12/01/2012

coyuntura socioeconómica y el peso del mercado de trabajo


Una de las coincidencias centrales en que concurren todos los informes conocidos recientemente a nivel internacional ( Cepal, Banco Mundial)  resulta la mejora en los indicadores sociales relevantes, pobreza, indigencia, desempleo y distribución del ingreso , tanto en la región como en el país.

El proceso de mejoras en La Argentina fue robusto, en términos de empleo se bajó la tasa del 24% al 7%, en cuanto a pobreza e indigencia del 54% y 27% la disminución a 13% y 3% respectivamente muestra la contundencia de la mejora . Lo mismo sucede con la brecha entre el 10% más pobre y más rico de perceptores de ingreso que pasó de 32 veces a 17, en tanto el coeficiente Gini se movió de 0,53 en 2002 a 0,44 en 2012.

Sin embargo la dinámica del último año debe ser observada con detenemimiento pues resulta de una complejidad creciente en elasticidad empleo-producto, generación de empleo y mejoras en los indicadores de pobreza e indigencia , que reconocen diversos motivos sobre los cuales estamos preguntándonos en Ramble .

 Las circunstancias de evolución del empleo es estratégica en una sociedad como la argentina donde el 85% de los hogares tiene en el mercado d etrabajo su gran asignador de ingresos. Las consecuencias de esta circunstancia son muy amplias y desbordan las cuestiones socioeconómicas .

En téminos de representación social, gracias al modelo nacional que deplegaron Néstor y Cristina desde 2003, con generación de millones de empleos, duplicación de la cobertura previsional, universalización y bancarización creciente de la ayuda social, la centralidad de las estructuras sindicales en el proceso es estructural.

Ergo, resulta absurda la pretensión de buscar simetrías o apalancamientos sucedáneos a las estructuras gremiales en los denominados "movimientos sociales" , dada su creciente insignificancia estadística como mecanismos realmente existentes de transferencias de ingresos, aún en el universo de sectores muy vulnerables.

En una sociedad de bajo desempleo y fuerte salarización , bancarización de la ayuda social y extensión de la cobertura previsional, los "movimiensto sociales" son cada día más, testimonios de un país que ha dejado de existir , cuando no "modalidad ocupacional extemporánea" ( negocio, bah) de cuatro vivos, uno de ellos, solo uno, alopécico que la va de "estratega en la dura lucha del pueblo por su liberación nacional y social" Buajajajaj!!!. De qué laburás pelado?

Retomando el análisis estrictamente socioeconómico, para agregar otra mirada sobre la coyuntura socioeconómica, en particular sobre la importancia del mercado de trabajo formal e informal en la asignación del ingreso y el impacto de las transferencias por fuera del mercado de trabajo y el sistema  previsional,  como la ayuda social y subsidios, leemos en Analytica: 

A diferencia de otras épocas Latinoamérica parece estar en el camino correcto. El crecimiento económico se está traduciendo en mejoras sociales concretas. Así lo indica un informe de la CEPAL recientemente publicado en el que se estima que la pobreza se redujo 1,6 puntos porcentuales en 2011 respecto a 2010. Paraguay y Ecuador fueron los países que más progresaron. La Argentina, por su parte, se ubicó quinta por delante de Brasil y de Uruguay.

En el caso de Argentina la reducción de la pobreza está relacionada con la mejora en el ingreso de los últimos años así como también políticas públicas orientadas a transferir recursos a los sectores sociales más relegados.

Veamos. El aumento en el ingreso laboral del nivel socio económico bajo fue la explicación principal de este progreso. Desde 2007 a la actualidad (analizando los segundos trimestres) el poder adquisitivo del salario de los sectores de nivel socioeconómico más bajo aumentó más de 5% por año. Las excepciones fueron 2009 (-4,9%), por el impacto de la crisis internacional, y 2010 (-0,8%) por la aceleración inflacionaria derivada del violento encarecimiento de los precios de la carne.

Al segundo trimestre de 2012 (última información disponible) el 70% del ingreso de las familias del NSE bajo provino de su ingreso laboral, 4 puntos porcentuales menos que en 2006. Esa caída se explica por una mayor participación de las jubilaciones y pensiones, que pasaron de representar 17,5% en 2006 a 23% en 2012. 


Es lógico, por un lado, el programa de Inclusión Previsional lanzado en 2005 permitió que 2,7 millones de personas puedan jubilarse mediante una moratoria. Tal medida repercutió principalmente en los sectores más relegados, que en muchos casos no contaban con la cobertura previsional. 

Además, entre 2007 y 2012 el ingreso proveniente de jubilaciones y pensiones aumentó en promedio 9,8 % i.a. en términos reales, mientras que el salario 3,7% i.a. Uno de los principales motivos que explica la brecha es la sanción de la Ley de Movilidad, a fines de 2008, por la que las jubilaciones deben aumentar dos veces por año.

A contraposición de lo que muchos creen, la ayuda social y los subsidios representan una parte muy pequeña del ingreso total de las familias de bajos recursos. Entre 2006 y 2009 su participación fue de 2%, mientras que a partir de 2010 se ubicó en torno de 3%. El aumento se debe a la implementación de la Asignación Universal por Hijo (AUH) desde octubre de 2009.

En 2012 se observa un aumento mucho más modesto en el ingreso real de las familias del nivel socioeconómico bajo: 5,9% frente al 7,4% de 2011. Los ingresos laborales aumentaron 5,3% i.a. mientras que las jubilaciones y pensiones 10,3% i.a.

Sin embargo la suba de la desocupación en el tercer trimestre del año enciende una luz de alerta. Al menor dinamismo del mercado laboral hay que sumarle una inflación que, a pesar del menor ritmo de actividad, no ha disminuido. La conjunción de ambos factores pone un límite a la reducción de la pobreza en 2012 y abre varios interrogantes de cara a 2013. 

Concretamente, cuál será el resultado de una nueva conjunción de factores, en la que se destacan: crecimiento con poca generación de puestos de trabajo, puja salarial en un contexto de inflación elevada y el impacto de las políticas oficiales de ingreso en un año con elecciones. 

Todo parecería indicar que el tiempo de mejoras rápidas en el frente social ha llegado a su fin y será cada vez más difícil sostener la performance pasada. Incluso hay riesgos de un retroceso si no se administran estos límites en forma adecuada.

No hay comentarios.: