11/07/2013

insaurralde: clivaje de una derrota anunciada en el #votojoven

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Por Rubén Weinsteiner

En el voto joven las conexiones entre personas, ya sea de forma horizontal y simétrica, o vertical y asimétrica, se dan no tanto por los vínculos definidos por su calidad y especificidad , sino por los temas disparadores de entornos de pertenencia y pertinencia.

Los jóvenes se conectan por las cosas que les preocupan, que les impactan, que les duelen, que los emocionan, que los apasionan.

Las conexiones en el segmento joven se dan más por variables blandas que por variables duras. La organicidad de esas conexiones- comunicaciones, se da más por lo que sienten los jóvenes, lo que piensan, las creencias y valores que tienen, que por quienes son, que por donde están y qué edad tienen.

Los motores transaccionales en este segmento, tienen que ver con esas cosas que interesan y que impactan, y son muchas los temas que impactan, por eso los jóvenes se van relacionando con otros jóvenes muy diferentes a ellos. Esa heterogeneidad en los vínculos es menos frecuente en los mayores.

La renovación permanente de paradigmas conforma mapas de microsegmentos que se cruzan e intersectan con patrones cada vez mas lábiles y volátiles.

Estos cambios muy visibles desde el marco epistémico, determinan una relación inestable entre palabras emitidas e imágenes evocadas, entre significados y significantes, entre lo que decimos nosotros y lo que escucha el otro, determinando nuevas realidades, nuevos sistemas de valoración y nuevos clivajes.

Una de las dimensiones más importantes para la construcción de una marca política poderosa, es la arquitectura de un discurso de poder sólido, en función de un clivaje eficaz.

El clivaje es la división traducida en competencia política, que construye las singularidades y particularidades de un marca política, permitiendo plantearle a la sociedad en ese discurso de poder, los cambios propuestos, construir el debate y estructurar la competencia con los demás jugadores políticos.

El clivaje permite presentar lo que uno es, reforzado por lo que uno no es, simplificando en un esquema binario, si-no, blanco-negro, un planteo fácil de asumir, del tipo “de que lado estás” a los electores.

Los radicales clivan con institucionalidad-clientelismo, el peronismo con justicia social-desigualdad Carrió con honestidad-corrupción, el Pro con eficiencia en gestión-militantes sin profesionalismo en gestión.

Organizar el debate y definir un clivaje

Plantear el eje divisorio, el clivaje, es organizar el debate, y el que organiza el debate acumula poder. Los comentaristas, los que opinan y reaccionan sobre lo que hace el que organiza el debate y el clivaje, resignan poder. Gana el que instala, dirige y por lo tanto controla debate y clivaje.

Ser Gato

Se va transformando en insumo de construcción de todo discurso políticamente significativo, el proceso de sobredeterminación de ciertas palabras que condensan en torno de sí, múltiples significados.

Gato es prostituta, es alguien servil en lenguaje carcelario, es alguien que se presume gay, pero fundamentalmente en los focus groups de segmentos jóvenes, de tercer, cuarto y quinto decil de ingresos, gato es alguien falso, no transparente, trucho.

Desde la emergencia, la organización del debate para el voto joven se da en torno al clivaje “gato”-autentico. Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra, contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia.

No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero, transparente.

La marca política sufre de entropía, se gasta, y requiere de homeostasis, dotarla de nuevos significados e imágenes para ser disparados a la cabeza de los votantes.

Sergio Massa planteo un clivaje dinámico a futuro, nuevo y amigable-viejo y conflictivo, desde una marca política nueva y sin desgaste; “subite al micro no te pedimos nada”.

Insaurralde jugó dos partidos, hasta las PASO, planteó “en la vida hay que elegir”, estas con nosotros o no, y no le funcionó frente al clivaje planteado por Massa. El replanteo comunicacional post PASO mas allá del MI, jugando con las iniciales de Martín Insaurralde, y proponiendo votar por lo propio, por lo “mio” restándole dimensión colectiva a la promesa de la marca política Martín Insaurralde, construyó el peor posicionamiento en un clivaje que Insaurralde no diseño.

Puso un noviazgo con Jessica Cirio en el centro de la escena. Una relación con una modelo frívola, y el anuncio de unas vacaciones en Miami para descansar de la campaña, puso a Insaurralde en el lugar de gato, el peor lugar en el clivaje central del voto joven.

En los papeles Massa tenía una clara desventaja a la hora de interpelar al segmento joven, el gato a priori podía ser el, sin embargo gano en el segmento.

En el enfrentamiento entre Massa e Insaurralde pesó más la instalación del clivaje gestión=seguridad/cámaras= ondas de amor y paz, instalado por parte de la campaña de Massa, que el clivaje inicial de Insaurralde K no K y el replanteo donde se puso el solo en el lugar de la impostura.

2 comentarios:

Nicolás Alfonso dijo...

Y amenazó con la ley y las siete plagas a la pendejada. Reculó como un gato en chancletas con eso de que él "solo planteaba la discusión"... pero ya el daño estaba auto infringido.

Abrazo V

eBais dijo...

Pero q tal si planteamos la discusión sobre la idea o ( la ideología) en la selección de Insaurralde. cual era la idea? Ah,la gente quiere insípidos y buenos q no dicen nada? Entonces toma , acá tenes al confite