El lanzamiento explícito y abierto de la campaña de Francisco De Narváez en provincia de Buenos Aires , apoyado como es lógico por buena parte del sistema de medios tradicionales, muestra que, más allá de la opiniones que merezca su propuesta ( si es que la tiene) , sin duda es el mejor candidato de la oposición. Transmite la convicción de un candidato que ya ganó el distrito bonaerense y logra comunicarla, un atributo inhallable en la oposición: Convicción de ganar .
Ahora bien, como señalamos en Ramble varias veces, así como la decisión de Ricardo Alfonsín es electoralmente adecuada en atención a buscar un candidato que logre perforar el techo del 10% de votos que el pan radicalismo mantenía con Stolbizer, y el Colo hoy ofrece una perspectiva de superación, hay ahora un dilema invertido sobre el espacio a saber: Qué chance de disputa tiene un candidato a gobernador que en elecciones superpuestas con las nacionales , duplica en intención de voto a su candidato presidencial , como es el caso del par De Narváez- Alfonsín?
Sin duda es una dificultad notable para el despliegue de De Narváez que su estrategia de campaña deberá atender para que atenúe sus efectos , pero sin duda el despliegue provincial del Colo dependerá en 2011 muy fuertemente del crecimiento de Ricardo Alfonsín como opción presidencial en el distrito bonaerense.
Se equivoca De Narváez sí , como en los discursos iniciales de campaña lo insinúa, apela nuevamente, ritualizando el comportamiento del año 2009, al corte de boleta vía intendentes. No sucederá en octubre de 2011 , al menos en la magnitud que imagina su equipo de campaña para resolver el dilema de duplicar en intención de voto al candidato presidencial que encabeza su oferta distrital. En líneas generales el pibe Valderrama está atado a la suerte de Ricardito.
Contrario sensu, nunca como hoy la suerte de Daniel Scioli, el principal aportante de votos al FPV nacional , está atada a la de Cristina y su despliegue en territorio bonaerense. Obviamente como contrapartida , simpre debió ser así, pero ahora más que nunca el candidato del FPV bonaerense debe concentrar todos los apoyos del gobierno nacional , sin fisuras.
Con el Colo en la cancha , cualquier impulso lateral al epicentro de la fórmula del FPV provincial es hoy un riesgo que el oficialismo no debiera asumir sin pensar sus consecuencias. Definitivamente el oficialismo nacional no puede , sin asumir riesgos electorales indecidibles , sotener hoy a supuestos aliados, cuya campaña central consiste en erosionar la candidatura de Daniel Scioli, el principal ducto de votos del FPV nacional en un territorio que aporta el 38% de los votos totales y ahora sí tiene consolidada competencia distrital de gran volumen. Se acaba la joda, comienza el campeonato en las "grandes ligas" , digamos.
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