
Continuando con el repaso de las transformaciones en la estructura productiva acontecida en el lapso 2003-2013, extraemos del estudio El empleo industrial: Balance de una década (2003-2012)ADRIANA MARSHALL Y LAURA PERELMAN, esta interesante reflexión entre la evolución del PIB y el empleo industrial , su productividad y la elasticidad empleo-producto en el período 2004-2011.
Hay indicios de que entre 2003 y 2008 las crecientes economías de escala predominaron entre las fuentes del aumento de la productividad (Marshall, 2011). La fuerte aceleración del crecimiento de la productividad en 2010-2011 (8% promedio anual), paralela a la desaceleración del crecimiento del empleo, sugiere que en estos años las fuentes de crecimiento de la productividad se podrían haber diversificado, posiblemente con la maduración de algunas inversiones previas, adquiriendo mayor importancia las tecnologías ahorradores de mano de obra, con substanciales variaciones entre las actividades de la industria.
En efecto, de los resultados de una encuesta a firmas industriales implementada a fines de 2011-principios de 2012 se desprende que en los últimos cinco años anteriores al relevamiento la proporción de las inversiones que se destinó a incorporar nuevas tecnologías de producción tuvo cierta importancia y que este avance tendió a combinarse con expansión y optimización del uso de la capacidad productiva, cambios en la organización del trabajo e intensificación del esfuerzo laboral (Marshall y Perelman, 2012).
Hay indicios de que entre 2003 y 2008 las crecientes economías de escala predominaron entre las fuentes del aumento de la productividad (Marshall, 2011). La fuerte aceleración del crecimiento de la productividad en 2010-2011 (8% promedio anual), paralela a la desaceleración del crecimiento del empleo, sugiere que en estos años las fuentes de crecimiento de la productividad se podrían haber diversificado, posiblemente con la maduración de algunas inversiones previas, adquiriendo mayor importancia las tecnologías ahorradores de mano de obra, con substanciales variaciones entre las actividades de la industria.
En efecto, de los resultados de una encuesta a firmas industriales implementada a fines de 2011-principios de 2012 se desprende que en los últimos cinco años anteriores al relevamiento la proporción de las inversiones que se destinó a incorporar nuevas tecnologías de producción tuvo cierta importancia y que este avance tendió a combinarse con expansión y optimización del uso de la capacidad productiva, cambios en la organización del trabajo e intensificación del esfuerzo laboral (Marshall y Perelman, 2012).
Por otra parte, los coeficientes de variación inter-industriales en las tasas de crecimiento del empleo aumentaron a lo largo del período (cuadro de apertura) , mostrando creciente diversidad en la capacidad de generación de empleo según las distintas actividades industriales, dependiendo del crecimiento del producto y del de la productividad. Se destacan en cuanto a generación de empleo para el conjunto del período los sectores radio y televisión, automóviles, remolques y semirremolques, maquinaria y equipo, minerales no metálicos y material de transporte (todas estas actividades con elasticidades empleo producto relativamente más altas).
En cualquier caso, las tendencias en el producto industrial y en las elasticidades empleo producto, ambas variables entre actividades, no tuvieron mayor repercusión sobre la composición del empleo industrial en términos de actividades, como se desprende de la comparación entre la estructura intra industrial del empleo en 2011 y la correspondiente al último período expansivo de los años 90 (año 1997).
Considerando la estructura del empleo industrial del sector privado, registrado en la seguridad social, se observan sólo algunas modificaciones, cuantitativamente marginales (más/menos 1 punto porcentual), destacándose las caídas en la participación de ´alimentos y bebidas´ (-1 punto porcentual) y ´textiles´ (-0.7) y los aumentos en la incidencia de ´otros productos metálicos´ (1 punto porcentual), ´maquinaria y equipo´ (0.7) y ´automotores´ (0.5).
En el caso de ´otros productos metálicos´ el avance podría estar asociado, en parte, con la provisión de insumos para la construcción, sector en expansión durante gran parte del período, mientras que la substitución de importaciones de aparatos de uso doméstico como heladeras, lavarropas, etc. (“línea blanca”) y el avance de la producción de maquinaria agrícola habrían contribuido a la expansión del sector de maquinaria y equipo, al tiempo que la del sector automotriz reflejaría el impacto de acuerdos específicos con Brasil.
Considerando la estructura del empleo industrial del sector privado, registrado en la seguridad social, se observan sólo algunas modificaciones, cuantitativamente marginales (más/menos 1 punto porcentual), destacándose las caídas en la participación de ´alimentos y bebidas´ (-1 punto porcentual) y ´textiles´ (-0.7) y los aumentos en la incidencia de ´otros productos metálicos´ (1 punto porcentual), ´maquinaria y equipo´ (0.7) y ´automotores´ (0.5).
En el caso de ´otros productos metálicos´ el avance podría estar asociado, en parte, con la provisión de insumos para la construcción, sector en expansión durante gran parte del período, mientras que la substitución de importaciones de aparatos de uso doméstico como heladeras, lavarropas, etc. (“línea blanca”) y el avance de la producción de maquinaria agrícola habrían contribuido a la expansión del sector de maquinaria y equipo, al tiempo que la del sector automotriz reflejaría el impacto de acuerdos específicos con Brasil.
Se identifican entonces dos fases diferenciadas en el proceso de expansión industrial, una de ellas con fuerte crecimiento del empleo, que transcurrió entre 2004 y 2007 (con una tasa promedio anual de aumento del empleo del 6.8%), y la siguiente, que se desarrolló durante 2008-2011 (con un incremento promedio del empleo del 0.9% por año, incluyendo la retracción del -3.6 % en 2009) o, más estrictamente, la que siguió a la recesión de 2009, durante 2010-2011, con escaso reclutamiento y mayor dinamismo en el avance de la productividad, durante la cual el empleo creció en promedio un 2.3% anual
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