Desvincular inversión , productividad y tasa de ganacia es un mecanismo central del aumento de precios, impulsado por el empresariado nacional.
En efecto, el mantenimiento de altas tasas de ganancias empresarias mediante el automático traslado a precios ( y en el límite la devaluación abrupta) sin el correlato en inversión y mayor productividad , parece un componente central del proceso inflacionario argento y complementario al de fuga de divisas, que no se reinvierten en el país.
Lejos de la tradicional "emisión monetaria" el unidimensional chacarrillo neoliberal, este comportamiento empresario convalidado en negativo por la práctica admisiva del estado y los sindicatos, en perspectiva es el que debiera revisarse a la hora de emitir mejores señales sobre el control de la inflación en el país.
Al respecto, leemos a Pedro Wasiejko, secretario adjunto de la CTA, en un interesante reportaje que plantea bien el problema, pero deja abierta la forma práctica de coordinación que requiere una estrategia antiinflacionaria y pro inversión en un contexto de tanta fragmentación en la representación gremial como la existente hoy. No es bueno que el hombre este solo y que el movimiento sindical, dividido.
–La tensión económica en torno de los precios, más las presiones por vía del dólar marginal, ¿complican la negociación salarial?
–En el marco de la actual etapa, el movimiento sindical debería
estar jugando un papel más activo en las políticas que vienen
desarrollando los gobiernos populares de la región. Tuvo una
participación importante cuando fue la disputa contra el ALCA, pero en
otros aspectos ha mantenido posiciones muy conservadoras, acompañando el
proceso desde atrás. Frente a las actuales tensiones, limitarse a
discutir salarios es equivocado.
Y además, suicida. Por otra parte, es
claro que el salario no es el que produce inflación, un fenómeno que es
consecuencia de la remarcación sistemática de los precios. El manejo de
casi el 60 por ciento del consumo minorista está en manos de muy pocas
empresas.
La discusión en paritarias tiene que apuntar a defender el
poder adquisitivo del salario, pero no desentenderse del problema de la
formación de precios, de la política de apropiación de ingresos en este
país. Si no, se les termina haciendo el juego a las corporaciones, a los
grupos económicos dominantes.
–¿Por qué se les haría el juego, cuál es el mecanismo?
–Limitarse a discutir solamente el salario, sin cuestionar la
formación de precios, es corroborar las posiciones empresarias. Es
seguir la secuencia que proponen las cámaras empresarias: si aumentaron
los precios, pedimos una recomposición salarial, que luego ellos
trasladan a precios. De esa forma, el sindicato termina convalidando las
mismas posiciones que defienden las cámaras empresarias. Lo cual, por
definición, es quedar en manos de las políticas definidas por los grupos
multinacionales que controlan a las principales cámaras.
–¿Y por qué sería suicida?
–Porque está poniendo en riesgo todo este proceso de crecimiento y
distribución que lleva diez años. La inflación y las presiones a favor
de una devaluación son parte de ese debate por la política de ingresos
que los sindicatos no estamos dando. Recuperar el poder adquisitivo en
estas paritarias implica que es muy difícil que pueda haber acuerdos que
estén por debajo del 25 por ciento (de aumento salarial). Esto es lo
que plantea la coyuntura.
Es lo que venimos haciendo año a año sin
plantearnos cómo frenar el proceso inflacionario, que corroe el nivel de
ingresos. Como la recomposición salarial está por encima del índice de
precios al consumidor y del ajuste de la paridad cambiaria, los salarios
en dólares, sobre todo en los sectores industriales más dinámicos,
suben. Esto a las corporaciones no les preocupa, porque lo recuperan con
aumentos de precios al mercado interno. Y les sirve de argumento a los
Ratazzi, los Paolo Rocca, para presionar por una devaluación y obtener
una ventaja adicional en el mercado externo.
En vez de estar pensando en
cómo mejorar la productividad frente a la competencia de una
globalización feroz, buscan la forma de quedarse con el ingreso de otros
sectores vía devaluación. Y esto no lo estamos discutiendo en ninguna
mesa de negociación.
–¿Por qué no se plantea la discusión en esos términos?
–Porque hay un miedo tremendo de los sindicatos a entrarle al tema
de la productividad, al de la competitividad. Todavía se lo asocia a que
es sinónimo de mayor explotación. Y de lo que se trata es de participar
de la discusión de un modelo de producción industrial.
El proceso
inflacionario tiene que ver con la baja tasa de inversión de los
sectores que están ligados a la producción de bienes y servicios,
fundamentalmente de los sectores formadores de precios, que apelaron a
los recursos de siempre: mejorar su rentabilidad a través del incremento
de precios sin preocuparse por la competitividad. Y cuando hay
problemas en la política macroeconómica, pretenden recuperarla a través
del ajuste del tipo de cambio.
Hay una gran presión por parte de algunos sectores que apuestan a una devaluación, que también se expresan en las opiniones de algunos políticos, como (Roberto) Lavagna,"Lavañita" ( foto) . Los grandes sectores empresarios esperan con los brazos abiertos que esta situación se vuelva insostenible para plantear la devaluación como receta única para recuperar la competitividad.
Hay una gran presión por parte de algunos sectores que apuestan a una devaluación, que también se expresan en las opiniones de algunos políticos, como (Roberto) Lavagna,"Lavañita" ( foto) . Los grandes sectores empresarios esperan con los brazos abiertos que esta situación se vuelva insostenible para plantear la devaluación como receta única para recuperar la competitividad.
El movimiento sindical no puede ser
cómplice. Muchos sindicalistas se posicionan como simples espectadores y
evitan discutir estas cuestiones. Buscan hacer acuerdos a menos de un
año creyendo que así defienden mejor el salario de la pérdida de poder
adquisitivo. Y es al revés: hay que hacer acuerdos más largos, a más de
un año, con compromisos de inversión del sector empresario para mejorar
la productividad que se monitoreen. Con cláusulas gatillos semestrales
sobre salarios por si se dispara la inflación, pero no tener que
sentarse cada a año a discutirlo como tema único en vez de darle al
sindicato un rol protagónico en la discusión del mejor modelo productivo
para el país...
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