Leemos a Bruno Sgarzini en Artepolítica
Sin embargo, en todos estos escenarios no se cuantifica un mal que afectó al chavismo en las presidenciales y seguramente lo hará en las alcaldías, la desmovilización y abstención de su base por la situación económica pero sobre todo por la falta de internas en el PSUV y la imposición de candidatos, que ha generado “rebeldes”en algunos distritos, que hasta último momento pusieron en riesgo la máxima alcaldía de la simbólica Barinas (donde nació Chávez y gobierna su hermano) y tienen en entredicho al Alto Apure (uno de los distritos con mayor electorado) , donde el actual alcalde, el padre del ministro de Interior y Justicia, Rodriguez Torres, se lanzó por fuera del Psuv después que se le bajara el dedo* .
En el chavismo, el dedazo fue más un golpe territorial que un deseo del alto mando civico-militar, que había prometido a los aliados del Gran Polo Patriótico (GPP) una mayor porción de representación en la elección, lo que luego terminó siendo las migajas de las migajas del pan.
Esto abrió la posibilidad de que aparezcan alcaldías rebeldes, como las cerca de cuarenta que apoya el Partido Comunista Venezolana al igual que otras fuerzas territoriales, y que se pusiera de relieve el poder de los gobernadores y representaciones distritales del PSUV, cada vez más cerca de los caudillismos regionales que una apertura que permitiera mantener la unión en internas, como exigía el todavía tenue movimiento popular y los partidos aliados.
Algunos lo soportaron y se subordinaron por la importancia de las elecciones, otros no y presentaron sus candidaturas, y unos cuantos rompieron sus filaciones al PSUV e incluso anunciaron que se quedaran en sus casas o en la plaza jugando domino, como se comentaba en el emblemático 23 de enero de Caracas.
Ante esto, el PSUV llevó a cabo una estrategia de control de daños que intentó seducir a los candidatos con mayores chances de bajarse o ponerse su logo en la boleta luego de pasar a retiro al primer boxeador elegido. Sin embargo, lo que queda claro, es que el éxito o fracaso de este tipo de elección de candidatos repercutirá en lo que sea el PSUV y el GPP en el futuro, ya que incluso hay dirigentes importantes, como el diputado Freddy Bernal, que exigen una discusión hacia dentro para que se dé “una dirección colectiva de la revolución”.
Pase lo que pase, Maduro tendrá la difícil tarea de contener las distintas vertientes, pirotécnicas en algunos casos, y bajar el poder de extorsión de los gobernadores para administrar los conflictos, y que no le aparezcan fantasmas preparados para dar un salto en caso de inconvenientes o averías en la nave de la revolución, que seguramente tendrá unos importantes cambios de tuercas a principio de 2014 en su gabinete de ministros y propuestas económicas (¿reforma fiscal y del Estado?), y mostrará a quién se privilegia en la coalición de gobierno, donde los militares son cada vez más visibles en áreas claves.
La hora de la verdad recién comienza.
Para la oposición política será una elección contra de pero también una interna a cielo abierto, donde el liderazgo de Capriles se ponga a prueba en su distrito y como gran comandante de la MUD y Primero Justicia a lo largo y ancho del país.
Un escenario adverso lo tira tres casilleros atrás, uno favorable lo relanza y lo vuelve a dibujar como jefe de la campaña chau Maduro 2016 sin tener que competir en importancia con otros dirigentes, como Leopoldo López y Henri Falcón, que caminan el país como virtuales presidenciables.
En esto también se define cuál vertiente predominará finalmente en la oposición, si la de Capriles,López y María Corina Machado que cada vez más se dirige a la deslegitimación crónica y cabezatermística, o si la más refinada e inteligente de Henri Falcón, gobernador de Lara, que legitima a Maduro, lo critica en aspectos cotidianos y dibuja una propuesta de cuño socialdemócrata y pseudo “progresista”.
A diferencia de esta vertiente, en la oposición económica se puede esperar, quizás, un pacto momentáneo pero dentro del mismo panorama, una disputa a suma cero por quien se queda con el control de la renta petrolera (PDVSA), lo que marcara la presidencia de Maduro a golpes, como un escultor de hechos que prepara su arte como registro de la época y visión de futuro.
Pero antes de los golpes están las elecciones para pasar a un año y algo más sin comicios para de verdad reordenar las coordenadas, fijarse que sirve, que no y encarar los años bisagras del proceso venezolano con producir o producir como lema de supervivencia ante los leones de la selva.
*Los últimos datos dicen que Barinas está muy disputado, al igual que todas las capitales del país
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