Leemos en Analityca:
En los últimos días el gobierno avanzó en un acuerdo para resarcir a Repsol luego de la expropiación del 51% de las acciones de YPF. La oferta aún no se hizo pública pero se estima que ronda los USD 5.000 M en valor presente neto, pagaderos en diez años con bonos en dólares con una tasa de interés de 8,25% y entre dos y cuatro años de gracia. El incremento total de los pasivos (estimado en USD 9.500 M) comenzará a saldarse a partir de 2015 con la llegada del nuevo gobierno.
Con el enorme potencial económico que puede generar la explotación del yacimiento de Vaca Muerta, el acercamiento entre las partes es una buena noticia. Como venimos señalando ( ver “La realidad manda”, Analytico #244) el gobierno sabe que el acuerdo en el corto plazo ayudaría a descomprimir la presión que están soportando las reservas internacionales y en el largo plazo, permitiría revertir el fuerte deterioro en el sector energético generado durante la última década.
Un acuerdo exitoso con Repsol es una nueva señal de acercamiento al mundo financiero que mejora las expectativas de los inversores, ayudando a reducir el costo de crédito externo, tanto de YPF como de otras empresas. El camino quedará aún más liberado si, como se espera, el gobierno también avanza en acordar con el Club de Paris. La “reapertura” al capital extranjero apunta a generar una bocanada de oxígeno para el BCRA que necesita frenar cuanto antes el drenaje de reservas (más de USD 13.000 M en 2013).
Desde tiempo atrás venimos señalando que el gobierno deja atrás la etapa del “desendeudamiento” (ver “Comenzó a girar”, Analytico #239). El “vivir con lo nuestro” quedo relegado por la necesidad de apuntalar la caja en dólares.
A su vez, es un hito necesario para iniciar el largo proceso que llevará a recuperar el autoabastecimiento energético. En los primeros 10 meses del año las importaciones de energía aumentaron 26% i.a. superando los USD 10.300 M y estimamos que este año llegarán a USD 13.000 M. Al mismo tiempo, las exportaciones cayeron 22% por lo que el déficit llegaría a los USD 7.000 M (1.5% del PBI) duplicando al registrado durante 2012.
Con el enorme potencial económico que puede generar la explotación del yacimiento de Vaca Muerta, el acercamiento entre las partes es una buena noticia. Como venimos señalando ( ver “La realidad manda”, Analytico #244) el gobierno sabe que el acuerdo en el corto plazo ayudaría a descomprimir la presión que están soportando las reservas internacionales y en el largo plazo, permitiría revertir el fuerte deterioro en el sector energético generado durante la última década.
Un acuerdo exitoso con Repsol es una nueva señal de acercamiento al mundo financiero que mejora las expectativas de los inversores, ayudando a reducir el costo de crédito externo, tanto de YPF como de otras empresas. El camino quedará aún más liberado si, como se espera, el gobierno también avanza en acordar con el Club de Paris. La “reapertura” al capital extranjero apunta a generar una bocanada de oxígeno para el BCRA que necesita frenar cuanto antes el drenaje de reservas (más de USD 13.000 M en 2013).
Desde tiempo atrás venimos señalando que el gobierno deja atrás la etapa del “desendeudamiento” (ver “Comenzó a girar”, Analytico #239). El “vivir con lo nuestro” quedo relegado por la necesidad de apuntalar la caja en dólares.
A su vez, es un hito necesario para iniciar el largo proceso que llevará a recuperar el autoabastecimiento energético. En los primeros 10 meses del año las importaciones de energía aumentaron 26% i.a. superando los USD 10.300 M y estimamos que este año llegarán a USD 13.000 M. Al mismo tiempo, las exportaciones cayeron 22% por lo que el déficit llegaría a los USD 7.000 M (1.5% del PBI) duplicando al registrado durante 2012.
La pérdida del autoabastecimiento energético tiene un doble efecto (ver ¨Los subsidios o el costo de los problemas estructurales¨, Analytico #226), por un lado incrementa la salida de dólares y por el otro aumenta los subsidios al sector. Por caso a setiembre estos fueron por $ 60.087 M (+ 71,5% i.a.), representando 12% del gasto primario, 3p.p. más que un año atrás. Si la comparación la establecemos con igual período de 2007, el crecimiento es de 858%.
El rojo energético es el resultado tanto del incremento en la demanda como de una caída en la oferta. En 2012 la producción de gas cayó 16% respecto a su pico de 2004, mientras en igual período la demanda creció 20%. Este año la situación no mejora, a setiembre la generación local de gas disminuyó 6%i.a.
¿Cómo se entiende que ante una creciente demanda la generación de gas haya mermado? La falta de incentivos es la respuesta: desde 2002 el precio del gas en boca de pozo se mantuvo estable, alrededor de los USD 2,70 por MBtu, valor muy inferior al requerido para recuperar los costos de inversión. En consecuencia, mermó la exploración y explotación de nuevos yacimientos.
Sin embargo, el precio que no se paga a los productores locales se termina desperdiciando en importaciones para cerrar la brecha entre el consumo y la producción local. El problema no sólo es que se deja de generar trabajo en el país sino que produce una salida de dólares que era evitable. El faltante de gas se suplió con importaciones primero desde Bolivia a casi USD 10 MBtu y a través de gas importado en barcos desde Medio Oriente o América Central, con un precio que según los años osciló entre USD 14 y 19 MBtu.
En ese contexto el gobierno lanzó ayer un programa que busca incentivar la producción local de las pymes, les pagará USD 7,5 MBtu por lo que produzcan a partir de cierto piso. Pero el impacto es mínimo, sólo sirve para aquellos yacimientos que estaban a punto de comenzar a producir; el precio sigue estando lejos de aquel que se abona por las importaciones y que garantizaría incentivos para la búsqueda y puesta en marcha de nuevos pozos.
La mayoría de los expertos coincide en que un aumento del 17% en el volumen de producción no sólo sería relativamente fácil de alcanzar si se garantiza un precio que torne rentable inversión y la explotación, sino que además puede conseguirse en un plazo muy breve. El gobierno debería haber evitado llegar a esta situación. El daño ya está hecho. Afortunadamente existen suficientes recursos energéticos para abastecer y potencia el crecimiento de los próximos años. Dependerá del gobierno aprovechar o no este nuevo entorno.
El rojo energético es el resultado tanto del incremento en la demanda como de una caída en la oferta. En 2012 la producción de gas cayó 16% respecto a su pico de 2004, mientras en igual período la demanda creció 20%. Este año la situación no mejora, a setiembre la generación local de gas disminuyó 6%i.a.
¿Cómo se entiende que ante una creciente demanda la generación de gas haya mermado? La falta de incentivos es la respuesta: desde 2002 el precio del gas en boca de pozo se mantuvo estable, alrededor de los USD 2,70 por MBtu, valor muy inferior al requerido para recuperar los costos de inversión. En consecuencia, mermó la exploración y explotación de nuevos yacimientos.
Sin embargo, el precio que no se paga a los productores locales se termina desperdiciando en importaciones para cerrar la brecha entre el consumo y la producción local. El problema no sólo es que se deja de generar trabajo en el país sino que produce una salida de dólares que era evitable. El faltante de gas se suplió con importaciones primero desde Bolivia a casi USD 10 MBtu y a través de gas importado en barcos desde Medio Oriente o América Central, con un precio que según los años osciló entre USD 14 y 19 MBtu.
En ese contexto el gobierno lanzó ayer un programa que busca incentivar la producción local de las pymes, les pagará USD 7,5 MBtu por lo que produzcan a partir de cierto piso. Pero el impacto es mínimo, sólo sirve para aquellos yacimientos que estaban a punto de comenzar a producir; el precio sigue estando lejos de aquel que se abona por las importaciones y que garantizaría incentivos para la búsqueda y puesta en marcha de nuevos pozos.
La mayoría de los expertos coincide en que un aumento del 17% en el volumen de producción no sólo sería relativamente fácil de alcanzar si se garantiza un precio que torne rentable inversión y la explotación, sino que además puede conseguirse en un plazo muy breve. El gobierno debería haber evitado llegar a esta situación. El daño ya está hecho. Afortunadamente existen suficientes recursos energéticos para abastecer y potencia el crecimiento de los próximos años. Dependerá del gobierno aprovechar o no este nuevo entorno.
1 comentario:
Eso es lo que advertían los "agoreros" y finalmente pasó.
Es el resultado de la política 2003-2011
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