6/21/2013

dios es argentino?


Los precios de las commodities ya no brillan como antes. Si bien se mantienen en niveles históricamente elevados, desde hace dos años sus cotizaciones no suben e incluso muestran una suave tendencia declinante. Esto plantea un nuevo desafío para las economías en desarrollo y para la Argentina en particular, donde las materias primas juegan un rol fundamental.

¿Por qué subieron tanto los precios de las commodities? Los precios de las materias primas comenzaron un ciclo alcista a principios de la década pasada y a mediados de 2008 alcanzaron récords históricos. El ciclo alcista obedeció a la desvalorización del dólar a nivel global, a la aceleración del crecimiento de la economía mundial y también al surgimiento de nuevos instrumentos financieros en los mercados de capitales. Los productos más favorecidos fueron los relacionados con la energía y los metales que llegaron a quintuplicar sus precios, en tanto que las materias primas agropecuarias “sólo” duplicaron sus cotizaciones.

Este recorrido se interrumpió con la crisis mundial de 2008, que si bien fue intensa, estuvo acotada, y ya en el segundo trimestre de 2009 volvieron a subir y varios productos lograron recuperar los valores pre-crisis. Esta tendencia alcista duró hasta mediados del segundo trimestre de 2011. Nuevamente en este período, el alza fue impulsada por los precios de la energía y los metales en tanto que los precios de las materias primas agropecuarias tuvieron una suba más moderada.

¿Por qué se interrumpe esta tendencia? Apuntamos a dos explicaciones: el comportamiento del dólar a nivel global y no menos importante, a los avances en métodos no convencionales de extracción de hidrocarburos. Respecto de la primera causa, la recuperación más rápida de los Estados Unidos respecto del resto de los países avanzados viene apreciando el dólar a nivel mundial, dando cuenta que finalizó el ciclo de dólar barato.

Por otro lado, las subas de los precios motivó la inversión en la producción de materias primas y también obligó a los demandantes de energía –en especial EE. UU- a buscar fuentes alternativas para abaratar costos. Maduraron así varios proyectos, destacándose el avance en el desarrollo de shale gas y shale oil que prometen un cambio global en el panorama energético, económico como así también político. A su vez, esto desanima las inversiones para producir etanol y biocombustibles, limitando la demanda de las commodities agrícolas.

Estimamos que esta tendencia continuará en los próximos años, aunque no prevemos que logre derrumbar los precios. Si bien se moderaron las perspectivas de crecimiento para los biocombustibles, los factores que vienen afectando la demanda de materias primas seguirán estando presentes, especialmente de alimentos, fijando un piso elevado para los precios futuros de las materias primas.

¿Cómo impacta este escenario en la Argentina? El ciclo alcista de los precios de las commodities fue parcialmente aprovechado por la Argentina. Si bien en la última década el valor de las exportaciones se triplicó, la mayor parte de este incremento lo aportó la suba en los precios de los productos que vendemos al exterior mientras que las cantidades exportadas crecieron sólo 25%, a pesar de la gran contribución del complejo sojero. Sin el aporte de los precios, en un contexto de alejamiento de los mercados financieros internacionales, al país le cuesta mantener el saldo comercial sin afectar el nivel de actividad (vía freno a las importaciones).

Ante este panorama, se requiere un shock de oferta sobre las exportaciones. La producción agrícola parece estar, en las condiciones actuales, próxima a la frontera de producción, la producción de petróleo y combustibles no detiene su caída y la industria no logra siquiera moderar su déficit comercial.

¿Dios es argentino? Todo indica que existe una enorme oportunidad para revertir la coyuntura actual. Es que la Argentina tiene en la formación de Vaca Muerta, en Neuquén, la segunda reserva más grande del mundo de Shale Gas y la cuarta reserva más grande de Shale Oil, con la ventaja que dichos yacimientos se encuentran cerca de pozos que ya están en funcionamiento.

Si aprovecha la oportunidad, el país resolvería la restricción externa y volvería a ser exportador neto de combustibles y energía. Se podría mejorar la competitividad de los sectores transables sin la necesidad de devaluar y sin afectar el salario real. Esto no será una tarea fácil porque obliga a crear reglas claras y estables en el largo plazo y también traerá nuevos desafíos dado que no será tarea sencilla administrar el excedente de divisas que generaría el éxito de estos proyectos.

1 comentario:

Tranquera Abierta: No me sigan, yo tambien estoy perdido. dijo...

Artemio, en General y en Juancito,
la cosa va por ahí,
solo que los commodities convertibles -agregando valor- en alimentos, mantendrán aumentos en cantidades y precios, la porteína animal, es una sola y la más nutritiva...
http://juliuscesari.blogspot.com.ar/2013/05/granos-finanzas-nutricion-integracion.html
Esto se mantendrá hasta el año 5000, salvo que los chinitos, los fans de miami heat y los hindúes, cierren la boca de sus estómagos.

saludos.
julio.