9/29/2013

qué hacer?




¿Por dónde empezar? Yo soy pesimista a medio plazo, porque no creo que se pueda hacer mucho hasta que se desplome Wall Street y cerremos la “sucia docena” de las mayores entidades financieras globales. 

Están atravesadas en el camino de cualquier reforma substancial. Necesitamos disminuir el tamaño de las finanzas en unos dos tercios o tres cuartos, tal vez acaso en un 90%. Obvio es decir que eso no puede ocurrir hasta el próximo desplome. Soy razonablemente optimista al respecto, porque creo que eso ocurrirá en un futuro no demasiado lejano.


Pero cuando sea posible hacer una reforma económica real, ¿qué necesitamos?. Lo primero, puestos de trabajo. 

No podemos confiar en el sector privado para generarlos. El futuro es el crecimiento sin puestos de trabajo, de modo que no podemos confiar en el crecimiento para generar los puestos de trabajo que necesitamos. 

El Estado tiene que implicarse. Afortunadamente, hay mucho por hacer: infraestructura pública, reactivación de la educación y la asistencia sanitaria, restauración medioambiental, cuidado de los ancianos y mejora de los espacios públicos. Necesitaremos un programa de Garantía Permanente de Empleo (o empleador de último recurso: GPE/EUR) para asegurarnos de que puedan participar todos quienes deseen trabajar. 

En segundo lugar, y en relación con lo primero, necesitamos salarios decentes, lo que significa incrementos salariales substanciales para los dos o tres quintiles más bajos. 

Tampoco en eso se puede confiar en el sector privado, que siempre se hallará en una dinámica de “carrera hacia el abismo”. El Estado debe desempeñar un papel fijando niveles altos para los salarios mínimos, elevando los beneficios del bienestar y mejorando las condiciones de trabajo. 

Eso resultará fácil de hacer, uan vez que funcione el programa GPE/EUR, puesto que su paquete compensatorio marcará de facto el nivel mínimo.


Todos estamos estupefactos. Resulta estupefaciente que Washington no haya perseguido a los delincuentes de Wall Street. Pero en realidad no resulta estupefaciente en absoluto. 

Los zorros de Wall Street andan sueltos y dispersos por toda la administración  Obama, dirigen el tesoro y la Fed de Nueva York y están copiosamente representados en todas las agencias que tienen algún poder de supervisión sobre Wall Street. Mientras Wall Street chupe el 40% de los beneficios de las grandes empresas, allá estará el dinero, y Washington funciona con dinero. Con tamaños zorros guardando el gallinero, hay que ser bobo para creer que la administración Obama podría perseguir a ningún alto ejecutivo de los mayores bancos.


Randall Wray es uno de los analistas económicos más respetados de Estados Unidos. Colabora con el proyecto newdeal 2.0 y escribe regularmente en New Economic Perspectives y en Economonitor.com. Profesor de economía en la University of Missouri-Kansas City e investigador en el “Center for Full Employment and Price Stability”. Ha sido presidente de la Association for Institutionalist Thought (AFIT) y ha formado parte del comité de dirección de la Association for Evolutionary Economics (AFEE). Randall Wray ha trabajado durante mucho tiempo en el análisis de problemas de política monetaria, macroeconomía y políticas de pleno empleo. Es autor de Understanding Modern Money: The Key to Full Employment and Price Stability (Elgar, 1998) y Money and Credit in Capitalist Economies (Elgar 1990).

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