argentina cumple con su historia y emociona

Recibimos el análisis del partido del jóven periodista Jordán Gallicchio que queremos compartir con los lectores de Ramble:

Pasan los minutos luego del tercer partido argentino en el mundial de Sudáfrica e intento separarme de la catarata de información que ofrece el zapping televisivo, las frecuencias radiofónicas y los innumerables portales de internet en esta era del periodismo 3.0 que años atrás ya nos adelantaba el recordado Aníbal Ford. La abstracción parece imposible, en todos lados se repiten los elogios a Maradona, Messi, Martín Palermo y compañía.

La euforia recorre todos los rincones de nuestro país. El obelisco, las plazas del interior y distintos puntos neurálgicos se tiñen de celeste y blanco estirando los festejos que conmemoraron recientemente el aniversario de la muerte de Manuel Belgrano. Un mensaje de texto viaja desde la plaza San Martín de Buenos Aires, donde más de diez mil argentinos vibraron con el tercer triunfo al hilo de la albiceleste, hacia un rincón del país.

Con los ojos llenos de lágrimas un hincha de Boca resume el sentimiento que la gran mayoría de los argentinos tiene por Martín Palermo. “Ya estoy hecho, con este gol valió la pena el mundial”.

El partido fue cerrado. Grecia propuso el mismo catenaccio que lo llevó a ganar la Eurocopa de Portugal en 2004 y Argentina lo manejó a su ritmo y con mucha paciencia. Los griegos recurrieron a un corte sistemático de los circuitos de juego con muchas faltas y rigor físico, la única amarilla que entregan las estadísticas al equipo Griego demuestra un arbitraje ultra permisivo del uzbeco Irmatov. Rehhagel, el técnico griego, en esta tómbola de comparaciones que nos obliga constantemente el icono Maradona emuló a los planteos de Italia en el Mundial ´82 y Perú en las eliminatorias de México ´86...

Análisis completo acá.