Con el transcurrir de los días y
desarticulada la pretensión de los medios opositores al gobierno nacional de
dar volumen plebiscitario al caceroleo de segmentos medios altos y altos con
epicentro en el centro norte porteño que ya adversaron al oficialismo en
octubre del 2011, va quedado claro que la protesta tuvo también como
característica fundamental la ausencia de representación por parte de la
dirigencia opositora realmente existente.
En efecto, los caceroleros
porteños expresaron a viva voz y explícitamente en muchos casos su
insatisfacción con la dirigencia opositora, en una dimensión que no sorprende.
En el gráfico se observa el nivel
defraudatorio de la oposición política relevado por el monitor nacional que
realiza quincenalmente Consultora Equis , analizando su capacidad de reemplazar
efectivamente al actual oficialismo en la tarea de gobierno.
Como se observa, un suculento 69,2% de los encuestados no asigna ninguna capacidad de alternativa real al
oficialismo a cualquiera de las múltiples variantes opositoras.
La debilidad de la oposición,
patentizada en octubre donde, nunca visto en la historia la diferencia entre
Cristina Kirchner y el segundo más votado, Hermes Binner, fue el equivalente al
80% de todos los votos de la oposición sumados, no parece detenerse sino, por
el contrario se profundiza.
Cada nuevo candidato opositor caza en el zoológico
sobre el mismo electorado integrante del 44,89% de quienes no acuerdan con el
oficialismo en octubre. Así la presencia de Macri en el tablero nacional toma votantes del FAP
y Eduardo Duhalde en 2011 y lo mismo sucede con el Gobernador José Manuel de la
Sota que se nutre de votantes opositores a expensas de alternativas menores en
octubre con Rodríguez Saá y el mismo Eduardo Duhalde.
Esta debilidad creciente de las
opciones opositoras no resulta un buen dato para el sistema político nacional, cuyo
sustento lo da solo la madurez del oficialismo, su autocontrol.
Un sector de la ciudadanía demanda
una alternativa política a la altura, que se constituya como dispositivo capaz
de reemplazar al oficialismo en la gestión y no este el actual ejército
testimonial de relatores de lo que acontece complementarios a los editorialistas de los grandes medios.
El caceroleo de los porteños más acomodados es en esta
perspectiva también un grito desesperado sobre el que la oposición debe tomar
nota y rápido, porque, como bien sostiene el Diputado Nacional (MC) Eduardo R.
Di Cola en un reciente escrito:
¿Qué estaría pasando en el país si esa mayoría que hoy nos
sentimos representados en el oficialismo, estuviéramos sin representación,
desorganizados y sin contención?
¿Quién garantizaría la gobernabilidad si el oficialismo se comportara con la misma actitud individualista y disociadora de la oposición?
Hace poco más de una década la consigna fue “que se vayan todos”. El jueves 13 de setiembre, lamentablemente algunos volvieron a expresarla.
En todo caso para esos sectores sub-representados la consigna debería ser “que se vayan todos los dirigentes opositores”, que den paso a nueva dirigencia. Que dejen de estar planteando falsas unidades que duran hasta que se arman las listas para luego cada uno y antes de las elecciones tome su propio camino. Incluso haciendo campañas separadas y con críticas a sus “propios aliados” con quienes comparten la boleta electoral.
Que dejen de estar saltando por diferentes partidos para ver como siguen siendo legisladores, y que abran el camino para los que estén dispuestos a reconstituir las estructuras partidarias a partir de propuestas serias y responsables.
Hoy quienes están sin representación deben castigar a los que diciendo que los representan solo lo hacen para ver como continúan usufructuando un espacio como diputado o senador.
En fin, estimados opositores, animémosnos y vayan.
1 comentario:
ese es el nudo de la rabia demostrada en estos días, no hay otra explicación.
La impotencia de la oposición de articular UN proyecto creible conduce a caminos peligrosos.
Lo del famoso 7D...si bien tiene su importancia desde el punto de vista de negocios multimillonarios, no toca lo esencial.A mi entender la brutal incapacidad de la contra de generar nada de nada
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