4/28/2013

penuria de inversión y productividad en el proceso inflacionario - el rol de estado y sindicatos -

Desvincular inversión , productividad y tasa de ganacia es un mecanismo central del aumento de precios, impulsado por el empresariado nacional. 

En efecto, el mantenimiento de altas tasas de ganancias empresarias mediante el automático traslado a precios ( y en el límite la devaluación abrupta) sin el correlato en inversión y mayor productividad , parece un componente central del proceso inflacionario argento y complementario al de  fuga de divisas, que no se reinvierten en el país. 

Lejos de la tradicional "emisión monetaria" el unidimensional chacarrillo neoliberal, este comportamiento empresario convalidado en negativo por la práctica admisiva del estado y los sindicatos, en perspectiva es el que debiera revisarse a la hora de emitir mejores señales sobre el control de la inflación en el país. 

Al respecto, leemos a Pedro Wasiejko, secretario adjunto de la CTA, en un interesante reportaje que plantea bien el problema, pero deja abierta la forma práctica de coordinación que requiere una estrategia antiinflacionaria y pro inversión en un contexto de tanta fragmentación en la representación gremial como la existente hoy. No es bueno que el hombre este solo y que el movimiento sindical, dividido.

  
–La tensión económica en torno de los precios, más las presiones por vía del dólar marginal, ¿complican la negociación salarial?

–En el marco de la actual etapa, el movimiento sindical debería estar jugando un papel más activo en las políticas que vienen desarrollando los gobiernos populares de la región. Tuvo una participación importante cuando fue la disputa contra el ALCA, pero en otros aspectos ha mantenido posiciones muy conservadoras, acompañando el proceso desde atrás. Frente a las actuales tensiones, limitarse a discutir salarios es equivocado. 

Y además, suicida. Por otra parte, es claro que el salario no es el que produce inflación, un fenómeno que es consecuencia de la remarcación sistemática de los precios. El manejo de casi el 60 por ciento del consumo minorista está en manos de muy pocas empresas. 

La discusión en paritarias tiene que apuntar a defender el poder adquisitivo del salario, pero no desentenderse del problema de la formación de precios, de la política de apropiación de ingresos en este país. Si no, se les termina haciendo el juego a las corporaciones, a los grupos económicos dominantes.

–¿Por qué se les haría el juego, cuál es el mecanismo?

–Limitarse a discutir solamente el salario, sin cuestionar la formación de precios, es corroborar las posiciones empresarias. Es seguir la secuencia que proponen las cámaras empresarias: si aumentaron los precios, pedimos una recomposición salarial, que luego ellos trasladan a precios. De esa forma, el sindicato termina convalidando las mismas posiciones que defienden las cámaras empresarias. Lo cual, por definición, es quedar en manos de las políticas definidas por los grupos multinacionales que controlan a las principales cámaras.

–¿Y por qué sería suicida?

–Porque está poniendo en riesgo todo este proceso de crecimiento y distribución que lleva diez años. La inflación y las presiones a favor de una devaluación son parte de ese debate por la política de ingresos que los sindicatos no estamos dando. Recuperar el poder adquisitivo en estas paritarias implica que es muy difícil que pueda haber acuerdos que estén por debajo del 25 por ciento (de aumento salarial). Esto es lo que plantea la coyuntura. 

Es lo que venimos haciendo año a año sin plantearnos cómo frenar el proceso inflacionario, que corroe el nivel de ingresos. Como la recomposición salarial está por encima del índice de precios al consumidor y del ajuste de la paridad cambiaria, los salarios en dólares, sobre todo en los sectores industriales más dinámicos, suben. Esto a las corporaciones no les preocupa, porque lo recuperan con aumentos de precios al mercado interno. Y les sirve de argumento a los Ratazzi, los Paolo Rocca, para presionar por una devaluación y obtener una ventaja adicional en el mercado externo. 

En vez de estar pensando en cómo mejorar la productividad frente a la competencia de una globalización feroz, buscan la forma de quedarse con el ingreso de otros sectores vía devaluación. Y esto no lo estamos discutiendo en ninguna mesa de negociación.

–¿Por qué no se plantea la discusión en esos términos?

–Porque hay un miedo tremendo de los sindicatos a entrarle al tema de la productividad, al de la competitividad. Todavía se lo asocia a que es sinónimo de mayor explotación. Y de lo que se trata es de participar de la discusión de un modelo de producción industrial. 

El proceso inflacionario tiene que ver con la baja tasa de inversión de los sectores que están ligados a la producción de bienes y servicios, fundamentalmente de los sectores formadores de precios, que apelaron a los recursos de siempre: mejorar su rentabilidad a través del incremento de precios sin preocuparse por la competitividad. Y cuando hay problemas en la política macroeconómica, pretenden recuperarla a través del ajuste del tipo de cambio. 


Hay una gran presión por parte de algunos sectores que apuestan a una devaluación, que también se expresan en las opiniones de algunos políticos, como (Roberto) Lavagna,"Lavañita" ( foto) . Los grandes sectores empresarios esperan con los brazos abiertos que esta situación se vuelva insostenible para plantear la devaluación como receta única para recuperar la competitividad. 

El movimiento sindical no puede ser cómplice. Muchos sindicalistas se posicionan como simples espectadores y evitan discutir estas cuestiones. Buscan hacer acuerdos a menos de un año creyendo que así defienden mejor el salario de la pérdida de poder adquisitivo. Y es al revés: hay que hacer acuerdos más largos, a más de un año, con compromisos de inversión del sector empresario para mejorar la productividad que se monitoreen. Con cláusulas gatillos semestrales sobre salarios por si se dispara la inflación, pero no tener que sentarse cada a año a discutirlo como tema único en vez de darle al sindicato un rol protagónico en la discusión del mejor modelo productivo para el país...


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