La ‘crítica’ de la economía política
parte del concepto de la historicidad del ‘mercado determinado’ y de su ‘automatismo’,
mientras que los economistas puros concebían estos elementos como ‘eternos’, ‘naturales’;
la crítica analiza con realismo las relaciones de fuerza que determinan el mercado,
profundiza en sus contradicciones, valora el cambio cuando aparecen elementos nuevos
y presenta la ‘caducidad’ y la ‘sustituibilidad’ de la ciencia criticada;
la estudia como vida pero también como muerte, y encuentra en su interior los elementos
que la disolverán y la superarán ineludiblemente, y presenta al ‘heredero’, que será presunto
hasta que no haya dado pruebas manifiestas de vitalidad.”
(Antonio Gramsci , Cuadernos)
Leemos en la presentación de Kirchnerismo para armar, obra colectiva de jóvenes sub 40 ( jóvenes sub 40, ¡jejeje!) que estará disponible en los quioscos de revistas y diarios del Mercado Central seguro a partir de octubre... (y en el resto de librerías y puestos de revistas hegemónicos también, si es que las negociaciones son exitosas):
Las páginas que siguen son el resultado del trabajo de un grupo diverso de personas, casi todas “jóvenes” sub-40, convocadas para coligar sentimientos sobre un kirchnerismo que pasó —para no olvidar lo bueno que la dinámica del minuto a minuto político nos oculta—, pero también para forjar una serie de ideas sobre la Argentina de los próximos años, ante la posibilidad de una Cristina reelecta.
Quienes seleccionamos este libro afirmamos que más allá de las introspecciones nuestras de cada día, el kirchnerismo es la única fuerza política con posibilidades reales, aquí y ahora, de continuar modificando las reglas del juego sin que el país explote ni la economía joda a los que justamente no hay que joder.
Existe, al respecto, una vieja y buena teoría en las ciencias sociales —bastante en desuso, como muchas de las viejas y buenas cosas de este mundo— que explica que los hechos históricos son producto no de la voluntad de las distintas fuerzas sociales que operan en forma simultánea en un determinado tiempo y espacio, sino justamente de la resultante del choque entre ellas: un delicado equilibrio entre la planificación y la anarquía.
Durante muchos años, de la mano de la supuesta “crisis” de los grandes paradigmas, nos hicieron creer —a razón de golpes, frustraciones y engaños— que esa fuerza resultante era inobjetable y que, frente a ella, quienes quisieran convertirse en sujetos de la historia no tenían más que rendirse a sus pies y agradecer los servicios prestados...
El redescubrimiento por las nuevas generaciones de la inevitable inscripción social de los discursos que nos constituyen como militantes, profesionales o pilotos de slot car, sean estos de formato "ideológico" o " científico", es siempre una gran noticia.
Los efectos de este hallazgo, que de tan evidente se invisibilizó durante décadas, son múltiples e impactan en el conjunto de las prácticas sociales.
Un gran golpe a un hijo muy dilecto y operativo de este ocultamiento, ya en el ámbito epistemológico, el llamémosle economismo abstracto, es el que hoy difunde Tomás Lukin, con textos de Mariano Kestelboim , Mercedes LaGioiosa y Facundo Crosta...
La economía como ciencia social
Los planes de estudio en las principales facultades de Economía están siendo revisados. La crisis en las potencias mundiales cuestiona la corriente de pensamiento neoclásica, redefinida ortodoxa o neoliberal, predominante en esa carrera universitaria.
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