4/21/2013

vota paraguay, por votar nomás

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Tras el golpe de estado que desalojara del cargo de Presidente de la Nación a Fernado Lugo, hoy se concreta el simulacro de elecciones en Paraguay para dar un formato más tradicional al desalojo. 

Sea cual fuere el resultado será lamentable para la región y casi todos y todas los paraguayos y paraguayas.



Extenso diálogo con la socióloga Lorena Soler para poder comprender la realidad de Paraguay y entender cómo llega el país vecino a la elección presidencial de este domingo.

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo llega Paraguay a esta elección presidencial?

Lorena Soler: Llega en un contexto electoral bastante lamentable. Dos fuerzas de derecha tienen grandes chances de ganar las elecciones y muy atrás aparece -muy desperdigado y fragmentado- el campo de la izquierda con, por lo menos, tres candidatos. Esos tres candidatos, formaron parte del Frente Guasú, acompañaron al gobierno de Fernando Lugo. Como me gusta decir, en forma un poco provocadora, el luguismo duró lo que duró Lugo en el gobierno.

Al segundo día de exclusión de Fernando Lugo, casi todos sus ministros tenían pretensiones presidenciales, con lo cual, ahí no había un grupo político ni una organización política, sino un conjunto de fuerzas desperdigadas que llegaron al gobierno. Por otra parte, generaron expectativas de cambios, una ilusión, no sólo en una nueva y renovada clase política, en sectores de izquierda, intelectuales, un importante partido de jóvenes, había logrado ofrecer una política de cambio después de muchos años de gobierno del Partido Colorado. Eso fracasó, fracasó esa ilusión, esa posibilidad de cambio y con eso fracasaron las fuerzas que habían acompañado a Lugo en el gobierno.

APU: ¿Por qué creés que esas fuerzas de izquierda perdieron cierto poder y no llegan a competir?

LS: El dato fundamental es que aparecen fragmentadas, no puede haber tres opciones de izquierda, ningún escenario electoral resiste votos para tres figuras de izquierda.

APU: También se podría decir que hay dos figuras de derecha…

LS: Sí, hay dos figuras de derecha. Los candidatos de derecha pertenecen a dos partidos tradicionales, dos partidos centenarios, el Partido Liberal y el Partido Colorado. Esto quiere decir, entre otras cosas, que tiene una estructura partidaria, tiene intendentes, gobernadores. Es decir, tienen un poder territorial que no tiene la izquierda y que no tuvo ni pudo construir Fernando Lugo en el poder. La Cámara de Senadores y Diputados del luguismo es inexistente, por eso también fue tan fácil destituir, mediante lo que se llama un golpe parlamentario, a Fernando Lugo del gobierno.

Las fuerzas de derecha son las fuerzas tradicionales, el histórico Partido Colorado que hoy se presenta con un personaje bastante novedoso que es todo un interrogante. Es un empresario que no pertenece a los sectores campesinos de terratenientes tradicionales. Es un empresario vinculado con el comercio ilegal con Brasil, con un prontuario bastante oscuro. Llega con una propuesta de modernización seudo fascista que es todo un interrogante en torno a qué es lo que este gran personaje -que no proviene del campo político-, puede llegar a hacer una vez que esté en el gobierno. Uno tiene algunas sospechas. Por ejemplo, ha hecho declaraciones bastante escandalosas en relación a los derechos humanos y el matrimonio igualitario, pero puede ser un personaje contradictorio que contenga esto y con millones de pesos en obra pública, ahí la cosa se pone un poco más compleja.

APU: ¿Cómo imaginás el futuro del Pueblo paraguayo?

LS: En principio, no debería tener muchas ilusiones en torno al futuro, pero también sería antisociológico pensar eso. La política es siempre nacimiento de algo nuevo y renovación. Que ahora pueda llegar a ganar cualquiera de los dos candidatos habla más de la muerte de un sistema político que tiene que ser enterrado definitivamente y que si Lugo no pudo, alguien va a poder con ese sistema político. Esperemos que no sea la derecha de este empresario y que sea la fuerza de izquierda, las fuerzas populares. El sistema político, tal cual viene funcionando, está en crisis y eso se va a expresar de diferentes formas, Lugo fue una expresión de esa crisis

APU: ¿Por su Constitución, su clase política?

LS: El sistema a partir de su funcionamiento, a la clase política, a la forma de construcción de una voluntad pública y del Estado que tal cual como está, no funciona. Una sociedad no puede funcionar con esos niveles de desigualdad social.

APU: ¿Y si vamos más a las reglas políticas? Porque la destitución de Lugo dejó en claro que en Paraguay pueden destituir a quien quieran.

LS: No es un problema de regla, sino de fuerza política, cuáles eran los actores que tenían capacidad de destituir a Fernando Lugo y cuáles los actores con capacidad de sostener el gobierno de Lugo. Intentos destituyentes son sobrados en América Latina, Chávez, Evo, Correa, Cristina, todos tuvieron intentos destituyentes. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia es que hay actores y sujetos sociales predispuestos a defender esos gobiernos. Hoy está el conflicto en torno al resultado en Venezuela, uno dice: una sociedad dividida, sí, una sociedad dividida que se expresa, que se da en espacio público. Inclusive, capaz de dar su vida por un proyecto político -con el sin sentido que eso representa en el siglo que habitamos-, esto no sucedió en Paraguay. Finalmente, las reglas son instrumentalizadas por los actores y por quienes tienen capacidad de imponerlas y para eso necesitás fuerzas políticas. Las fuerzas políticas hay que constituirlas y Lugo no constituyó esas fuerzas para poder mantener un proyecto político. Por eso, no sólo es un Presidente que se retira, sino que es una plaza vacía de la cual se retira.

APU: Según tu análisis, Paraguay tendría que arrancar de cero en ese plano político.

LS: ¿Qué es arrancar de cero?

APU: Un nuevo resurgimiento de la fuerza de izquierda, que hoy no llega a competirle a estas dos fuerzas tradicionales y un panorama bastante sombrío en lo que puede llegar a ser el bloque del Mercosur.

LS: No, no dije que el bloque del Mercosur fuese sombrío porque efectivamente ningún presidente que gane en Paraguay va a desconocer el Mercosur por cuestiones de supervivencias básicas, no hay economía en el sistema social paraguayo que pueda vivir sin el Mercosur. Paraguay es el 4º exportador mundial de soja, vende carne en proporciones importantes a los socios del Mercosur. Inclusive, ha superado a Argentina en la venta de carne. Tiene comercio con Chile, tiene mucho comercio con Brasil, el 50 % de la exportación. Ningún presidente, inclusive Horacio Cartes del Partido Colorado, va a desconocer eso.

Va a haber elecciones y se va a regularizar el sistema político, se va a avanzar en el Mercosur y eso no va a pasar a mayores. La pregunta es, cómo se reconstituye el campo popular, cómo se hace de eso una fuerza política, cómo se hace actores políticos con voluntad de participar en el escenario electoral. Si gana el Partido Colorado, porque muchos preguntan ¿Por qué encima votan al Partido Colorado? Y si no, ¿Qué otra propuesta hay?

Qué otras propuestas atractivas presenta el campo popular, en cuatro o tres candidatos, fragmentado, peleándose y denunciándose entre ellos por cuestiones mezquinas, realmente individualistas, con un pedido ciudadano de unificación. Hasta último momento, la ciudadanía, los sectores urbanos de Asunción, pidieron que se unificaran en una candidatura, eso no fue posible. De todas formas, cualquiera de las fuerzas de derecha que triunfe, va a triunfar probablemente con el porcentaje de votos más bajo de la historia.

El dato político de esas elecciones, es la desilusión, el tensionismo, lo poco atractivo en que se convierte esa escena electoral, con un resultado casi cantado antes de acudir a las urnas. Con lo cual, la legitimidad no se construye sólo en las urnas y Lugo lo sabe muy bien. El 40 % de los votos le duró muy poco. Pero es cierto que cualquiera de los presidentes que gane tendrá que trabajar en una construcción de una legitimidad y una voluntad pública, porque no la va a tener inmediatamente después del resultado electoral.

APU: Hablabas del Mercosur, hoy en día Paraguay está suspendido. ¿Qué creés que va a pasar con eso después de las elecciones?

LS: Las elecciones van a ser transparentes, no creo que haya fraude, más allá de las escaramuzas que unos y otros utilizan para desconocer el resultado electoral. Nada indicaría que hubiera un problema de ese orden en el seno electoral paraguayo. Las elecciones se van a llevar adelante, va a haber un personaje que surja de las urnas que será un personaje democrático y Paraguay se va a reincorporar al Mercosur.

Eso es un reto especial para que Argentina y Brasil desarrollen en Paraguay una política mucho más amigable, mucho más interesante, mucho más pro-integración que lo que han hecho hasta ahora. Paraguay no es viable si Argentina y Brasil no desarrollan una política de integración económica. Llegan a la merced de los grandes grupos económicos sojeros que hacen de ese país, los dueños no sólo de las tierras, sino también la política.

APU: Sobre eso, la derecha utilizó también esta idea de la Triple Alianza. Pareciera que hay un descontento popular con los dos países y que utilizan al Paraguay.

LS: El mito de la Guerra de la Triple Alianza es un mito con tanta fuerza de imaginario social que siempre vuelve para explicar las crisis. Tanto del lado de la derecha como de la izquierda se utiliza el mito. Siempre hay mitos nacionales, la singularidad paraguaya es que siempre es el mismo mito. Todo orden político arma sus próceres, arman estatus, jerarquías, Rosas, Roca, Perón, cada carácter político arma su santuario de próceres, pero en Paraguay siempre se vuelve a la estancia de los López, no aparecen nuevos próceres.

Ese mito siempre vuelve para explicar las crisis y que la derecha utiliza porque los mitos nacionales siempre son muy fructíferos. También es verdad que los socios minoritarios, si Uruguay lo dice como puede, son socios que muchas veces están bastante desaventajados de las relaciones comerciales, sobre todo frente a Brasil y Argentina. Paraguay, recién con Lula Da Silva, ha podido renegociar el precio de energía en Itaipú que estaba fijo desde el año 73.

En un extremo hay un autor que dice, -por ahí es un poco extremista el argumento pero me gusta porque ilustra-, los pobres del Paraguay financian la electricidad de la burguesía paulista. En Paraguay la desigualdad se ve con Itaipú y también se ve con Yaciretá (un poco menos escandaloso), con el agregado de la complejidad de la frontera de los sojeros brasil-paraguayo. Esto agrega una complejidad a las relaciones que Paraguay y Brasil llevan adelante y que por suerte, por ahora, con Argentina esa complejidad no está.

Recordemos que al otro día del Golpe de Estado, estos señores -también una nueva burguesía moderna en torno a la soja-, estaban pidiendo una reunión con los Senadores brasileros para que efectivamente reconozcan el gobierno de Franco. Son actores políticos que también juegan en la escena pública y tienen sus propios intereses.

APU: Hablando de Franco ¿Se puede analizar su gestión?

LS: Sí, se puede decir que fue un fracaso rotundo.

APU: ¿Por qué?

LS: Porque ha sido una gestión ineficiente, corrupta, asesina, ha matado dirigentes campesinos. Recordemos el caso de Curuguaty, de sus campesinos y policías antes de la destitución de Lugo, no garantizó un proceso judicial más o menos transparente. No fue para nadie una gestión muy productiva.

APU: ¿Ni siquiera en los números?

LS: El crecimiento económico es la soja. Ahora, si uno mira los índices de desigualdad y de crecimiento, la brecha más grande se produce en Paraguay. En los índices de crecimiento no han podido perforar los índices de desigualdad, se mantiene casi intacto. No sólo en una desigualdad en la tierra, sino una extranjerización de la tierra. Al mismo tiempo, estos sectores sojeros -las corporaciones porque son grandes grupos económicos-, aportan al IVA un 2 %.

APU: Ni siquiera Lugo cambió eso…

LS: No, por supuesto. Tenía, por lo menos, a varios personajes estudiando una estructura igualitaria. Eso puede provocar que la sola amenaza de Lugo, de la conciencia luguista, bastó para destruirlo. Hizo políticas públicas muy importantes en educación, en salud, unos intentos de distribución, algo se pudo hacer, pero el Estado paraguayo es el que menos invierte en políticas públicas. Es un Estado que no tiene ingresos propios, por eso también la debilidad de las clases políticas frente a las corporaciones. Gana algo de Itaipú, de la exportación de la soja no ve nada, no cobran impuestos a la tierra, ni retenciones. Entonces, es un Estado sin ingresos propios.

APU: Volviendo al Mercosur. Uno veía que Chávez era el que traccionaba el avance de las clases populares de los pueblos de Latinoamérica. Muerto Chávez, la avanzada de derecha en Paraguay, el posible sciolismo que puede ganar las elecciones en Argentina, Bachelet en Chile, uno ve el Mercosur y dice: Se avanzó tanto en estos años en Latinoamérica y de repente, vamos a quedar otra vez en la nada. ¿Ves a Paraguay como una pieza clave en este avance de la derecha en los pueblos de Latinoamérica o como que pasó porque Lugo no construyó nada en los años de gobierno?

LS: Me parece que tiene más que ver con la ausencia de una construcción política, además no estaba tan claro este panorama cuando pasó el golpe a la democracia del gobierno de Lugo. Intento de destitución hubo en todos los gobiernos. La derecha nunca se va a quedar quieta frente a la amenaza de sus intereses y entonces reacciona de diferentes maneras, desabastecimientos por ejemplo. En América Latina especialmente, los gobiernos de derecha no necesariamente son antipopulares, ni tienen fuerzas no populares que los acompañen, con lo cual, pueden utilizar fuerzas sociales, actores, pueden utilizar medidas económicas, tiene diferentes mecanismos para intentar desestabilizar. Uno no puede decir que el 50 % de Capriles es la clase media alta, uno ve que ahí están jugando otros sectores y probablemente en una opción política que los perjudique profundamente. Creo que lo Fernando Lugo se debió más a una potencial amenaza que él podía representar que a lo que había hecho y lo que podía llegar a hacer.

APU: Pero no dudás que sea un retroceso en la región porque es un hecho que va a ganar uno de los dos…

LS: Paraguay no lidera nada en la región, al contrario, es bastante marginal. Nadie se ha encargado de estudiar o investigarlo seriamente, es un socio bastante maltratado por el Mercosur, maltratado en términos económicos pero también políticos. Ni Argentina, ni Brasil se preocuparon mucho por estas elecciones, así se llega también. Yo no diría que Paraguay va a estar en la vanguardia del giro regional pero sí va a aportar a ese giro.

APU: Más allá de estas elecciones ¿Se terminó lo que sería el luguismo, la posibilidad de un frente o de lo que significó ese proceso en esos años?

LS: Creo que nunca está terminada esa posibilidad.

APU: ¿Vuelve en un futuro Lugo?

LS: No, es que la izquierda no es Lugo. Lugo es un personaje determinado que ha mostrado poca capacidad de liderazgo político. Va como Senador en una lista que va a sacar muy pocos votos. Creo que aparecerán nuevos liderazgos políticos que serán los encargados de la reconstrucción de los frentes políticos.

APU: Pareciera que es una experiencia que se agotó.

LS: Sí, habría que ver si el luguismo existió como fuerza, pero sí, la experiencia de Lugo se terminó. Lamentablemente, si hubiera liderado una opción política podría haber contribuido a la unificación del campo de izquierda o popular. Era la figura clave que podía garantizar esa unificación pero no pudo, no quiso, no supo.

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