8/26/2013

para novedades, los clásicos




Ahora que está de moda dar por superado el paradigma kirchnerista  observemos qué es "lo nuevo", el "horizonte de renovación" que vislumbran , plantean, propalan los voceros y representantes de aquellos ciudadanos que "adversan" al oficialismo. Fino, no?

Leemos a La Gran Makro:


CONVOCATORIA AL DIALOGO ECONOMICO
Una invitación a la oposición para confrontar proyectos y políticas económicas.


Volver al endeudamiento externo, como propiciaba Martín Redrado al oponerse a la creación del Fondo de Desendeudamiento y en cambio acudir al mercado internacional a endeudarnos a tasas gravosas. La política de endeudamiento crónico iniciada tras el derrocamiento de Perón con el ingreso formal de la Argentina a los organismos financieros internacionales significó la imposición de sucesivos programas de ajuste recesivos como condición para el giro de los fondos acordados en créditos stand by por parte del FMI, determinó la crisis de la deuda de la década del 80, asfixió persistentemente a la economía nacional en la década siguiente con la genuflexión de los gobiernos de Menem y la Alianza, y sólo pudo ser dejada a un lado con la decisión de Néstor Kirchner de cancelar la deuda con el FMI y sostener la política de desendeudamiento, quita del 70% de la deuda de por medio. 

Entre 2003 y la actualidad la deuda descendió desde el 166% del PBI hasta el 45%. El menor peso de la deuda ha permitido al Estado Nacional disponer de los recursos fiscales que antes debían destinarse a atender los servicios de la misma y reorientarlos a sostener las políticas activas que han permitido garantizar la expansión histórica del PBI, por encima del 7% promedio a lo largo de los últimos 10 años. También, la ruptura con el FMI implicó ganar la autonomía para definir esas políticas de manera soberana...
    Rediscutir el sistema de relaciones de Argentina con el mundo. En los últimos 10 años Argentina ha fortalecido la integración regional que le permite a los países suramericanos erigirse, como bloque, en la cuarta economía mundial, en un mundo que se reconfigura, con los países centrales sumergidos en la crisis más profunda desde el crack de 1930 y los países emergentes liderando el crecimiento de la economía mundial. 
    En este marco, con el Mercosur como principal destino de nuestras exportaciones, nuestro país también ha redefinido su perfil exportador, con las Manufacturas de Origen Industrial liderando la expansión de nuestras ventas externas, corolario del modelo de reindustrialización, en contraposición con la reprimarización de otras economías de la región en un contexto de boom de los commodities primarios. 

    La alternativa que se presenta es la vuelta a la Argentina exportadora de materias primas e importadora de bienes elaborados, lo que implica, a su vez, importar valor agregado, en lugar de producirlo internamente, e importar trabajo foráneo en lugar de generarlo en favor de los argentinos, abandonando los esfuerzos por avanzar en el proceso de sustitución de importaciones y de construir una auténtica independencia económica que aleje definitivamente la restricción externa al crecimiento por escasez de divisas. Este lineamiento es bien coherente, además, con otros que ha deslizado el candidato, como la desregulación de la economía. Se recordará sobradamente la política de desregulación del menemismo y cómo impactó, por ejemplo, la apertura indiscriminada de las importaciones sobre la estructura productiva nacional y el empleo de los argentinos. 
      Avanzar en un esquema de metas fiscales y monetarias de inflación. El modelo de "Inflation Targeting" es uno de los principales tópicos de la economía monetarista neoclásica nacida de la escuela de Chicago, ampliamente conocida en Latinoamérica desde que, a partir del primer golpe de estado de la década del 70, en Chile, constituyera la usina económica del neoliberalismo impuesto por las sucesivas dictaduras cívico-militares. 
        El programa se reduce a determinar un rango dentro del cual deben mantenerse las variaciones de precios y, si se superan esos rangos, la receta es, lisa y llanamente, el ajuste. En efecto, es una política que puede tener resultados antiinflacionarios, aunque no por los mecanismos monetarios que pregona la ortodoxia a través de una teoría ampliamente refutada y carente de todo sustento teórico y empírico. 

        El mecanismo es simple: el recorte del gasto (ej. abolición de la AUH, freno a la Obra Pública, etc.) implica un ajuste sobre la demanda agregada, impacto depresivo sobre la inversión, merma en el nivel de actividad, ajuste sobre el nivel de empleo, menores salarios; en suma, un círculo recesivo (o, usando el eufemismo que tanto gusta a la ortodoxia económica, "enfriamiento de la economía"). Luego, menores salarios y demanda deprimida determinan la menor inflación. Es cierto, se frena el aumento de precios. 

        Porque se reprime la puja distributiva, en contra de los trabajadores. Es una política que puede contar con el beneplácito de los sectores exportadores que colocan su producción en el mercado externo y que se benefician del desempleo y los menores salarios, que suponen menores costos y ganancias más abultadas. En contrapartida, el perjuicio para las amplias mayorías de trabajadores (también los pasivos cuyos haberes jubilatorios se pagan con el aporte de los activos) y de empresarios nacionales que producen para abastecer al mercado interno que, con tales políticas, es conducido a la languidez, tiene dimensiones siderales. 

          1 comentario:

          vamos por mas dijo...

          Hola Artemio, invito a construir la relación existente entre la reducción salarial, o congelamiento de sueldos; reducción del PBI, con congelamiento y reducción del poder adquisitivo de las jubilaciones, dado que los dos aumentos anuales verían impactadas los índices que se utilizan para su cálculo.