidades en Venezuela digna de ser señaladas. La guarimba es una especie de piquete a la venezolana, que se fue generando previo al golpe 2002, con la particularidad que generalmente se implementa en sus propias urbanizaciones de clase media y alta, muchas veces apoyados por su propia gente que se agita a sí misma, encerrados en sus reductos urbanos. Esta odiosa diferencia de clase fue impuesta por la IV república, donde urbanizaciones son de los oligarcas y clase media del este de Caracas y los barrios son de los pobres, donde fueron expulsados en el oeste de la ciudad. 

Casi todas las acciones guarimberas promovidas en este febrero son en las urbanizaciones el este de la ciudad de Caracas con una violencia inusitada: quema de autobuses, agresiones al metro, asedio a oficinas públicas, cortes de autopistas, ataques a supermercados especialmente a los Mercales del gobierno, uso de bombas incendiarias, armas de fuego, francotiradores, miguelitos, alambres atravesados en las calles a la altura del cuello que ya costado la vida de un trabajador motorizado degollado. La mayoría de estas acciones son en municipios gobernadas por la oposición donde sus alcaldes y sus policías se hacen los distraídos o directamente el promueven la guarimba. Una peligrosa situación se presenta en los municipios de la frontera con Colombia, algunos gobernadas por la oposición, donde se entrecruzan el contrabando, los narcos y los paramilitares comandados por Uribe. 

No hay antecedentes de guarimbas en los barrios, ya que sus organizaciones sociales controlan su territorio. Los instigadores de estas tropelías la mayoría de las veces poseen costosas motos de alta cilindrada, con equipamiento de comunicación con alta tecnología y con gran entrenamiento en la acción foquista. Los focos tienen distribución nacional en varias ciudades especialmente donde gobierna la oposición, con ataques a centrales eléctricas, centrales de comunicación, abastos populares y con varios muertos y heridos. Buena parte de ellos son individuos de clase media y alta, y otros mano de obra mercenaria, sicarios, muchas veces bandas delincuenciales que le pagan efectivo y droga. Estas no son manifestaciones espontaneas, están perfectamente planificadas, con gente entrenada muchas veces en el exterior, con financiamiento con buen billete verde. Y este plan pareciera de largo aliento, lo que se ha llamado golpe lento.

Los medios de comunicación tienen un papel determinante en esta guerra contrarrevolucionaria. El aparatoso desembarco de las corporaciones, especialmente CNN, con sus equipos de frente de guerra, que no han venido a cubrir, sino a intervenir en los acontecimientos intentando forzar la realidad hacia de una salida de Maduro. Las operaciones de prensa, la obscena utilización de imágenes forjadas de otras latitudes, las redes sociales con una acción de intoxicación permanente, los opinadores de oficio que en más de las veces repiten un mismo libreto simultáneo con la matriz en una crisis terminal en Venezuela, son la condición necesaria para desatar la guerra de perros en nuestras latitudes. En nombre de la libertad de prensa se expropia la verdad y utilizando las ventajas de la democracia mintiendo impunemente. Nada dicen el asedio a Venezolana de Televisión, canal del estado, que tiene días rodeado de guarimberos con riesgo de vida de sus trabajadores, sin que la SIP o Human Rights Watch se pronuncien. Los gobiernos aliados de los gringos entre ellos el Chileno Piñera, Santos de Colombia, Martineli de Panamá ya han metido sus narices sin vergüenza de sus propias realidades. El propio Obama se puesto a la cabeza de la política injerencista en nombre de los derechos humanos que a su propios ciudadanos se les niega, o manteniendo la oprobiosa presencia de Guantánamo que prometió eliminar. 


El golpe lento está en marcha, y los condimentos necesarios ya sazonan la realidad, intentando crear un cerco a Venezuela.. 

1 comentario:

Nando Bonatto dijo...

me lo llevo al face