Contando aún los votos fascistas porteños , con inquietud leemos a Darío Schueri que encima se despacha con un tal D´Stéfano cuyas opiniones dejamos correr, paralizados por los tristes acontecimientos por los que estamos pasando, frente a la imposibilidad de distribuir el ingreso porteño por otros cuatro años más! Guacala!
Por si algo faltaba para freezar aun más los ánimos proselitistas santafesinos, debutó el pasado miércoles en esta capital la selección nacional de fútbol con un paupérrimo espectáculo en la cancha de Colón ante los ordenados colombianos.
Desde entonces no se habla de otra cosa, junto con el oprobio de tener que defender el mancillado orgullo deportivo de un equipo de centenas de millones de euros ante el disciplinado combinado sub 24 de Costa Rica este lunes en Córdoba. Un triunfo Argentino podría traer nuevamente a la selección de Batista a Santa Fe para los cuartos de final. Una derrota los llevaría al cerro Uritorco para una oportuna abducción alienígena que los aleje de la turba enfurecida.
La política vernácula pasa por su peor momento de atención pública, más allá de los denodados esfuerzos del “Chivo” Rossi por asistir a cuanto acto se lo invite, o lanzar un prometedor programa para sacar de la irreversible postergación socio económico al Norte provincial que lo vio nacer en tiempos quizás más promisorios de su Vera natal.
Por más deslumbrantes incentivos (500 millones de pesos en cuatro años) con los cuales se intente convencer, difícilmente se evitará el éxodo patentizado en los irrefutables datos del último censo que, según testimonios exhibidos por el propio candidato, muestra a 87 localidades del norte con una población menor a los 5 mil habitantes, es decir, en serio riesgo poblacional, y 51 localidades de esa región con casi nulo desarrollo industrial (menos de 2 industrias en cada una); y que 33 de ellas vienen arrastrando procesos de pérdida poblacional.
El candidato oficialista Antonio Bonfatti realiza anuncios de gestión, asiste a actos en nombre del Gobierno y actúa como si ya hubiera asumido, a pesar de que advierte a los suyos que “no hay que dormirse”; mientras Miguel Del Sel se esmera por arriar los “votos orejanos” (gustó la original definición de la ultima nota, por eso la repetimos) de Omar Perotti y con ellos, mas otros independientes de centro derecha básicamente del despechado interior rural, poder acercarse mediáticamente a Bonfatti y Rossi, que hoy por hoy polarizan los sondeos para disgusto y quejas del ex Midachi, quien está convencido que eso responde a una campaña orquestada por el “Chivo” y el “pelado” para relegarlo en la consideración popular y ubicarlo como el “tercero cómodo”.
A todo esto, el economista rosario Salvador D´Stéfano asegura que si Cristina accede a un segundo mandato “asoma el impuesto a la tierra, pero sin devaluación”, y que si bien “el escenario devaluatorio no está en el horizonte, el gobierno asusta con un nuevo impuesto a la tierra. Por esto, hay fuga de capitales, sin prisa y sin pausa, se fueron casi 10.000 millones de dólares”.
D´Stéfano asegura que en un eventual nuevo gobierno de Cristina “se habla de un impuesto del 18% sobre el valor de la tierra o algún porcentaje sobre la renta que vendría a gravar la renta excedente del campo; su fundamento es que el subsuelo de la Argentina es del Estado, por ende el suelo al ser privado, debería remunerar lo que toma del subsuelo.
Esto conviene si se explota el campo, “en cambio si no se lo explota y lo dan en alquiler se complica”, analiza.
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