La posición de la UIA frente al impuesto a
las ganancias fue clara: subir el mínimo no imponible y derivar la
responsabilidad al Estado que deberá buscar fuentes alternativas de
financiamiento. Por qué señor tanto egoísmo, aún ahora que el
Papa es argentino!
Para contribuir a la discusión y vista la buena voluntad mostrada por
el empresariado para resolver la inequidad que implica el actual nivel de
presión impositiva para los trabajadores, plantearemos en esta columna
una fuente alternativa de financiamiento poco considerada hasta el
momento.
La restitución de los aportes patronales a los
niveles previos a la reforma neoliberal del año 1994 impulsada por Domingo
Felipe Cavallo bajo la promesa de generar empleo y disminuir trabajo informal,
promesa que culminara con un gran éxito, con 24% de desempleo y 55% de
informalidad laboral, tras la salida de la Convertibilidad.
Al respecto en su interesante estudio "El
sistema previsional argentino y su re estatización", Nuria Mendizábal
despliega una mirada ajustada y crítica sobre su funcionamiento en el último
quinquenio, su financiación, cobertura y niveles de actualización.
En el se insiste
la autora en que: “incluso
reconociendo los cambios progresivos acontecidos durante los últimos años, el
incremento de las alícuotas de las contribuciones patronales permanece como una
cuenta pendiente."
Fuente: "El sistema
previsional argentino y su re estatización", Nuria Mendizábal
Como se observa a partir de la reforma se pierden promedio 10 pp de
contribuciones patronales a la Seguridad Social, sin que hasta ahora se analice
la relevancia del nivel de desfinanciamiento estatal que esto supuso.
Al respecto un reciente trabajo de simulación del impacto fiscal de la
quita fue realizado por Alejandro Robba, Fernanda Vallejos, Emiliano Colombo
y Fernando Manzano, economistas integrantes de La Gran Makro.
En el estudio se plantea el problema de la quita de aportes como lo que
fue parte de la gran reforma previsional que, entre otras obras maestras del
terror, creara las AFJP. Señalan los autores:
• Desde la sanción de la ley Nº 24.241, conocida como la reforma
previsional, no sólo se dio a luz al sistema previsional mixto sino que también
se modificó el financiamiento del régimen jubilatorio.
• Entre los cambios más significativos, se encuentra la reducción de
las cargas sociales sobre el salario bruto.
• Las contribuciones patronales totales al sistema que representaba el
33% en 1994, pasaron al 17,8% promedio hasta el año 2000.
• A su vez, diversas normas subsiguientes rebajaron aún más dichas
contribuciones, dependiendo de las zonas geográficas y el grado de desarrollo
económico en el cual se insertaban las empresas.
• Desde 2003 hasta la fecha, dichas contribuciones promedian el 13,3%
contado al sector público y privado. En el sector privado, en el año 2012, las
contribuciones alcanzaron el 15.3%
Planteado el problema la simulación del impacto fiscal que tuvo la
quita y en sentido contrario, la restitución aún parcial -exceptuando al
Estado- del nivel de contribuciones patronales previos a la reforma es
contundente.
Solo en el año 2013 la simulación muestra que con los niveles pos
reforma de contribuciones patronales privadas, el Estado Nacional dejará de
percibir 116.803 millones de pesos.
Mucha platita que sin embargo no parece suficiente para humanizar en
alguito el duro corazón del señor Héctor Méndez que se niega a que sus
representados en la UIA colaboren con el gobierno nacional en el financiamiento
de la suba del Mínimo no Imponible.
Le cabe a Don Héctor aquél inolvidable tango que en su momento el
entrañable Saúl Ubaldini mando a escuchar a Don Raúl Alfonsín en un acto
multitudinario durante uno de los muy justos trece paros nacionales convocados entonces
por la CGT Brasil.
Nos referimos al tango Acquaforte
y
a esta estrofa en particular: Un viejo verde que gasta su dinero, emborrachando a Lulú con el champán,
hoy le negó el aumento a un pobre obrero, que le pidió un pedazo más de pan.
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