7/11/2013

contra el metrobús de la caba

Un nuevo dolor de cabeza para los porteños

No es un sistema de transporte integral, no conecta con ningún otro medio de circulación, ni usa boleto único

Por Graciela Muñiz | Para LA NACION
La autora es defensora adjunta del pueblo de la ciudad de Buenos Aires

Lejos de contribuir a mejorar el problema irresuelto del tránsito en la ciudad de Buenos Aires y bajo la ficción del aporte a una "ciudad verde" que sólo existe en el marketing, el Metrobus llegó para sumar nuevos dolores de cabeza a los porteños.

El cambio de un paisaje típico que presentaba esa avenida en la Ciudad y que era la foto que presentaba a Buenos Aires ante el mundo

No es un sistema de transporte integral, no conecta con ningún otro medio de circulación, ni usa boleto único, no es ecológico, contamina igual que cualquiera, y no crea nuevas ofertas en lugares de pasajeros: son los mismos transportes que existen desde hace años sin ningún tipo de innovación.

La lista de complicaciones y quejas es grande, en primer término, la tala de árboles y con ello el cambio de un "paisaje" típico que presentaba esa avenida en la Ciudad y que era la foto que presentaba a Buenos Aires ante el mundo.


A este cambio a la fisonomía porteña hay que sumarle los riesgos de inundación que esta monumental obra hecha sin planificación aporta. Hoy, y ante una lluvia menor, ya vemos un verdadero río que se desplaza a cada lado la obra, lo que deja como saldo calles que jamás se inundaban, totalmente anegadas.

Los escombros de la obra del Metrobus caen, lo que provoca lesiones a pasajeros del subte. Postes que no quedan asegurados y producen accidentes.

A quién se le puede ocurrir realizar grandes obras de infraestructura sin resolver los verdaderos y antiuos problemas de tránsito y transporte?

Ahora se suma a la lista una medida que terminará por convertir en imposible el tránsito en la zona que, como ya sabemos, es lo suficientemente complicado: ya no se podrá girar a la izquierda si se circula por la 9 de Julio entre las calles Carlos Calvo y Marcelo T. de Alvear, y sólo se podrá realizar el giro si se toma una de las calles laterales, es decir las calles Lima / Cerrito y Bernardo de Irigoyen / Carlos Calvo. No es necesario ser muy sagaz para imaginarse qué sucederá con el tránsito que utiliza las arterias mencionadas. Enorme cantidad de autos intentando girar a la izquierda, formarán un verdadero caos vehicular que volverá imposible la circulación por esa zona céntrica de Buenos Aires.

La pregunta es, entonces, ¿A quién se le puede ocurrir realizar grandes obras de infraestructura sin resolver los verdaderos y antiguos problemas de tránsito y transporte que tiene la Ciudad? Podríamos responder que sólo funcionarios ineficientes. ¿O será que se trata de una obra con fines de especulación electoral que dejará una marca indeleble? Pero también podríamos arriesgar otra hipótesis: una vez más se priorizan los negocios por sobre el bienestar de los vecinos de la Ciudad.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Además no creo que se haya pensado en la gente que hoy sube y baja de todos los colectivos que circular por Cerrito-Lima / C. Pellegrino-Bdo. de Irigoyen, sin cruzar la calle, ahora tendrán que cruzar la 9 de Julio más otra. ¿Cuánto deberán durar los semáforos para que toda la gente cruce? ¿Entrará toda la gente que espera en las paradas? ¿Alguien de los que pensaron el metrobus hicieron esas cuentas?.
Es insólito pensar que algo sea más fluido al llevar al medio de la avenida la gente que va a la vereda y a llevar a la derecha los autos que giran a la izquierda.

JP dijo...

Lo lógico, lo racional, era mejorar la frecuencia y alargar el recorrido de la línea C (o conectarla con otra de las líneas ya existentes o con alguna proyectada). Pero como alguien (cuyo nombre no recuerdo ahora, pero sé que es un muy buen arquitecto argentino) dijo alguna vez : "En el gobierno de la ciudad, no hay vida inteligente".