Para observar el impacto diferencial del desempleo en la eurozona y sus intentos de explicación, extraemos del reciente estudio Crisis y Fractura Social en Europa, que se puede bajar completo acá, el cápitulo sobre desempleo comparado.
La crisis está incidiendo de manera distinta, y con ritmos diversos, en los países que analizamos. Se trata de países con estructuras productivas, mercados de trabajo y formas diferentes de organizar la negociación colectiva entre el gobierno y los principales agentes sociales. Además, cada gobierno ha abordado la situación de manera distinta y, a menudo, contradictoria con la de otros países.
La principal característica del mercado de trabajo en España en las últimas décadas es el aumento brutal del desempleo en períodos de crisis. Es un rasgo estructural que se repite en la actual coyuntura y que distingue a España del resto de los países objeto de comparación. En España, de 2005 a 2011 el desempleo ha pasado del 9,2% al 22%.
En cambio, la crisis del empleo es mucho menor en los otros países que, además, partían de cifras de desempleo mucho más bajas. El desempleo en 2010 se situaba en algo menos de un 8% en Dinamarca y el Reino Unido, y un 9,3% en Francia. Este último es el país que muestra una mayor estabilidad y un menor efecto de la crisis en cuanto al aumento del desempleo si se compara con 2006.
En el Reino Unido y en Dinamarca el incremento del desempleo ha sido moderado: entre tres y cuatro puntos porcentuales. En la tabla de apertura se ve perfectamente cómo la traducción de la crisis económica en reducción del empleo y aumento del paro es muy destacable en España en relación con el resto de los países. Son diversas las razones para explicar por qué, a diferencia de España, el desempleo ha afectado relativamente poco en estos países.
En el caso del Reino Unido, autores como Bell y Blanchflower consideran que el aumento del desempleo es menor que el esperado, dado que el PIB y los niveles
de empleo han caído significativamente en estos años, debido a la elevada flexibilidad del mercado de trabajo británico que, como veremos, no consiste exclusivamente en la temporalidad (Bell y Blanchflower, 2010 y 2011).
También se ha señalado que las condiciones laborales y medidas como la reducción temporal del impuesto sobre las ventas (IVA) influyeron en la baja de los salarios. Por último, la importancia del desempleo y su duración están estrechamente vinculadas al sistema de protección al desempleo, y la protección en el Reino Unido es la más baja de los países que se comparan. Hay que señalar, en cualquier caso, que el nuevo Gobiernoconservador eliminó en 2010 el Future Jobs Fund, un ambicioso programarecién iniciado de protección e inserción para los jóvenes desempleados (Aricò y Stein, 2012: 18), y también aumentó el IVA al 20% en enero de2011.
En el caso francés se argumenta que una de las razones de que aumente poco el desempleo, en términos comparativos, se debe a que una parte importante de los empleados están razonablemente seguros en su empleo –a través del CDI o contrato de duración indefinida– y el nivel de flexibilidad externa es bajo.
En 2007, un 86% de los asalariados privados tenían este tipo de contrato (DARES, 2008). Se ha de tener en cuenta que, de los países analizados, Francia es el que ha experimentado un menor decreci miento del PIB en 2009 y que en 2010 hubo un ligero crecimiento del empleo.
Dinamarca partía de los valores más bajos de desempleo antes de la crisis pero ha experimentado un crecimiento importante, lo que ha puesto en entredicho el éxito en períodos de recesión del modelo de flexiguridad del que es su máximo exponente. En este modelo se combina un elevado nivel de flexibilidad para los empleadores con elevados niveles de seguridad para los trabajadores. La flexibilidad se concreta principalmente en bajos niveles de protección legal con el consenso de los sindicatos. La seguridad se traduce en altos salarios, sindicatos fuertes y generosas prestaciones por desempleo y asistenciales.
El modelo danés de flexiguridad supone una rotación importante entre el empleo y el desempleo; se calcula que aproximadamente medio millón de asalariados o cerca de una quinta parte de la fuerza de trabajo entra en el desempleo cada año. A pesar de ello, se encontraba un nuevo empleo con facilidad debido al apoyo de unas políticas activas de empleo mucho más desarrolladas que las de otros países. Sin embargo, en los años de crisis se ha destruido empleo; ha decrecido en un 5,2% en 2009 y en un 2,1% en 2010.
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