7/27/2012

acerca de la mala utilización de "la plata de los jubilados, bobes, tatitas" , llamalos como quieras, pero llamalos: holaaa!



La reciente afirmación del neo jóven Kicillof sobre lo reaccionaria , neoliberal, cipaya y abyecta que resulta la posición de considerar que los fondos del ANSES deben ser sólo utilizados para el pago de jubilaciones y pensiones , levantó cierta polvareda mediática opositora.

No parece sustentable el revuelo a poco de analizar algunas de las leyendas que la opo sostenida por la corpo , despliega sobre el actual funcionamiento del ANSES piloteado como los dioses por Diego Bossio, el castorcito amigo de los abuelos y abuelas, bobes, tatitas, llamalos como quieras. Veamos.

Uno de los argumentos recurrentes de la oposición para invalidar la utilización de los recursos del ANSES en proyectos productivos se condensan en el slogan que advierte "malgastar la plata de los jubilados" . Se propone desde la opo cumplir primero con fallos como Badaro , restituir la movilidad jubilatroria evitando así que " el 75% de los jubilados " cobren la mínima".

Con respecto al fallo Badaro y sus consecuencias absurdas, se pueden observar bien en este post " Badarolandia" del blog Datos Duros , que en su momento refutó de manera contundente la pretensión de badarizar el sistema jubilatorio y , para colmo, hacerlo en nombre de la "justicia distributiva" . Gracioso.

La extensión de la mínima al 75% de los jubilados como crítica y señalamiento del "achatamiento de la pirámide previsional" populista, respecto al pasado de gloria republicana de los años 90,  es al menos, un argumento pueril. 

Es evidente que un sistema que aumenta en más de un 80% su cobertura pasando de 3 millones a 5,6 millones de beneficiarios en el lapso 2003-2012 gracias a la incorporación cobrando la mínima de 2.5 millones de nuevos jubilados que estaban por fuera del sistema sin cobertura alguna de ingresos , de salud y esparcimiento , no puede menos que aumentar de manera sustancial el numero de beneficiarios que cobran el haber mínimo , hasta llevarlo al 75% actual. 

Es la casi duplicación de la cobertura previsional la que explica la extensión de la mínima al 75% de los beneficiarios de la pirámide actual ampliada.

Finalmente, el supuesto que señala el estrechamiento de los recursos previsionales producto de las ineficientes políticas desplegadas por el gobierno nacional , en especial por sostener medidas anticíclicas que promuevan la generación empleo con la utilización de fondos del ANSES, resulta rápidamente desmentido cuando observamos cómo creció exponencialmente la recaudación previsional en el lapso comprendido entre los años  2003- 2010

Así las cosas, finalizando el post, se informa en este extracto del muy buen estudio del  CIEPYC platense, publicado en la revista  Entrelíneas de la Política Económica, cuyo número 32 de abril de este año, pueden bajar completo de acá. Leemos :

La expansión de las fuentes contributivas ( ver gráfico de apertura)  del sistema de seguridad social tiene tres .orígenes: la eliminación del tope máximo para las contribuciones patronales, la recuperación de los aportes que se desviaban a las AFJP y el aumento del empleo y los salarios formales.
 
Con respecto a la primera de ellas, en junio de 2001 se había dispuesto, mediante el Decreto 814, un tope máximo para la base imponible de los Aportes Personales y las Contribuciones Patronales a la Seguridad Social. Este límite se eliminó para el caso de las Contribuciones Patronales con el Decreto 491/04, aunque empezó a regir tiempo después. Esta medida implicó ingresos adicionales al sistema previsional estatal originados en las contribuciones patronales de los salarios más elevados de la escala y en consecuencia corrigió una decisión que conllevaba un sesgo regresivo a las fuentes propias del Sistema de Seguridad Social.
 
En el segundo caso, en el año 2008 mediante la Ley 26.425, aprobada por amplia mayoría en el Congreso de la Nación, se eliminó el régimen de capitalización individual y se recuperó un sistema único de previsión social basado en un régimen de reparto administrado por el Estado. Aunque no puede ser considerada una medida de política tributaria, su trascendencia en términos del financiamiento del sistema previsional es indudable. Los aportes personales que hasta ese momento se destinaban a las AFJP volvieron a financiar el sistema de reparto y representaron cerca de 1 p.p. del PBI adicionales.

Las fuentes contributivas del sistema de Seguridad Social también crecieron por la dinámica propia del modelo puesto en marcha a partir de 2003: entre 1996 y 2010 se crearon 3,5 millones de puestos de trabajo formales y las remuneraciones aumentaron en alrededor del 360% en valores nominales.

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