7/21/2012

ni 2009, tampoco 2010 ...




El frente externo muestra dos caras. Los precios récord de la soja, generados por la peor sequía en medio siglo en los EE.UU., son claramente una noticia favorable. Las exportaciones son la única fuente de generación estable de divisas. Sin embargo el ritmo de crecimiento de la actividad global no luce firme.

Con datos al segundo trimestre de 2012, las proyecciones ha sido revisadas a la baja: ahora se espera una expansión global de 3,3% frente al 3,6% de abril. La revisión afecta prácticamente a la totalidad de las economías, tanto desarrolladas como emergentes. La crisis europea y el deterioro en los mercados financieros repercuten en las expectativas de consumo y en el clima de negocios a escala global. De hecho, entre abril y junio el mundo habría crecido sólo 2,3% y las proyecciones para 2012 son las más bajas desde la Gran Recesión de 2009, cuando el mundo se contrajo 0,8%.

Ahora se espera un crecimiento en torno de 2% en los Estados Unidos y en Japón junto a una profundización de la recesión en la zona euro (-0,5%) y en el Reino Unido (-0,3%). El ritmo de expansión de la actividad en China también está siendo revisado a la baja y se ubicaría levemente por debajo de 8%. Los especialistas proyectan un ciclo expansivo algo más débil para el gigante asiático (en comparación con la performance de las últimas décadas) como consecuencia de que el ciclo crediticio, de exportaciones y de propiedades también aparecen más débiles.

La desaceleración emergente se ha hecho más evidente con los últimos datos del segundo trimestre, que reflejan mayor debilidad tanto en la demanda externa como interna. Por ejemplo, difícilmente Brasil crezca más allá de 2% este año.

En este marco de escepticismo, sin embargo, se proyecta una aceleración para el segundo semestre del año. Básicamente debido a cierta estabilización –al menos transitoria- de la crisis en la zona euro y un mayor vigor en China. Los principales gobiernos son conscientes de la necesidad de sostener el crecimiento pero no se esperan estímulos generalizados como en 2008-09. El foco de respuesta estará puesto en el frente monetario, con nuevas bajas en las tasas de interés (por ejemplo en China, Brasil y en la zona euro) y posibles inyecciones de liquidez adicionales.

Por el contrario, son poco probables los estímulos fiscales masivos. Europa, evidentemente está en el camino de la austeridad, EE.UU., en la línea de racionarsus gastos, Inglaterra está tratando de nivelar su presupuesto, Japón tiene que pagar por la reconstrucción de la tragedia del año pasado y así podría seguir la lista.

El punto es claro: si bien existe poco riesgo de caer en un escenario del tipo Gran Recesión, también hay muy poco margen para volver a las tasas de crecimiento globales cercanas a 5% que se dieron entre 2004 y 2007 o en 2010. La aceleración proyectada para el segundo semestre del año, en particular de Brasil, es una buena noticia, en particular para la castigada industria local.

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