7/09/2012

ojo de vidrio, reflexiones sobre la devaluación



Como para dar razón al viejo apotegma peronista que señala que en una reunión de banqueros es fácil darse cuenta del que tiene un ojo de vidrio, porque su mirada es más humana, en medio de la mega crisis de la eurozona con alto impacto en la región, parte del sector financiero y su coro de expertos, ha emprendido una notable, aunque ya muy  reiterada campaña mediática, intentando instalar nuevamente la idea de la necesidad perentoria de devaluación.


Devalueta que, además de ponernos "competitivos", aprovechando el contexto de desaceleración económica , aseguran los gurúes no impactaría en el nivel de precios domésticos por la ley de oferta y demanda que, como se sabe, y más en un mercado perfecto como el argento, se cumple a rajatabla!

Este marco conceptual brinda una coincidencia inesperada entre segmentos vinculados a la perinola financiera y parte de la tradicional patria devaluacionista criolla, ligada a sectores fundamentalistas de la UIA.  Ambos, por motivos diversos impulsan una devaluación rápida y suculenta. 

Sin embargo la realidad indica otra cosa: El nivel de reservas disponibles es hoy el suficiente para administrar una corrección prudente del tipo de cambio a fin de no perder competitividad y empleos,  tipo de cambio cuyo valor a futuro dejará igualmente insatisfechos a nuestros devaluadores, que pedirán más a la brevedad. 

Sin embargo una suba moderada , gradual y temporalmente incierta del precio del dólar resulta adecuada a la realidad socioeconómica realmente existente. 

En efecto, el mercado de trabajo muestra una tasa del 34,1% de informalidad y recientemente se informó oficialmente que el 81% de los asalariados obtiene ingresos  mensuales inferiores  a $ 5.782 si son solteros y $ 7.998 si son casados , mientras una canasta ampliada de pobreza para un hogar tipo metropolitano asciende a los $ 2.900 mensuales. 

Con esta notable estrechez de ingresos entre los asalariados , sumados al 16% de pobreza en la población general y 25% sobre menores de 15 años , con el nivel de empleo ya amesetado en la medición oficial interanual  dejando al 16% de la PEA desocupada o subocupada y  en un contexto de precios donde, aunque descendiendo levemente en el último trimestre, se registra 25% de inflación de alimentos cuyo nivel está directamente relacionado al valor del tipo de cambio, hasta un niño sabe que cualquier aventura devaluacionista resultaría socialmente desastrosa y desataría niveles de demanda y conflicto social, cuya administración por parte de los gobiernos nacional y provinciales, no está en absoluto asegurada. 

Tal vez esa sea la meta de los devaluacionistas? No creemos! 

2 comentarios:

Abel B. dijo...

"Una suba moderada, gradual y temporalmente incierta del precio del dólar resulta adecuada a la realidad socioeconómica realmente existente" ¡Sabias palabras, compañero Artemio! Incluso lo de "temporalmente incierta", por el exceso de vivos que tenemos en Argentina, del cual ya advertía Perón.

Pero... Houston, tenemos un problema. Si la inflación de alimentos es alrededor del 25 % anual - me parece una cifra razonable - la tasa de devaluación tiene que ser MAYOR que la de inflación. O, no estamos devaluando sino revaluando, en realidad (La matemática es una ciencia cruel).

Entonces, para devaluar moderadamente - y yo estoy de acuerdo que una devalueta brusca sería un desastre social y político - hay que aminorar la inflación.

Entre nosotros, creo q el gobierno nacional lo tiene claro, aunque le cueste decirlo. Los problemas del cro. Scioli, en parte, tienen que ver con esta realidad. Bueno, es un sacrificio que tendrá que hacer él, y unos cuantos más.

Y no hay mal que por bien no venga. Así tendrá una oportunidad para perfeccionarse como administrador.

Un abrazo

Mariano T. dijo...

Hace rato que el precio interno de los alimentos sube más que la tasa de devaluación.