3/05/2011

apenas una pieza en el tablero?

Desde una perspectiva diversa pero muy consistente, en línea con el relato mítico ya que supone que "el peronismo en todas sus variantes, usa todo lo que esta a su alcance" , leemos esta afilada nota de Tomás Abraham :

... Eramos muchos los que queríamos que su figura creciera, aun con diferencias de tipo ideológico. Pero me pregunto si hoy vale la pena apoyarlo cuando su presencia en este momento sólo sirve para que el señor Scioli saque menos votos que la Presidenta, y de este modo concentrar aún más poder en lo que se supone que es el modelo, amenazado por este representante neoliberal que el kirchnerismo tuvo que bancar, aparentemente, a pesar suyo.

Salvo que la Presidenta deje de hacer de Sabbatella una mera colectora y lo ponga en la autopista, jugándose ahí sí por una alternativa a lo que puede llegar a considerar una gestión bonaerense contraria al modelo que ella representa. No lo hace porque dentro del peronismo llamado federal es lo que todos esperan, y porque tal modelo no existe. Por eso, por ahora, Sabbatella es el anti Scioli, si no lo fuera, si fuera nada más que el Sabbatella que siempre fue, puede correr el riesgo de meramente subsistir en las vecindades de Pino Solanas, y junto a él, estar condenado a formar parte de la larga lista de los indeseables de la política nacional. Así era considerado por los oficialistas antes de afiliarse al cristinismo.

Los sabbatellistas de la primera hora pueden argumentar que este uso oportunista de figuras políticas tiene doble dirección. Suponen que en el rol de compañero de ruta, Sabbatella crece como presencia política, y ayuda por su protagonismo a inclinar la balanza en la puja de la interna del Frente para la Victoria entre los grupos que se pelean por la tajada kirchnerista. El Gobierno hasta este momento no puede prescindir de Scioli, si es que en algún momento se le ocurrió hacerlo. Lo más probable es que esta interna entre sciolismo y cristinismo no sea más que otro dramón para la muchachada. No creo que Martín Sabbatella acepte en el futuro una solución negociada y sea el acompañante de Scioli en la futura lista para la gobernación de Buenos Aires.

Aunque puede llegar a formarse esa dupla si a los interesados les conviene, y combinen el discurso emancipador de uno con el pragmático del otro. Hoy en día, lo que más importa es el relato. Tampoco creo que Sabbatella inicie una lucha política contra el ejercicio del poder que hace años se lleva a cabo en los partidos de los distritos bonaerenses y acuerde alianzas con grupos disidentes al aparato del justicialismo. Aunque también puede llegar a suceder, cuando se dé cuenta de que lo usaron y no precisamente para su beneficio. No sé si la suya es una lucha entre un Goliat y un David para ver quién se come a quién o, más bien, un baile entre un Goliat y un Goliatcito con un David sepultado.

Nota completa acá.

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