2/02/2014

el plan progresar y la discriminación positiva



A propósito de las polémicas en torno al Plan PROGRESAR y su eficacia sobre el universo de jóvenes objetivo, nos llega esta nota centrada en el impacto educativo , incluso en el nivel universitario, del beneficio ninguneado por la opo gorila, como es habitual.

La creación de cinco universidades en el conurbano en los últimos cuatro años y la iniciativa de crear otras tres cerrando un corredor universitario alrededor de la ciudad de Buenos Aires son decisiones políticas concretas que ha dado el Gobierno Nacional en este territorio donde la complejidad es la característica que mejor puede describirlo.

Complejidad resultante de múltiples factores, dentro de los cuales el modelo económico social dominante desde el golpe del ’76 hasta la crisis del 2001 construyó una realidad territorial fragmentada, segmentada y, sobre todo, injusta para vastos sectores de la sociedad que la habita. Injusticia que, en los más vulnerables, llevó a la marginalidad, también en la educación.

Si los colegios de educación primaria se convirtieron en lugares de contención, para que comieran los pibes (y en algunos casos sus padres) y los establecimientos de educación secundaria nunca pudieron dar respuesta a la situación emergente, la educación universitaria quedaba muy lejos para la mayoría de los jóvenes del conurbano. 

Sólo los hijos de familias de sectores medios que habían podido sobrellevar los impactos de la economía neoliberal pudieron formarse como universitarios. A los que provenían de los sectores medios bajos les quedaba, en el mejor de los casos, acceder a la educación terciaria no universitaria que les permitía una remota salida laboral en un mediano plazo.

Asimismo en los noventa, y en plena euforia de la descentralización, se plasmó, bajo la excusa de la “federalización”, la cesión de los establecimientos educativos a la ciudad de Buenos Aires, que aún estaban bajo la órbita del Estado Nacional. Por lo tanto en la actualidad, el Ministerio de Educación de la Nación ostenta el papel de planificador sin incidencia territorial de envergadura, salvo en lo universitario. 

Dado que, si bien las universidades nacionales son autónomas y gobernadas por la comunidad que las integran según las pautas de cada una de ellas, el Estado Nacional puede impulsar la creación de nuevas, lo cual debe ser aprobado por el Congreso de la Nación. La creación se funda en Leyes de la Nación.

Este ha sido uno de los mecanismos de acción directa sobre la educación en el territorio que ha implementado el Estado Nacional en estos diez años; el otro ha sido la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, con el apoyo económico presupuestario pertinente. 

Ambos brazos han sido y son imprescindibles para modificar el cuadro de situación en el cual se encontraba la educación en la crisis del 2001.

Por lo expuesto, se puede vislumbrar la importancia de la creación de universidades nacionales y de las políticas de desarrollo científico y tecnológico en el conurbano bonaerense. No es lo mismo una universidad centralista o cientificista, que una universidad anclada en los territorios donde más azotó el neoliberalismo. 

Esas y esos jóvenes, cuya gran mayoría son primera generación de universitarios en sus familias, y que en algunos casos han sufrido las consecuencias de la desocupación de sus padres, tíos, abuelos, tenían limitado (por no decir prohibido) su acceso a la educación universitaria.

Hace pocos días, la Presidenta de la Nación puso en marcha un nuevo programa que seguramente tendrá un impacto positivo en los jóvenes del conurbano bonaerense. El programa Progresar viene a complementar lo que ya se ha implementado a través de la AUH. Y, de consolidarse en un futuro, será una nueva Política de Estado trascendental en nuestro país, atendiendo la realidad de aquellos jóvenes que necesitan insertarse en un mundo laboral que requiere cada día de mayor formación y capacitación.

Si las políticas en lo universitario, en lo científico tecnológico, como las de complementación como el Porgresar, se mantienen en el tiempo, seguramente, permitirán la generación de nuevos universitarios, investigadores, tecnólogos, con otra visión, en la que se articulen las concepciones nacionales con sus realidades territoriales, sin resignar sus propios intereses y preocupaciones. 

De ser así, y de nosotros dependerá en gran medida, la creación de universidades nacionales en el conurbano será una política de discriminación positiva exitosa que cumpla en parte con una reparación histórica, la de la inclusión de las/os hijas/os de trabajadores precarizados, de asalariados de bajos ingresos, o de aquellas/os que habían perdido la esperanza de ir a una universidad… sin olvidar que aún faltan muchos por incluir.

Jorge Luis Etcharrán
Secretario de Investigación
Universidad Nacional de Moreno

1 comentario:

profemarcos dijo...

Parece que Argentina termina en el tercer cordón....

"La creación de cinco universidades en el conurbano en los últimos cuatro años y la iniciativa de crear otras tres cerrando un corredor universitario alrededor de la ciudad de Buenos Aires"