El mensaje churchilliano, muy aplaudido por la bancada del PP, tenía una línea argumental: esto es durísimo, —«No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor», dijo Churchill en plena guerra— pero servirá para salir de la crisis. “No son medidas agradables, pero son imprescindibles. Necesitamos que nos presten dinero. Estamos encerrados en un círculo del que debemos salir. Estamos en un momento crucial que determinará nuestro futuro. Hacemos cosas que no nos gustan, yo el primero, pero no hay más remedio”.
Por primera vez, el propio presidente lanzó un mensaje a sus votantes
muy claro admitiendo implícitamente que les mintió: “Soy el primero en
tomar medidas que no me gustan. Dije que bajaría los impuestos y los he
subido. No he cambiado de criterio, no renuncio a bajarlos cuando pueda.
Pero han cambiado las circunstancias y hay que adaptarse a ellas. Son
medidas excepcionales para circunstancias excepcionales”. Rajoy, siempre
pragmático, apela ahora a él para justificar por qué hace lo contrario
de lo que prometió.
Pero también llegó el momento Churchill de mirada al futuro:
¿“Servirá de algo tanta estrechez? Mi respuesta es sí, con toda
rotundidad, no tengo ninguna duda. No estaría aquí si la tuviera. Al
final del sacrificio nos espera la recompensa”.
Prácticamente todo lo que dijo en campaña electoral ha quedado desmentido.
Prometió bajar impuestos, no tocar el seguro de desempleo, prometió no
tocar el sueldo de los funcionarios… Todo ha quedado en nada.
Lo único
que queda libre de momento son las pensiones. Pero parece cuestión de
tiempo. Un presidente que se enmienda a sí mismo solo se puede aferrar a
una cuestión: el dramatismo del momento. Y eso es lo que ha hecho
Rajoy, pedir a los españoles un esfuerzo enorme, que confíen en el
Gobierno, y sobre todo les ha dicho que no hay ninguna otra opción,
aunque los dirigentes de la oposición han empezado a desgranar esas
opciones, entre ellas las de subir los impuestos a los más ricos.
Y por último, Rajoy ha tratado de bloquear las críticas de la
oposición. Ha explicado que la situación es tan complicada que requiere
de un ataque de responsabilidad de todos: la oposición, los medios de
comunicación, la sociedad entera. A todos les ha pedido que confíen en
él. El presidente es consciente de lo difícil que es eso cuando su
credibilidad está por los suelos después de haberse comprometido a hacer
todo lo contrario de lo que ha hecho. Pero Rajoy es un resistente nato.
Y confía en que, en algún momento, con el tiempo, pueda recuperar esa
imagen. Siempre que se logre salir de la crisis, claro. Él mismo ha
reconocido que eso no sucederá en breve...
No, no sucederá en breve... Completo acá.
2 comentarios:
Traducción: Cirugía mayor sin anestesia... ¡Qué lindo es dar buenas noticias!
claro que tendrá éxito! la idea es reducir la población. Sea por migración o de muerte lenta. No es la primera vez que lo hacen.
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