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Justo cuando el paradigma krchnerista se agota en estas pampas, zácate, aparecen inoportunos aplaudidores urbi et orbi. Que mal le hace esto al fóbal , Escriba!
El Indec hace escuela Cada vez más países eligen contabilidad ‘creativa’ para sus estadísticas
Desde cambios metodológicos en las mediciones hasta la publicación
de datos falsos, todo vale para mejorar la imagen de los gobiernos ante
mercados y votantes
MARTÍN BURBRIDGE Buenos Aires
Si alguien está preocupado por el futuro del actual
Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, cuando el Gobierno termine su
mandato, se puede quedar tranquilo porque trabajo no le va a faltar.
No
sería descabellado que más de un país lo llame para ser asesorado sobre
“tratamientos de belleza” aplicados a sus estadísticas nacionales, tras
seis años perfeccionándose en cirugía estética dentro del Indec. Hoy
hay cada vez más gobiernos en el mundo que decidieron seguir los pasos
locales y mejorar su imagen con técnicas de rejuvenecimiento facial
aplicadas a sus ajados números. Incluso las dos mayores potencias
económicas, EEUU y China, se han convertido en fanáticas de la belleza.
Si
antes los economistas solían repetir la célebre humorada de “torturar
las estadísticas hasta que confiesen”, en el mundo de hoy todo es mucho
menos invasivo, más agradable y hedonista. Si las guerras ya no se hacen
con soldados y en cambio con “drones” no tripulados, ¿por qué no
contratar un programa de spa para las estadísticas? En eso, el equipo
dirigido por el Secretario de Comercio ha hecho escuela y muestra, una
vez más, que la Argentina sigue siendo un excelente laboratorio de
experimentos económicos que luego son utilizados en el resto del mundo.
De
los potenciales interesados en formar parte de la red de franquicias
que podría formar el centro de estética del Indec, China es, sin dudas,
el alumno más aventajado. Porque hace rato que viene desarrollando sus
propias técnicas faciales, aunque con éxito dispar: son todavía muchos
los analistas que descubren en algunas estadísticas arrugas, surcos,
manchas y flaccidez, donde sólo debería haber tersura y suavidad. “Si
existiera un índice de sospecha sobre las estadísticas oficiales chinas,
alcanzaría niveles récord”, afirmó con malicia Stephen Green, analista
de Standard Chartered...
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