6/06/2011

perfil-es de althusser, acerca de la hegemonía y la que te recontrahegemonía

Entre otras resurrecciones, la del Estado benefactor, de la justicia social, de la militancia juvenil, de la Gabriela Cerruti, etc., el kirchnerismo ha logrado restituir al viejo topo amante de cogotes femeninos a las páginas de los diarios hegemónicos jejeje. Ayer nomás en Perfil hubieron dos (2!) menciones que nos emocionaron, bastante.

Escribió el compañero Tomás Abraham en su entretenida columna "El populista fino":

Ni hablar del docto que en nombre de Lacan, Althusser y Derrida, aclara el motivo por el que nos conviene un Chávez argentino. Para no amedrentar a la muchachada con vocablos exóticos, el populista fino sabe que tiene que emplear palabras punzantes para que alguien lo entienda. Dice entonces “neoliberalismo”, porque si no lo hace se queda sin demonio y sin prójimos. Si antes decía nihilismo, Viena y Weimar, sociedad de consumo, el Yo y el Tú, el Rostro y el Otro, vanguardias estéticas, razón instrumental y tantas efigies de una filosofía pastoral y amarga, ahora con el neoliberalismo tiene la nueva partitura para acompañar su miserere moral.

Tras cartón el mismísimo Jorge Fontevecchia cierra el matutino con otra cita del argelino:

Para Althusser, los principales aparatos ideológicos que forman individuos adaptados a la estructura de producción vigente son la escuela, la familia, las religiones y los medios. La hegemonía sería algo similar a la cultura, con el poder de influir hasta sobre el modo de conocer y de establecer la jerarquización del conjunto de mitos que les permite a los sujetos construirse representaciones imaginarias de lo que es el mundo que integran. Los medios seríamos un “normalizador del comportamiento” cumpliendo el papel que en el Medioevo ocupó la Iglesia. O sea, moldearíamos con ficciones de libertad e individualismo la aceptación del sistema de producción capitalista.

A la chicana fina de Abraham, para la que no tenemos más que celebración, aire y sol, le sigue la asimilación gruesa de Fontevecchia del concepto de Hegemonía gramsciano y el de Aparatos ideológicos de Estado, althusseriano, error común también en el ámbito académico que analizaremos como todo en Ramble, a la ligera.

Al respecto para desentrañar este malentendido , parece correcta esta supuesta diferenciación ( más allá de la descalificación a Althusser) que realiza Dênis de Moraes para analizar el malentendido existente sobre la asimilación de ambos conceptos:

El concepto de aparato privado de hegemonía no se confunde con el de Louis Althusser sobre los aparatos ideológicos de Estado. La teoría althusseriana implica una ligación umbilical entre Estado y aparatos ideológicos, mientras la de Gramsci presupone una mayor autonomía de los aparatos privados en relación al Estado en sentido estricto. Esa autonomía abre la posibilidad -que Althusser niega explícitamente- de que la ideología (o el sistema de ideologías) de las clases oprimidas obtenga la hegemonía mismo antes de la conquista del poder de Estado por tales clases.

En condiciones de hegemonía, la burguesía solidariza el Estado con las instituciones reproducen los valores sociales, conformando el que Gramsci llama de Estado ampliado. Esas instituciones se comportarían como aparatos ideológicos de Estado, de acuerdo con la visión de Althusser. La distinción importante entre los enfoques de Althusser y las instituciones de hegemonía de Gramsci está en el hecho de este último haber destacado que la solidaridad de los aparatos ideológicos con el Estado no transcurre de un atributo estructural inmutable. Las clases subalternas pueden apostar r, como proyecto político, a la separación de determinados aparatos ideológicos de su adherencia al Estado, a fin de se tornen agencias privadas de hegemonía bajo su dirección.

Althusser propone una estrategia política que predica la lucha a trabarse fuera del Estado en sentido amplio. Gramsci entiende que la conquista del poder debe ser precedida por una larga batalla por la hegemonía y por el consenso dentro de la sociedad civil, o sea, en el interior del Estado en sentido amplio.

Mientras la vertiente althusseriana lleva a la idea de choque frontal con el Estado, la teoría gramsciana acentúa la noción de una "larga marcha" a través de las instituciones de la sociedad civil, antecedida por una preparación político-ideológica de aliento.

O sea, el althusserismo planteaba la lucha política emancipadora como exterioridad del aparato de Estado, mientras la estrategia gramsciana admite la intervención política emancipadora aún al interior de las diversas instancias del aparato de Estado, aparatos ideológicos incluídos. Para bien o para mal, es Gramsci el que ha triunfado , por varios motivos, dos al menos que señalaremos:

  1. Por cuestiones "objetivas" vinculadas a las (duras) condiciones materiales existencia de los sujetos de emancipación social.
  2. Condiciones "subjetivas", ya más vinculadas al negocio que supone que cualquier cachivache incluídos los dispositivos de comunicación estatales o para estatales , se transformen en una NHCC " Nueva Herramienta Cultural Contrahegemónica" .Y cómo que no, Estebitan! Psssssss!

Ilustración del post, acá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He actualizado el listado de libros de Althusser, subiendo unos 6 nuevos. Está practicamente todo. Un saludo. Moncadista
moncadista.org/althusser