Leemos al compañero Abel :
Debo aclararle que yo pienso exactamente lo mismo. Es más, estoy convencido que las políticas de seguridad de los gobiernos de Néstor y de Cristina – más exactamente, la falta de ellas – son responsables de lo que ha sucedió. Reconozco que compañeros inteligentes y conocedores, como Omix, aquí, sospechan de la mano de Duhalde. Pero esa mano entonces sería la que hace que la Federal participe en una represión violenta – posible – y luego se retire, para que Macri cargue con el fardo. Y eso sólo puede ser responsabilidad de los que dieron las órdenes formales, y creyeron que el costo político lo iba a pagar solamente el Mauricio. Después, los punteros, los delincuentes, los pescadores a río revuelto… como el sol, siempre están. Un gobernante debe saberlo.
Sucede que también tomo en cuenta algo muy importante: la decisión estratégica – mantenida, con las fallas humanas inevitables – por siete años de no reprimir las protestas, de piqueteros o de ruralistas. Decisión que no surgió, me parece, de una sensibilidad exquisita de los K – sino de algo que valoro mucho más: una correcta evaluación de fuerzas y de riesgos. Y también aprecio el razonable control que, con la colaboración de un viejo duhaldista, Aníbal Fernández, consiguieron mantener, hasta ahora, sobre las fuerzas de seguridad que “dependen” del gobierno nacional.
La diferencia clave que parece que tenemos, compañero, es que no creo que la obligación de un militante es afirmar que cualquier estupidez que se mande el Gran Conductor(a) es una genial maniobra táctica. Eso me da la libertad para elogiar sin reservas cuando toma una actitud valiente que corrige errores previos.
También aclaro, para los no peronistas, que las opiniones de uno no son obstáculo para que como funcionario o legislador se siga la disciplina del grupo, si no se puede convencer a bastantes de modificar el rumbo. Esa es otra diferencia, una que existe entre el peronismo y los partidos reunidos en torno al ego y/o la repercusión mediática de una Figura...
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