Leemos al Perro: En las casi tres décadas transcurridas desde el colapso de la dictadura, quedó establecido que la condición de existencia de la democracia en la Argentina era que los partidos políticos de origen popular dieran la espalda a su historia y a su base electoral y actuaran como facilitadores de las políticas de ajuste del Consenso de Washington.
Recién Kirchner desafió esa lógica perversa, rumbo que profundizó a partir de 2008 su esposa. Aun así logró lo que sólo Carlos Menem había conseguido antes: terminar su mandato constitucional. Incluso lo excedieron, porque cada uno completó el período trunco de su precedesor.
En cambio Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde (quien ocupó la presidencia en forma interina, como senador designado por el Congreso a cargo del Poder Ejecutivo) debieron retirarse antes de tiempo, en medio de graves crisis de ingobernabilidad, que incluyeron represión violenta y muertos jóvenes.
Esas fuerzas que ya demostraron su incapacidad para gobernar sin graves consecuencias políticas, económicas y/o sociales, son las que hoy desde el Grupo Ahhh... avanzan en el experimento de acercarse al abismo sin necesidad de alcanzar primero el gobierno. Después de la asunción de los diputados y senadores electos el 28 de junio pasado, ese conglomerado de peronistas y radicales, con parches socialistas, de la derecha gerencial y de la izquierda juventona, sólo ha sido capaz de unirse para la piñata de los cargos.
Su argumento, de poner límites a la prepotencia y los abusos institucionales del gobierno, no sobrevivió a una agenda menos autorreferencial que el reparto
2 comentarios:
Me gusto lo de la izquierda juventona
no se bien que puede ser
¿la juventud que desentona?
¿que se entona ?
¿la juventud jodona?
vaya uno a saber
Impecable el perro.
Saludos.
Ct.
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