6/07/2012

sanata y fe: destellos y conatos

Juando
Leemos a Darío Schueri sobre los desencuentros entre socialistas y radicales en la bota que no logran opacar sin embrago las batallas entre radicales y radicales , peleas de socialistas contra socialistas que no le van en saga a los tradicionales combates entre peronistas y peronistas!

Hacía tiempo, - desde las últimas elecciones primarias diríamos – que entre radicales y socialistas no había tantos destellos y conatos agresivos como los de estos últimos días. Pareciera que aquella compulsa interna en el FPCyS dejó heridas que aún no restañaron; y que los halagos comparativos hacia Bonfatti con respecto de la personalidad de Binner mutaron en amargos reproches.

La bronca se venía rumiando desde hace tiempo en los claustros radicales del Grupo Escarapela y daría la impresión que ahora llegó hasta el M.A.R. (Movimiento Afirmación Radical) cuyos legisladores – incluido el propio Mascheroni, inspirador del sector – decidieron aunar criterios con sus correligionarios de Escarapela para dejar plantado al Gobernador Bonfatti que los esperaba para desandar un espinoso camino de encontronazos mediáticos en torno de la reforma tributaria.

Los ocho diputados y siete senadores radicales reemplazaron el faltazo con el Gobernador por un genérico, conciliador pero condicionante comunicado relacionado con la reforma tributaria, esperanzados en que “el diálogo y el intercambio de pareceres dentro de la coalición frentista, enriquecerá la propuesta legislativa y fortalecerá nuestra acción de gobierno”. Quieren cobrarle Ingresos Brutos a la industria (a partir de una cierta facturación), no tocar los avalúos fiscales y no cederle la potestad al Poder Ejecutivo de aumentar por decreto las valuaciones hasta el 2018.

Momentos después de emitido el consensuado documento radical, en declaraciones periodísticas el senador Felipe Michlig se encargó de ponerle nombre y apellido a la bronca contenida: “hemos sido muy duramente maltratados”, sinceró el pasional senador por San Cristóbal, quien sorprendió al defenderse del maltrato que le dispensaron (a él y al senador por San Justo Rodrigo Borla) “medios de comunicación afines al gobierno”. “No puede ser que los legisladores radicales seamos tratados por los medios de comunicación afines al gobierno como enemigos, se nos coloca en una posición que no tenemos. Sólo pretendemos debatir y modificar una parte de la Reforma Impositiva, no hicimos nunca un cuestionamiento a todo el mensaje”, dijo Michlig.

De paso, Michlig no se privó de atender al Vicegobenador Jorge Henn de quien dijo que “se tiene que dedicar exclusivamente a sus tareas institucionales, no sé con qué representatividad se arroga el hablar por la UCR; no tiene ningún legislador que le responda, no hay ningún diputado provincial ni ningún senador provincial del radicalismo que opine como el vicegobernador”. Henn había encabezado la semana pasada una reunión en San Carlos Sud con intendentes y presidentes comunales radicales que apoyan la reforma tributaria.

En la tarde del lunes, luego del plantón a Bonfatti de los senadores y diputados radicales, el titular del Comité Nacional de la UCR Mario Barletta (que había participado de los conciabulos de sus correligionarios legisladores durante la mañana del lunes) visitó al Gobernador en su despacho para después en diálogo con la prensa poner paños fríos a la situación, aludiendo permanentemente a las calamidades financieras que el gobierno nacional derrama sobre la Provincia de Santa Fe retaceando fondos de coparticipación y negando el pago de cuantiosas deudas que, al decir del ex Gobernador Hermes Binner llegan a la friolera de 8 mil millones de pesos.

Barletta no se privó en todo momento de fustigar al gobierno kirchnerista.

En resumidas cuentas, el radicalismo siente (como hace mas de un lustro atrás) que en la sociedad construida con el socialismo ellos aportan el mismo capital pero reciben mucho menos dividendos. Cuando Michlig sincera el “maltrato” recibido por parte del socialismo, se refiere a que unilateralmente el Poder Ejecutivo envió al Parlamento la reforma tributaria sin terminar de cocinarla con el radicalismo; y de alguna manera encierra también larvados celos por negociaciones entre el socialismo necesitado de votos con el peronismo que, opinan los radicales, no se blanquean con ellos.

Seguramente, como señaló el presidente (de los radicales) Mario Barletta “el ejercicio del diálogo en un sistema republicano entre ejecutivo y legislativo enriquecerá el debate”. Y la sangre no llegará al Río; sino la ganancia será de los pescadores peronistas.

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